Mattheo Riddle y Alexa Weasley

Retorno a La Madriguera

Al día siguiente, el viaje de vuelta a casa en el expreso de Hogwarts estaba en marcha.

Harry y Ron se entretenían jugando al ajedrez mágico mientras Hermione leía El Profeta por quinta vez, Neville acariciaba su Mimbulus Mimbletonia, que había crecido mucho en un año; Ginny hacía un crucigrama de El Quisquilloso y Mattheo dormía en el hombro de Alexa que contemplaba la vista.

- Eh, Harry - dijo Ron en voz baja y señaló con la cabeza hacia el pasillo.

Harry miró a través del vidrio y vio pasar a Cho acompañada de Marietta, que llevaba puesto un pasamontañas. Su mirada y la de Cho se cruzaron un momento, esta se ruborizó y siguió caminando.

- ¿Qué pasó entre tú y ella?

- Nada - contestó Harry con franqueza.

- Escuche decir... que ahora sale con otro - comentó Hermione, vacilante.

- Mejor para ti, Harry - afirmó Ron con convicción.

- ¿Con quién creen que salga ahora? - preguntó Alexa.

- Con Michael Corner - respondió Ginny con simpleza.

- ¡¿Qué?! - gritó Alexa enojada y sin querer Mattheo despertó - ¿Michael te engañó? Lo iré a matar ahora mismo.

- ¿A quién vas a matar? - preguntó su novio somnoliento.

- A nadie - habló Ginny otra vez - No le gustó que Gryffindor ganara aquel partido de Quidditch contra Ravenclaw y estaba muy malhumorado, así que lo dejé y él corrió a consolar a Cho.

- ¿No les parece muy extraño? - dijo Luna apareciendo de la nada - Ginny y Cho tienen el mismo gusto en chicos, pero son personas completamente distintas.

- Bueno, siempre me pareció un poco idiota - aseguró el pelirrojo ignorando completamente el comentario de la rubia.
- Bien hecho, Ginny. La próxima vez, a ver si eliges a alguien mejor - y al decir eso, lanzó una furtiva y extraña mirada a Harry.

- Elegí a Dean Thomas, ¿qué te parece? - contestó Ginny vagamente.

- ¡¿CÓMO?! - gritó Ron al tiempo que tiraba el tablero de ajedrez.
- Tú sabes como trató a Alexa.

- Yo no fui la persona más amable tampoco - lo defendió Alexa avergonzada.

- Él no te merecía, no te culpes por eso - le contestó su novio que la mínima noción del nombre lo hacía entablar la mandíbula.

- Solo cuídate ¿sí? - le pidió Ron. - Que no se pase de idiota.

- Nunca podrá dejar de serlo - refunfuñó el Slytherin.

- Mattheo... - lo regañó Alexa mirándolo de mala gana.

- Solo estoy aconsejando a mi cuñada - se excusó mostrando las palmas de sus manos.

El tren empezó a reducir la velocidad al aproximarse a la estación de King's Cross. Después de atravesar la barrera mágica que había entre la plataforma nueve y la diez, un grupo de gente esperaba para recibirlos.

Allí estaba Ojoloco Moody con su típico bastón, detrás de él se hallaba Tonks que ahora tenía el pelo rosa chicle; a su lado estaba Remus y delante del grupo se hallaban la señora Weasley y los gemelos.

- ¡Ron, Ginny, Alexa! - gritó mientras corría a abrazar a sus hijos - ¡Y tú, Harry, querido! ¿Cómo estás?

- Bien - mintió él mientras lo abrazaba con todas sus fuerzas.

- ¡Hermione! - gritó ahora y se abalanzó a la chica - Alexa, ¿quién es tu amigo? - preguntó amablemente con una sonrisa al chico ruloso que tenía enfrente.