Por primera vez en mucho tiempo Charles simplemente se puso ropa sencilla para salir del dormitorio. Solo se vistió unos jeans ajustados que le llegaban hasta los tobillos, una camiseta gris algo holgada y un sweater del mismo color muy ligero por encima. Nada de gorras, gafas o cabello sobre su cara que hiciera la función de camuflaje. Lucía simplemente increíble. Como el viejo Charles que no tenía miedo a ser reconocido. Checo sabía que a pesar del semblante sereno y la suave sonrisa, en lo más profundo de su mente, Charles estaba preocupado, aún tenía miedo de que toda la pesadilla que había formado parte de su vida volviera a comenzar. Pero si aún así estaba dispuesto a hacer un intento por sobreponerse a ello entonces lo ayudaría, de cualquier forma posible.
—Vamos.- le dijo Checo saliendo de su habitación mientras se ponía su mochila al hombro. Charles lo siguió, a cada rato se deslizaba los dedos por el cabello. Checo conocía su lenguaje corporal, sabía que estaba nervioso. Pero al menos no estaba en pánico. Lo había visto sufrir en silencio durante mucho tiempo, así que verlo así ahora era un enorme avance. Caminaron juntos por el campus rumbo al edificio de ciencias donde radicaba el departamento de biología marina. Checo iba junto a Charles, en silencio, extremadamente pendiente de todo a su alrededor. Las miradas indiscretas de algunas personas no se hicieron esperar, sobre todo de los que ya llevaban bastante tiempo en la escuela y conocían bien todos los rumores que circulaban. De todos modos, el verdadero revuelo empezaría dentro de unas horas, cuando casi todo el mundo se hubiera enterado a través de las redes sociales. Checo seguía sin entender cómo era que las cosas se viralizaban de aquella manera en esa escuela, especialmente después de comprobar de primera mano la forma en la que los rumores se extendían como pólvora en un par de horas. Aún así, fue un paseo tranquilo, a excepción de las miradas indiscretas, todo parecía bajo control, y Charles caminaba tranquilamente a su lado, igualando su paso. Checo entonces se permitió sentir la felicidad que había estado conteniendo desde que salieron. Finalmente podía caminar junto a Charles. Podía decir que iba su lado y podía mirarlo sin preocuparse a ser descubierto y juzgado. No se sentía real. No se cansaba de la belleza de Charles, y era increíble poderlo ver ahora bajo la luz del sol, tan brillante como estaba permitido para los ojos humanos. Su lado vanidoso se salió un poco y lo hizo sentirse orgulloso de estar junto al que le parecía el chico mas increíble del mundo.
—Es aquí.- anunció cuando llegaron al edificio de ciencias.—¿Quieres entrar o prefieres esperarme en alguna parte?
Charles miró hacia el interior a través de la puerta que Checo mantenía semiabierta. Había varias personas, las podía ver a través de los pasillos, por un momento se sintió cohibido de estar en un lugar así lleno de desconocidos, pero la amplia sonrisa de Checo le dio unas fuerzas increíbles. El chico lo quería a su lado, aunque sabía que él no se lo diría, se notaba que ansiaba llevarlo a su mundo.
—Voy contigo.- Charles entró por la puerta que Checo sujetaba y esperó por él en el pasillo. Ambos caminaron rumbo al departamento de biología marina atrayendo unas cuantas miradas a su paso. Normalmente allí todos usaban batas de laboratorio, incluso gafas protectoras o cualquier otra cosa. Nadie lucía excepcionalmente especial, todo muy práctico y escueto. Por lo tanto, tener de repente a un chico como Charles, caminando por los blancos pasillos de aquel lugar llamaba tanto la atención como un elefante en un supermercado. Él iba con la mirada fija en algún punto frente a él, evitando mirar a los ojos de aquellos que se cruzaban a su paso, por el momento lo iba llevando bastante bien, la energía calmada de Checo, que caminaba a su lado, saludando de vez en cuando a alguien, lo ayudaba a mantener sus emociones unidas.
—Sígueme, es por aquí.- Checo torció a la izquierda y caminó hasta una gran puerta en la cual se podía leer que se trataba del laboratorio de biología marina. La abrió con confianza, sujetándola de nuevo para que Charles entrara. Era una habitación algo grande, también de techo y paredes blancas, decorada con una enorme cantidad de chismes cuyo uso Charles desconocía. Lo que sí le resultó familiar, fue la infinidad de peceras y terrarios que había diseminados por todas partes, desde unas muy pequeñas hasta otras considerablemente grandes. Allí presentes solo había unas siente personas, metidas de lleno en su trabajo hasta que sintieron abrirse la puerta y entrar a Checo, todos hubieran vuelto a lo que estaban haciendo de no ser porque el chico sostuvo la puerta abierta, la curiosidad es una fuerte distracción. Cuando Charles hizo su entrada, con una leve sonrisa dedicada al chico que sostenía la puerta para él, todas las actividades que se llevaban a cabo allí se detuvieron irremediablemente. La presencia de Charles casi brillaba allí dentro, sin una bata puesta, con aquel cabello brillante y su sonrisa era completamente lo opuesto a lo que podrías ver en un lugar así.

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El anexo; Lewstappen. AU
Hayran KurguLewis acaba de transferirse a una nueva universidad. Nuevo país, nueva escuela, nuevas amistades. O al menos eso es lo que él piensa. Todas sus expectativas van a dar un giro brusco al darse cuenta de que la prestigiosa universidad a la cual ha ingr...