Un mirífico ramo de girasoles esperaba frente a mi puerta junto al repartidor cuando regresaba de tirar la basura. Firmé el recibo con una enorme felicidad, entré a casa y puse las flores en agua. Las admiré un momento. El amarillo brillante de los pétalos le daba aún más vida a mi cocina. Adoraba las flores y esas no fueron ninguna excepción. Desenrollé el listón con el que estaban amarradas para poder leer la nota que colgaba de él.
Decía Vincent Van Gogh... «Cuando siento una necesidad de religión, salgo de noche y pinto las estrellas».
Sin embargo, durante nuestra cena ni una sóla vez tuve que mirar al cielo, pues la verdadera estrella estaba frente a mí...
Vincent opina que «Es bueno amar tanto como se pueda, porque ahí radica la verdadera fuerza, y el que mucho ama realiza grandes cosas».
No lo sé, yo creo que tiene razón, ¿no?
También dice que «Los pescadores saben que el mar es peligroso y la tormenta, terrible. Pero eso no les impide hacerse a la mar».
¿Quieres ir a pescar conmigo? Diremos que es algo que hacen los amigos ;)
-James (con algo de ayuda de Vincent Van Gogh).
Dejé la nota sobre el mostrador de la cocina, con una sonrisa trabada en la cara. Estúpido hombre arrogante. Sabía perfectamente cómo provocarme. Ya quería verlo otra vez desde el mismo momento en que lo vi alejarse después de nuestra cena, pero ahora ese sentimiento había aumentado diez veces más... No se suponía que esto debería estar pasando.
Tomé mi celular para mandar un mensaje.
—«Años, amantes y copas de vino son cosas que nunca se deberían contar»
(The Man from Earth).—¿Mi amante por años + copas de vino? —respondió inmediatamente— Acepto.
Idiota. Ya había perdido la cuenta de cuántas veces lo había llamado así, y lo más probable era que aquel número desconocido continuara ascendiendo, por lo que en realidad no era un enigma sin resolución, más bien, se trataba de un infinito.
Él era un maestro en el arte de seducirme y yo una estúpida por estar cayendo en sus trucos como un besugo retrasado detrás de la comida barata que su dueño drogadicto vaciaba eventualmente en aquella pecera tan sucia que el cristal comenzaba a parecer un vitral en tonos verdes, cuyo único habitante era él y unas algas irónicamente resecas; así era yo alimentándome de su atención... De acuerdo, estaba exagerando, pero sí que estaba dejándome ir demasiado fácil. Si íbamos a hacer esto, necesitábamos mantener algunos límites y mantenerlo seguro hasta que tuviera suficientes elementos para tomar una decisión. No debía depender de él.
—Gracias por las flores —cambié de tema. Necesitaba un terreno seguro. Noté que su estado había cambiado a fuera de línea, así que me puse a hacer otras cosas hasta que una notificación personalizada para él, como la canción de La Vie en Rose (no me juzguen), sonó. Abrí la aplicación tan pronto como pude.
—Gracias a ti.
¿Eh...? Revisé su nombre en la parte superior del chat. Era el suyo, no me había equivocado. ¿Por qué me estaba agradeciendo a mí?
—¿A mí? ¿yo por qué?
—Por ser tú.
Bien, eso era lindo, pero podía hacerlo mejor.
—Ya, claro. Hoy amaneciste demasiado cursi, amigo. ¿De verdad esa es tu mejor línea?
—Tuve una buena noche. Invité a una amiga a cenar y después la llevé a casa con su hija. Y no es una línea, es la verdad.
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PISTAS DE QUIÉN SOY (Saga Pistas #1)
RomanceSer una mujer de negocios y una madre soltera no puede ser sencillo. Es por eso que nadie sabe cómo es que Julia Blackburn consigue manejar su vida. La realidad es que los eventos negativos de su pasado la mantienen atada de manos en sus relaciones;...