XIX

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6 Enero de 2019.

Los nervios me recorrían completa.

En una hora salíamos hacia San Francisco, pero no pude evitar hacer una parada, tenía que decir adiós. Puede que fuera estúpido quedarse durante un buen tiempo fuera del edificio de Joule's, anhelando los viejos tiempos, y sólo me hiciera lucir como una loca o me pusiera en peligro; más era forzoso para mí. El plan era que fuese una despedida temporal. Regresaría por lo que era mío y recuperaría mi vida, era una promesa que me había hecho a mí misma.

La verdad me aterraba manejar por la carretera no habiendo dormido por tanto tiempo debido a las pesadillas. Algunas veces volvía a estar aplastada entre un mueble pesado y el suelo mientras las llamas lo consumían todo; podría ser James besándome y luego apuñalándome por la espalda; Charles amenazando con Marie; Fee muriendo..., eran aleatorias, pero igualmente terribles. Gracias al cielo, David dijo que también quería ir a San Francisco conmigo, sólo por un día, para despedirse adecuadamente de Fee y asegurarse de que Marie y yo estuviéramos bien, así que él manejó mi auto —que gracias al cielo no había sufrido daños.

Me relajé en el viaje por la carretera. Mi hermano y yo conversábamos de algunas cosas triviales, lo que mantuvo mi mente fuera de elucubraciones, pero tan pronto como el tema de conversación se acabó, volví a adentrarme en todos los «y si...» y toda esa área gris de los acontecimientos recientes. Porque, hablando en serio, ¿qué tanta probabilidad real existía para que tantas cosas sucedieran así de la nada, una detrás de otra? Una conexión era la única respuesta, existía algo, algún factor que las conectaba a todas y quizá lograba que todo cobrara sentido..., pero ¿qué? No podía acusarme de ser repentinamente apofénica, simplemente era lógico pensar que había una causa común detrás de todo, un efecto dominó.

¿Era James? ¿O era Charles? Podía ser que ambos estuviesen conectados tras la misma causa, pero no entre sí, y yo... ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué me torturaba a mí misma pensando en estas cosas? El objetivo de mudarme a San Francisco era precisamente alejarme de todo eso, una especie de comenzar de nuevo, aunque mi objetivo no era dejar atrás las cosas, sino recuperar algo de cordura antes de luchar por recuperar mi empresa.

El movimiento del vehículo se detuvo y me di cuenta de que habíamos llegado a nuestro destino. La casa de Fee estaba limpia, aunque el polvo había comenzado a acumularse en algunos lugares y necesitaba una sacudida. Marie y yo barrimos y pasamos el trapeador por toda la casa. Quitamos telarañas de algunas esquinas y pasamos trapos húmedos por las superficies. Más tarde, después de pedir algo de comida por teléfono, David nos ayudó a colgar nuestra ropa en los armarios.

La poca ropa que ambas teníamos era cortesía de Johanna, que se había encargado de conseguirnos algunas cosas básicas inmediatamente después de saber que había ocurrido un incendio que nos había dejado huérfanas de pertenencias. Mi amiga era un ángel y tenía un corazón enorme. Ella se ofreció a vender su coche para ayudarme a terminar de pagar cuentas pendientes, pero rechace su oferta a pesar de que ese dinero habría quitado un enorme peso de mis hombros. Era un regalo que yo le había hecho para ayudarla a superar los golpes de la vida y no me parecía correcto que lo perdiera para arreglar mis cosas; además, en todo caso, era yo quien tendría que vender el suyo.

Con el dinero del seguro de mi casa, el cual recibiría dentro de una semana, pagaríamos las cuentas del hospital y compraría algunas cosas que necesitábamos recuperar.

Necesitaba ir a realizar algunas solicitudes de empleo e inscribir a Marie en una escuela pública.

Al terminar el día me dolía todo el cuerpo y respiraba con dificultad, por lo que me retiré a la cama nada más acabé mi cena y acosté a Marie. David había decidido irse unas horas atrás y ya sentía la casa demasiado grande. Prometí llamarle al menos cinco días a la semana y mensajear si necesitaba cualquier cosa. La verdad era que lo iba a echar muchísimo en falta y fue muy duro despedirse de él, pero tenía que hacerlo.

PISTAS DE QUIÉN SOY (Saga Pistas #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora