XXVIII

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James se acomodó en su lugar —demasiado lento en mi opinión— dejando flotar en el ambiente la incertidumbre de la pregunta que le había lanzado mi abogado... o ¿nuestro abogado?

—Permítante llevarlos al momento en el que descubrí que Charles Smith quería robarme. —No entendía nada. Imaginaba que mis contrincantes, mucho menos. Se suponía que James iba a ser su arma secreta y lo había sido hasta que... él mismo deshizo su decraración y ahora estaba trabajando con su... mi abogado para... ¿Qué? ¿Ayudarme?

¿QUÉ EN EL JODIDO INFIERNO ESTABA PASANDO?

A lo mejor yo estaba cayendo en una trampa, pero estaba tan cansada y tan fuera de contexto que, si quería tener armas, necesitaba escuchar lo que esos dos hombres estaban diciendo.

»Esos días había estado en el hospital, cuidando de Julia Blackburn después de que ella casi muriera en ese incendio. Estaba preocupado por ella y realmente no quería apartarme de su lado hasta no tener la certeza de que se encontraba bien. Por esas fechas, Charles y yo habíamos acordado formar el contrato que lo convertiría en mi socio, pero como era un buen amigo, imaginé que comprendería que me encontraba atado de manos y nuestro asunto podría esperar; no obstante, cuando mi enólogo llamó desde Napa para decirme que me necesitaban si no queríamos perder la cosecha, y después de mucha insistencia del hermano de Julia, me ausenté durante unos cuantos días, mismos en los que me reuní con Charles y descubrí que él y Nadia Hume, quien había estado hostigándome los últimos meses en un intento de que volviéramos, querían jugarme chueco.

Les lanzó una mirada furiosa a Charles y a los Hume. Continuó, aparentemente petulante y con tanta confianza como si tuviera el guantelete del infinito a su disposición. Recorrí su rostro y estudié cómo los músculos de sus brazos se mancaban cuando se movía. En serio, se veía sexy así... Digo...

«No. Él es un mentiroso, Julia, maldita sea, concéntrate» —me reprendí.

»Me mantuve callado e ideé una forma de acabar con todo esto. Primero que nada, necesitaba ganar su confianza y hacerles creer que no sabía nada respecto a su engaño —declaró con valentía. Había que decirlo, se tenían que tener agallas para decirle a los Hume y a Charles que había estado jugando ajedrez con ellos y de pronto... ¡Jaque Mate! De cualquier forma, todavía no confiaba en sus palabras, en cualquier momento podría voltear la situación y, ¿quién sabe? con lo que había visto en los últimos meses, James bien podría tener múltiples perdonalidades y no me sorprendería en lo absoluto. Ya ni hablar de mis sentimientos; estaba muy ocupada poniendo todo en orden en mi cerebro como para ponerme a pensar en lo mucho que me había dolido todo lo que me hizo pasar—. Posteriormente, después de que Julia se negara a venderme acciones, convencí a Nadia Hume de que sólo me juntaba con Julia Blackburn porque quería conseguir su empresa para revenderla en el mercado, pues había perdido una cosecha y necesitaba el dinero para financiar el lanzamiento de mi nueva colección, la empresa la terminaría vendiendo a un buen amigo inversor. Ella sabía que no tocaba dinero de mi herencia personal para invertir en mi negocio. Nadia aceptó, Julia le vendió sus acciones al señor Hume y Nadia se encargó de engatuzar a los demás accionistas de la empresa. No fue tan sencillo, pero al final cedieron al ver que el negocio estaba un poco de cabeza por la ausencia de la mente maestra detrás de ella.

¡Esa arpía! ¡Asquerosa lagartona roba hombres y roba negocios! Esa mujer era un dolor en el culo. El herpes personificado.

—Como había firmado el contrato con Nadia y Charles, necesitaba una forma de no perder mi marca, así que contraje matrimonio con Nadia Hume, además, de esa forma aseguraba que no le hicieran más daño a Julia. Lo que Charles no sabía (y supongo que aún no sabe), ni yo en su momento, es que Nadia cambió el contrato, de tal forma que fuese ella la única a la que pasaría mi marca. Eso se deshizo cuando contrajimos matrimonio por bienes mancomunados, lo que me lleva a...

PISTAS DE QUIÉN SOY (Saga Pistas #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora