21

241 26 9
                                    

A pesar de los analgésicos que había tomado, el dolor no desaparecía por completo del cuerpo de Max. Llevaba ya un buen rato sentado sobre la cama sosteniendo una compresa fría contra su costado. Lewis estaba acostado a su lado, un poco desparramado, justo como lo habían dejado cuando él y Charles lo ayudaron a subir. Se había sorprendido a sí mismo mirando el rostro de Lewis fijamente, su cara mientras dormía era apacible y serena, casi dulce. Si había un buen momento para pensar, era ese, y Max lo sabía. Se preguntó, mientras seguía contemplando el semblante de Lewis, exactamente qué era lo que sentía. Nunca antes se había sentido así por nadie. Sí, claro, le habían gustado algunas personas, las había deseado, les había tomado mucho cariño incluso, pero nada que ver con lo que estaba experimentando ahora. Esto era, sin dudas, más fuerte. Lo tenía claro. Cada cosa que Lewis hacia se le antojaba perfecta. Quería estar a su lado, todo el tiempo, solo él. Sin más nadie alrededor. Quería poseerlo de todas las formas posibles sin darle tiempo ni motivo para desear a alguien más. Estaba antojado. Muy antojado. Como nunca lo había estado.
Cuando la compresa dejo de estar fría la dejó a un lado y se dispuso a bañarse. Con una suave sacudida intentó despertar a Lewis pero este dormía tan profundamente que ni siquiera lo notó. Lo movió un poco más fuerte, sonriendo mientras veía como el chico comenzaba a hacer muecas y a tratar de detener la mano que lo sacudía.
—Lewis- le susurró suavemente cerca de su oído.—Despierta, vamos.

Lewis se giró una vez más tratando de reencontrar el sueño perturbado.
—¡Hey!- Max le dio un último empujón que finalmente lo despertó de golpe.

—¿Qué? ¿Qué pasa?- abrió los ojos algo sorprendido, relajándose en cuanto vio el rostro de Max.

—Deberías bañarte, ya es tarde. Después sigues durmiendo.

Lewis se revolvió durante un par de segundos mientras desperezaba su cuerpo y se puso de pie lentamente. Max hizo lo mismo con un poco de cuidado debido al dolor. Ya le estaba molestando bastante estar tan limitado pero no podía hacer nada al respecto. El dolor era tan profundo que le impedía hacer movimientos bruscos o adoptar algunas posiciones.

—¿Estás bien, Max?- Lewis se acercó a él con el paso un poco vacilante mientras aún se rascaba los ojos. Max asintió mirándolo cuidadosamente.

—¿Aún estas borracho?

Lewis lo miró enarcando una ceja.
—Yo nunca estuve borracho.

Max sonrió.
—Está bien. No te preocupes por mí. Aunque podrías prestarme algo para dormir. No traje ropa.

—Claro.- Lewis fue hasta su armario y rebusco entre sus cosas.—Toma.- Le extendió un boxer nuevo y un short.
—¿Quieres una camiseta también?
—No, así está bien.- Max tomó las cosas y se dirigió al baño.

La habitación de Lewis tenía un baño separado, era más pequeño que el baño principal pero aún así era bastante amplio y cómodo. Lewis entró detrás de él y con total disposición comenzó a llenar la bañera. Max lo miró, extrañado.

—Pensaba tomar una ducha rápida.- le dijo al verlo ajetreado preparando el baño

—No. Vas a tomar un baño como Dios manda. Estuviste toda la noche metido quién sabe dónde, fuiste golpeado y quién sabe qué más. Tu cuerpo merece un buen descanso y para eso no hay nada mejor que un baño caliente. Además- lo miró con una sonrisa pícara.—la bañera tiene hidromasaje.

Max se rindió y comenzó a desvestirse con un par de mohines de dolor. Lewis se acercó de nuevo a él y lo ayudó a quitarse la ropa.

—¿Estás haciendo esto a propósito?

—¿El qué?- Lewis alzó la vista y lo miró con sus grandes ojos.

—Provocarme cuando sabes que no te puedo hacer nada.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 30 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El anexo; Lewstappen. AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora