Veintiséis

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Segundo Día (10:37 a.m.)

Reunió a su equipo táctico en la sala de descanso. Grace, Ezra, Miranda y Henry acudieron en su ayuda apenas les mandó un simple mensaje. Sin preguntas, dudas o excusas de por medio. Había esperado algo de resistencia, pero llegaron en menos de cinco minutos para apoyarla.

—Este caso es muy extraño y creo que el doctor Murray está planeando algo— fue directa. —No han hecho el tratamiento correspondiente, indujeron a coma sin tener todos los síntomas y la familia ha estado alejada de la paciente. Casi se siente que lo están haciendo a propósito.

—Murray siempre me pareció corrupto— opinó Henry.

—Fue quien más se opuso a nuestro proyecto, quería crear habitaciones VIP— asintió Ezra. —Y la directora Brooks lo apoyó, dejándonos a la deriva. Quizás están juntos en todo esto.

—Oye, es mi mamá de quien hablas— saltó Grace. —Y estoy de acuerdo, debe andar en algo raro.

Simone se sintió aliviada de que estuvieran de su lado. De seguro Apollo pensaba lo mismo, pero debido a su posición y su amistad con el doctor Murray, prefería mantenerse al margen.

—No me dirá nada porque sabe de mi relación con Elly— dijo. —Por eso esperaba reunir algo de información sin que se diera cuenta. Confía en todo el mundo menos en mí.

—Hay alguien que podría saber algo, pero no es buena idea— dijo Miranda.

Todos la miraron. —¿Quién?— preguntó Simone.

—Ya sabes, su aprendiz que lo seguía a todos lados como un lamebotas.

"Jack Thompson" recordó Simone, sintiendo náuseas de solo pensar en el último encuentro que habían tenido. No supo nada de él desde que se retiró del Moonday, estaba haciendo residencia en el extranjero si mal no recordaba. Y tampoco tenía razones para ayudarlos en este asunto.

—Ese gusano es un cero a la izquierda— negó Grace. —Pensemos en otra cosa.

Todos comenzaron a pensar en cómo desenmascarar al doctor Murray y Simone mascó algo de chicle. Era lo único que encontró para no morderse las uñas de los nervios. A esas alturas, toda el agua en los pulmones de Elly podría hincharle el cerebro y provocar daños irreparables.

Al final, idearon un plan de espionaje: Miranda y Henry preguntarían alrededor del hospital sin parecer sospechosos, mientras Simone cubría sus turnos (le serviría para distraerse); Ezra iba a vigilar la habitación de Elly, saber quien entraba y salía en todo momento; Grace entraría en el despacho de la directora Brooks para ver si encontraba algo sospechoso con el doctor Murray.

Todos se prepararon para ir a sus posiciones. Miranda y Henry le entregaron a Simone todos los datos y resúmenes de sus pacientes del día para poder llevar los casos. ¿Cómo era posible que la ayudaran tanto, aunque no podía ofrecerles nada, poniendo en riesgo sus trabajos o carreras?

—Ni se te ocurra decirlo— le advirtió Ezra. —Estamos aquí porque eres nuestra amiga.

Simone quedó boquiabierta. —¿Cómo supiste...?

—Siempre das todo por los demás, pero nunca esperas que hagan lo mismo por ti. Eso es lo que te hace tan fácil de querer— le guiñó un ojo. —Déjanos devolverte el favor por esta vez.

Los demás en la sala asintieron, dándole la razón. Nunca hizo nada esperando recibir algo de vuelta, solo porque deseaba ayudar y verlos felices. ¿Eso era a lo que se refería Evelyn?

Bailando Bajo la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora