Catorce

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Decidió mantenerse fuera de las cirugías excepto para observar por ahora. Por alguna razón, el doctor Thompson cada día se comportaba más como un adolescente buscando molestarla y llegó al punto en que los otros doctores se sentían incómodos al respecto, pero le daba igual.

"Tienes que decirle algo" le aconsejaron Miranda y Henry, pero no le veía el punto. Solo eran un montón de palabras vacías, no le provocaban ningún tipo de daño físico ni emocional.

Apenas había visto a Grace las últimas semanas, pero esta cumplía su promesa de ir a buscarla al menos tres veces en días laborales. No hablaban mucho, pero esas vueltas en Francesca le servían para despejar su mente. Quizás debería sacar la licencia para motocicleta.

Con quien había pasado mucho tiempo últimamente era con Ezra. Miranda era amigable, pero casi nunca estaba disponible debido a su "relación" con el doctor Bellamy, así que almorzaba y pasaba los descansos con Ezra. Le hablaba sobre sus viajes, gente que conoció o anécdotas en algún lugar desconocido. Siempre fue más una escuchadora que una habladora.

Ezra había estado en casi todos los países de Europa, trabajó en varias granjas a cambio de un techo para dormir y estuvo de novio 2 meses con una francesa que lo mordió. Le preguntó varias veces si podía decirle algo en francés, pero decidió no hacerlo, aunque podría.

Ella solo salió del país para ir a Harvard, pero no hizo nada de turismo porque estaba dedicada a sus estudios. Durante ese tiempo se quedó con una familia de acogida en Cambridge.

—¿De verdad fuiste al cine y no viste la película?

—Estaba concentrada en otras cosas— asintió. No le dio los detalles de su vida privada, pero no era una mentirosa y tuvo que responder cuando le preguntó sobre su fin de semana.

—Podemos ir al cine uno de estos días. Veremos lo que tú quieras.

Asintió, sonaba agradable. Tendría que ser en la semana, porque su finde estaba dividido entre pasar tiempo con cada uno de sus padres biológicos.

Su relación con Apollo seguía sin estar definida. Incluso con la profesionalidad en el trabajo, por la forma en que la trataba era difícil saber si realmente estaba separando ambas relaciones que compartían. Tampoco tenía nadie con quien hablarlo y no sabía si quería hablar sobre eso.

Solo deseaba tener su vida normal de vuelta.

XxX

La condición de Evelyn estaba cada día peor. Lo notaba en su forma de hablar, sus expresiones y su movimiento limitado. Siendo objetiva, no le daba más de siete meses antes de que necesitara ser transmitida a un centro especializado, pero ni siquiera quería pensar en eso.

—¿Te sientes bien, abuela?— le preguntó en medio de su lectura.

Evelyn miró la pared. —¿Qué dijiste, Ree?

—Si te sientes bien— volvió a preguntar.

—No lo sé... pero debes ir pronto a la escuela, dejé tu almuerzo en la encimera de la cocina— señaló la cómoda de su habitación. —No olvides la parte extra para Poll.

Apretó los labios para no corregirla. Sabiendo ahora que estaban relacionadas, tenía razones más personales para preocuparse por ella, y verla perdiendo lentamente su memoria y su sentido de la realidad era doloroso. No se imaginaba como debía sentirse Apollo al respecto.

Decidió darle unos medicamentos para dormir y la dejó. Necesitaba descansar.

Todavía faltaba para su turno en el ala infantil, así que fue al centro donde estaban las enfermeras para preguntar si podía ser de asistencia en algún otro sitio del hospital.

Bailando Bajo la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora