—Así que... te debo una disculpa.—¿A mí?
Los músculos de su cara se tensaron, movieron y relajaron mientras intentaba encontrar un por qué a mis palabras. Me apuré a explicarlo todo, dejando mi orgullo y algo de mi dignidad de lado para poder hacerlo.
—Yo eh... puede que haya pensado que salías con tu hermano sin saber que era tu hermano y... puede también que te haya llamado puta...
—Oh.
Titubeé. No podía creer que estuviera admitiendo esto.
—Eh... Yo lo siento mucho de verdad. Fue un comportamiento tonto y me apena mucho haber hecho algo así.
Esperaba que se molestara y que me gritara algún insulto peor, que me echara de su estudio de danza a mí y a mi hija y que me advirtiera sobre no acercarme a su hermano de nuevo, pero ella sólo rodó los ojos y soltó un suspiro de resignación.
—Oye está bien —dijo, encontrando apropiado encogerse de hombros y ponerse a reír—. No eres la primera novia celosa que se me lanza al cuello. Pero agradezco que hables de eso conmigo.
No parecía ser real que ella lo estuviera tomando con tanta calma, por lo general estaba acostumbrada a un poco más de drama y todavía me sentía avergonzada, incapaz de manejarlo por completo, sería más fácil si ella sólo explotara.
—Tuve un mal momento. Generalmente no hago este tipo de cosas. Ya sabes, mi hija de seis años probablemente lo hubiera manejado mejor. Quiero a tu hermano y todo está arreglado entre nosotros, pero no parecía correcto sólo fingir que esas cosas no pasaron y seguir tratándote como siempre.
—Bueno, Julia, definitivamente acepto tus disculpas y entiendo lo que un hombre guapo puede provocar. Disculpas aceptadas, pero no lo hagas de nuevo.
—Hecho.
Acepté su abrazo. Pedir disculpas era otra cosa en la que yo era un completo desastre, sobre todo con personas que no conocía formalmente más allá de unas cuantas presentaciones, como era el caso se Emily. Por suerte, esta mujer era igual de agradable que su hermano, tuve que aceptarlo, pues rogarle todo el resto de la tarde sólo me haría parecer una tonta. Quizás de verdad existía gente agradable en este mundo, si me pusiera de envidiosa de nuevo, podría incluso celar que además de preciosa y perfecta, ella era una persona objetiva y razonable.
—Así que... No estoy muy segura de si debería estar diciéndote esto, pero definitivamente de quien tienes que preocuparte no es de mí, sino de ella...
Interrumpí mis divagaciones para seguir su mirada hasta la mujer que cruzaba las puertas del estudio de danza. Me pregunté qué podría ella estar haciendo aquí hasta que algo más llamó mi atención, su escolta, James y William. Miré a mi eh... ¿novio? —no me acostumbraba a decirlo— Lo miré apretar los dientes cuando por fin me encontró enviando señales de «¿Qué carajos». Por supuesto que sabía que estaría aquí hoy, ¿por qué aparecía con esta mujer?
—¡Emily! — Nadia pasó frente a mí y me ignoró deliberadamente, cosa que, claramente, no esperaba que hiciera. Con lo amable que era esa perra...
Emily le devolvió el abrazo, robándose la atención de James y dándole un gesto de muerte por haberla traído allí, no sabía si yo me lo estaba inventando, pero ella no pareció tan incómoda cuando me había abrazado a mí. Él subió los ojos y caminó hasta donde yo estaba.
—¿Qué hace ella aquí? —pregunté mientras echaba un vistazo hacia atrás, asegurándome de que Marie y William se hubieran quedado donde les indicamos antes de dirigirnos a un lugar en el que pudiéramos hablar.
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PISTAS DE QUIÉN SOY (Saga Pistas #1)
RomansSer una mujer de negocios y una madre soltera no puede ser sencillo. Es por eso que nadie sabe cómo es que Julia Blackburn consigue manejar su vida. La realidad es que los eventos negativos de su pasado la mantienen atada de manos en sus relaciones;...