Carlos llegó a su habitación y soltó su bolso en el piso y el teléfono sobre su escritorio.
—Hola- saludó, aunque sabía que no iba a obtener respuesta, su compañero de habitación se encontraba alimentando a los peces que tenía en total concentración, labor que, normalmente acaparaba toda su atención y sus sentidos. Carlos se le quedó mirando mientras se desvestía. Checo solía alimentarlos alrededor de esa hora todos los días. Solía decir que para él, eso era como hacer sus deberes. El compañero de habitación de Carlos era estudiante de biología marina y al parecer, le gustaba mucho lo que hacía, al punto que su pared de la habitación estaba cubierta de peceras donde nadaban los más diversos ejemplares. Se trataba de algo realmente colorido y lindo. Incluso había decorado las peceras con pequeñas luces de colores las cuales al atravesar el agua creaban un precioso efecto lumínico sobre el techo. Aunque solo era apreciable por la noche y con las luces apagadas. A Carlos esto no le disgustaba, al contrario le parecía increíblemente relajante. Excepto cuando Sergio le pedía ayuda para limpiar las peceras, cosa que pasaba con más frecuencia de la que le gustaría. Pero mientras tanto estaba bien. Cuando Sergio terminó su labor se sacudió las manos y se dio la vuelta, sorprendiéndose al ver a Carlos ya vestido y sentado sobre su escritorio encendiendo su laptop.
—Carlos, no te oí llegar.
—No me hubieras oído aunque hubiera entrado bailando zamba con todo un carnaval detrás.
—No es cierto. Eres tú el que es demasiado silencioso.- Sergio se rió de la ocurrencia de Carlos y se sentó en la esquina de la cama cerca de él.
—¿Qué hiciste hoy?Carlos lo miró.
—Lo mismo de siempre.
—¿Practicaste?
Carlos lo volvió a mirar antes de contestar.
—Sí.—¿Te pasa algo?
—La verdad es que no.
—Carlos, pero tú nunca hablas conmigo. ¿De verdad no te pasa nada? ¿No tienes ningún problema? Con ese otro chico si hablas bastante.
—¿Con quién? ¿Max?
—Sí, ese. Ese mismo.
—No hay nada en particular. Y yo sí hablo contigo.
—Ahora mismo te acabo de preguntar qué has hecho y me contestaste: – trató de imitar la voz cansona y el rostro inexpresivo de Carlos -''lo mismo de siempre''.- Carlos sonrió y rindiéndose, decidió acomodarse de frente a Sergio en la cama.
—A ver, ¿Quieres saber lo que hice hoy?
Sergio asintió.
—Pues fui a clases, terminé al mediodía. Luego fui al cuarto de prácticas y estuve practicando hasta que llegó Max, practicamos juntos un rato más y luego volví. ¿Contento?
—¿Solo eso? ¿No hiciste más nada?
—¿Pero qué te piensas que soy yo? ¿''Solo eso''? Escúchame, mocoso, si practicaras como tengo que practicar yo, estarías en coma ahora mismo con lo vago que eres. ¿Y qué hiciste tú?
—Ah, ¿yo? Nada, estamos en fase de experimentos, solo tuve que pasar por el laboratorio, recoger unos datos, atender a las almejas que tenemos allí y ya. Estoy aquí desde las diez de la mañana.
—Yahhh, habrase visto carrera suave en este mundo. Y eso que solo estas en segundo año.
—No te pienses que mi carrera es suave solo porque termino a las diez de la mañana. Quisiera ver qué harías tú si te preguntan en un examen la fisiología del sistema digestivo de un erizo de mar. Tu solo tienes que moverte un poco y ya tienes un diez asegurado.
Carlos lo miró enojado por un segundo pero después se relajó y asintió.
—Tienes razón. Me importa medio carajo lo que hace un erizo de mar con la comida.
—¿Ves?- ripostó Sergio complacido. Pero luego volvió a mirar a Carlos seriamente.—Carlos, aún hay algo que no me dices. Siempre he tenido esa sensación. Te me quedas mirando como si fueras a decirme algo, pero nunca dices nada.
Carlos lo miró en silencio. A pesar de estar siempre en las nubes, Sergio era bastante perspicaz.
—No, Checo. No hay tal cosa.
—¿De verdad?
—De verdad.
—Entonces hazme un favor.
—¿Qué?
Sergio puso ojos de cachorro y juntó ambas manos en un gesto de súplica.
—¿Podrías acompañarme a comer?—¿A comer? Son las tres de la tarde.
—Sí, pero aún no he almorzado.
—¿Y qué coño estabas haciendo desde las diez de la mañana que no haz almorzado?
—Es que... como que me quedé dormido... de nuevo. Hasta hace un rato que me levanté para darle la comida a los pececitos.
—Ah, qué lindo. Que coman los peces y el dueño, a la mierda. Vamos anda.- le dijo golpeando su cabeza.—que no tengo todo el día para andar dando vueltas por ahí.
—Pero si no tenías nada más que hacer.
—¿Qué tú sabes?
—Ya, va. Muchísimas gracias, estimado Carlos.- le dijo en tono solemne completamente burlándose de él.
—¡Este mocoso...!- rezongó Carlos haciendo ademán de volverlo a golpear.—Vamos a ver si un día de estos me respetas.
Se dirigió a la puerta y salió, Sergio lo alcanzó sonriendo y lo abrazó por la cintura, caminando enganchado a él.
—Yo te respeto Carlos, te respeto mucho, si no te tendría que devolver todo el dinero que te has gastado alimentándome.
—Ah, ¿por qué se supone que YO te voy a comprar la comida?
—Carlos, ¿nunca te había dicho que eres el mejor, el más guapo, el más inteligente y el que mejor baila de toda la escuela?- Sergio comenzó a adular a Carlos en broma.
—No, no me lo habías dicho. No tenía ni idea.- le siguió la broma Carlos, pero la sonrisa se esfumó de su rostro de repente al ver que Lando entraba al dormitorio. Parecía venir de sus clases normales pues no estaba vestido con ropa deportiva. Al entrar los miró a ambos y saludó sin detenerse rumbo a su habitación. Carlos notó algo extraño en él así que giró su cabeza brevemente antes de que este entrara. Sus miradas se encontraron por un par de segundos para luego desenlazarse y que Lando finalmente cerrara la puerta de su habitación.
—¿Pasa algo?- le preguntó Sergio aún colgado de su cintura.
—No, nada- le contestó Carlos volviendo a mirar al frente justo a tiempo para no chocar con la puerta de salida. Lo que había visto en los ojos de Lando... solo fue por un momento, pero le pareció... ¿celos?

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El anexo; Lewstappen. AU
FanfictionLewis acaba de transferirse a una nueva universidad. Nuevo país, nueva escuela, nuevas amistades. O al menos eso es lo que él piensa. Todas sus expectativas van a dar un giro brusco al darse cuenta de que la prestigiosa universidad a la cual ha ingr...