⸼ boss. ★； 𝗺𝗲𝗮𝗻𝗶𝗲

𝟒𝟑

❲ 𝐛 𝐨 𝐬 𝐬 ❳

─¿No me dejarás ni tener mi celular?─ preguntó al ver que el hombre cruzaba el umbral de la puerta.

Éste hizo una mueca, sin embargo sacó el aparato de su bolsillo se lo entregó y sin más se fué.

Wonwoo recargó su espalda en el respaldar de la cama y cerró los ojos, más y más lágrimas caían bajo sus pómulos, alzó sus piernas y las llevó a su pecho, sintiéndose débil y frágil. Como aquel Wonwoo de 19 años, en aquella cruda y lúcida noche que se repetía en su cabeza una y otra vez.

Nunca le dijo a nadie lo que había ocurrido, ni el por qué había escapado, ni siquiera a Seungkwan. Se lo guardó a sí mismo por tantos años que ahora los recuerdos salieron a flote y estaban rompiéndolo.

Más de lo trataba de ocultar.

Escondió su rostro entre sus piernas mientras lloraba como nunca lo había hecho jamás, ni cuando sus padres lo corrieron de casa. Wonwoo no era alguien que le gustaba sentirse así de débil.

Pero hay veces en donde hasta la roca más sólida, llega a romperse.

Caminó con desgano hasta el baño de la habitación, no sabía cuántas horas había pasado pero se sentía fatal. Sus ojos estaban hinchados cuál tomates y su nariz se encontraba roja.
Suspiró viéndose al espejo, y sacó su celular, bufó al observar que claramente Daniel no sería tan idiota como para dejarle el número y la línea, para que fácilmente pudiera llamarle a alguien.

Específicamente a alguien de cabellos negros y colmillos coquetos.

Mojó su rostro, y se alarmó cuando escuchó múltiples ruidos y disparos afuera, tomó lo primero que vió como arma y salió del baño esperando que alguien entrara. Y para su suerte, era quien quería que lo hiciera desde que llegó a ese lugar.

ahora si, el próximo será desde la perspectiva de minggu.