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—¿2F? ¿Dijiste 2F?

El profesor miró al chico delante de él, asombrado.

—Sí...erm...-Lewis se inclinó para volver a mirar el papel que ahora estaba en manos del profesor. —Sí, 2F, mire.- señaló con un dedo el renglón donde estaba escrito.—Esa es la habitación que me toca. Solo quiero saber cómo llegar.

El profesor volvió a mirar al chico y después hacia el papel. En efecto, decía 2F. Ladeó la cabeza y continúo preguntando.

—¿Tú te acabas de transferir, no?

Lewis asintió, un poco impaciente. Sus pertenencias pesaban y hacía calor.

—¿Desde dónde?

—Londres.

Esta respuesta pareció llenar de brillo el rostro del profesor que exhaló aliviado al ver que ahora las cosas si encajaban.

—Ah, ya veo. Si, acompáñame, no está lejos.- le indicó empezando a caminar.

Lewis lo siguió sin dejar de mirar a su alrededor. La nueva escuela era amplia y limpia, eso le gustaba. Se había tenido que transferir después de iniciado el curso debido al trabajo de su padre por lo que sabía que adaptarse a una nueva universidad, y aún más, a un nuevo país iba a ser difícil, pero estaba seguro de que no iba a haber problemas. La escuela tenía muy buenas referencias. Se trataba de un campus universitario bastante prestigioso con una excelente preparación académica y muy buenos programas deportivos. Esto último había llamado su atención, dado que en Londres practicaba esgrima, le gustaría continuar haciéndolo en Alemania, y esta era una de las pocas universidades que se lo iba a permitir. Siguió al profesor en silencio por los pasillos hacia el exterior del edificio central, después de caminar unos doscientos metros, Lewis pudo ver el edificio de los dormitorios, el cual estaba identificado con un gran cartel en la entrada. Se detuvo frente a la puerta y notó que el profesor siguió caminando.

—Oiga, no... ¿no es aquí el dormitorio?

El profesor lo miró por encima del hombro y después miró hacia el edificio.

—Sí, aquí es. Pero la habitación 2F no está aquí.- dijo mientras reanudaba la marcha. Lewis también aceleró el paso para volverse a ubicar a su lado.

—¿Y dónde es entonces? ¿Hay otro dormitorio?

—Yo no lo llamaría dormitorio. Es más bien un anexo.

—¿Anexo?

—Sí, tenemos muchos estudiantes, así que tuvimos que utilizar algunas habitaciones extra.- le explicó sin dar muchos detalles.

—Ah, ya veo.

—Sí, mira. ¿Ves aquella edificación junto a la piscina?

—Aja....

—Allí es, la habitación 2F está en el piso de arriba. Buena suerte y que te vaya bien.- se despidió dándole una amistosa palmada en el hombro y retirándose sin siquiera acercarse al edificio. Esto extrañó un poco a Lewis pero la verdad ya no le importaba mucho. Estaba ansioso por llegar a su habitación, acomodarse y descansar un poco, de todos modos las clases no comenzaban hasta el lunes y aún era sábado. Iba a tener tiempo de explorar los alrededores y conocer a algunas personas antes de asistir al salón de clases.

A medida que se fue acercando al edificio comenzó a sentir las miradas de los demás estudiantes fijas en él. Lo miraban mientras cuchicheaban y las expresiones se iban volviendo más variadas a medida que se acercaba al edificio. Supuso que siempre era así con un estudiante nuevo y no le dio mucha importancia. El edificio era más bien un pequeño complejo de habitaciones que obviamente había sido de los clubes deportivos, probablemente natación, clavado y esas cosas, dado que estaba junto a la piscina. Lewis entró sin dudarlo y lo recibió la agradable caricia del aire acondicionado, había un pequeño lobby y las dos primeras habitaciones estaban al final del pasillo una frente a la otra. Las paredes estaban pintadas de gris y verde y había macetas con plantas en cada esquina. Se quedó de pie mirando el lugar un par de segundos hasta que sintió un golpe algo fuerte en su espalda que lo hizo perder el equilibrio.

El anexo; Lewstappen. AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora