Epílogo

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Algunos pidieron epílogo, y la verdad es que no tenía ideas para eso. Se me había secado el cerebro pero quise al menos escribir algo. Es un capítulo muy... muy corto así que disculpen por eso. Sin embargo, lo quise centrar netamente en Kara y Lena, en nueva vida juntas.

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- En alguna parte de Irlanda

Ellas pasaron casi un mes en una pequeña casa de campo. Ningún trabajo o chisme se metió en el camino, y simplemente eran libres de dar paseos por el jardín sin que los paparazzi tomaran fotos. Sin tener los señalamientos de todo el mundo.

- ¿Té?-

La pelinegra levantó la taza y dejó que su novia le sirviese - Buenos días- bebió un poco de té antes inclinarse y chocar sus labios con la rubia.

- Son muy buenos-

Kara se sentó a su lado las envolvió a ambas con una manta roja. Aquellos días fueron como vacaciones y ninguna se despegaba de la otra, querían recuperar el tiempo perdido.

La rubia comenzó a observarla, cada movimiento suyo y la delicadeza con la cual sostenía su libro, eran muchos detalles los que Kara no quería perderse. Contemplar a Lena era arte, era algo que podría hacer toda su vida y nunca se cansaría. La sonrisa que mostraba al terminar cada libro o cuando le ganaba en juegos de trivias. Kara amaba escuchar su respiración y mirar su rostro tranquilo cuando se quedaba dormida a su lado. Le gustaba escuchar sus pequeños balbuceos.

Kara había llegado a la conclusión de que no necesitaba nada, nada que no sea Lena.

- ¿Sucede algo?-

- Eres hermosa-

Lena sonrió y se acercó a besarla fervientemente. Kara la acogió y la envolvió entre sus brazos sin soltarla, se sentía embriagada de felicidad y paz. Sus labios suaves y el toque de sus manos, la extasiaban. Era un sentimiento indescriptible, era como si pudiese volar.

Lena terminó el beso apoyo su frente contra la de su amada - ¿Has estado mucho tiempo en las nubes? ¿Qué tanto piensas, cariño?-

- En ti, siempre pienso en ti- ambas suspiraron y sonrieron - Lena, quiero pasar mi vida entera contigo..-

- Entonces somos dos- entrelazó sus dedos y se acomodó sobre la rubia.

Habían pasado muchas cosas, habían hablado y discutido, habían superado el drama y las mentiras. Ambas se habían perdonado. Lena le había contado todo, absolutamente todo. La mayor no quiso omitir ningún detalle, y se sorprendió ante la reacción de Kara. No negaría que lloró un poco ante su silencio, pero la rubia terminó toda su crisis besándola apasionadamente. Y desde allí, cerraron ese capítulo y lo enterraron lejos.

- ¿Has pensado en vivir aquí?-

- ¿Aquí?- su sorpresa hizo reír a la pelinegra.

- Bueno, no aquí exactamente.... pero podríamos construir una casa y..-

- De acuerdo-

- ¿Enserio?- la rubia asintió y besó su frente.

- ¿Por qué no? Estoy contigo y no necesito nada más. Aunque pensándolo bien, si me pidieses ir al Ártico, tendríamos que discutirlo porque no soportaría tanto frío..-

- Ni siquiera soportas el frío de Irlanda- ambas rieron.

- Bueno... tengo a alguien que me calienta- susurró Kara seductoramente mientras evitaba reírse - que me calienta más que el sol de verano...-

La rubia terminó por soltar una carcajada al ver el rostro de Lena. Aquella era frase tan icónica de Shrek, no podía desperdiciar la oportunidad de decirla.

- Tonta-

- Soy tu tonta- le sacó la lengua - Sabes, Andrea puede ser burro- Lena soltó una carcajada y asintió - digo.. porque no hay nadie quien la calle y definitivamente, no habría risas sin ella-

- ¿Entonces nosotras somos ogras?-

- Pues si, no hay que negar lo obvio. Con el temperamento que nos cargábamos y lo obstinadas que somos, quedaríamos perfectas para el papel- rió un poco antes de seguir - Además, tú quieres vivir aquí- señaló el lugar - Literalmente, esto es muy muy lejano-

- Acabaste de acceder-

- Y mantengo lo que dije, pero... tendremos que hacer de este lugar nuestro nuevo pantano-

- Nada que una tarjeta negra no solucione- la pelinegra lo pensó un poco más y miró a la rubia divertida - Tus madres y Andrea nos van a matar-

- ¿Por qué? ¿Por mudarnos a otro país fuera del continente? Pues créelo, lo harán- entonces la rubia decidió molestarla - ¿Tú tarjeta negra puede solucionar eso?-

- Calla-

- Cállame-

Lena giró su rostro y se inclinó a besar a Kara, la rubia cerró los ojos esperando el beso y solo escuchó las pequeñas risas de su amada.

- ¿No ibas a besarme?- preguntó confundida.

- ¿Para qué? Si te callaste tú solita-

Kara negó ofendida y agarró el rostro de la pelinegra con ambas manos - No me quedaré sin mi beso- y así terminó por besarla.

Besó los labios que tanto amaba, grabó el momento con los latidos de su corazón y lo guardó muy profundo en su ser.

Lo guardó con el nombre: Amor.

Herencia Maldita (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora