yeol dubeonjjae

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Prepárate, estamos por llegar.

 Está bien. Recuerden todo lo que les dije.

— Por supuesto. Seguiremos el plan al pie de la letra. —  le confirma el chico pelirrojo. — Actúa como siempre, no muestres ninguna actitud sospechosa.

 Está bien. ¿Algo más? — pregunta ansioso mientras mordía una de sus uñas debido a lo poco que quedaba para que todo comience.

¿Tienes un reloj?

— Sí. — responde sin entender la pregunta.

Colócalo en cuenta regresiva.  le indica lentamente. — Exactamente en veinte minutos comenzaremos. Es para que la explosión no te tome de sorpresa.

 Espera. — se tomó un momento para procesar esa oración. — Dijiste... ¿explosión? — dice sorprendido, pero solamente pudo escuchar unas risas a través del teléfono antes de que le cortarán la llamada. — Maldición. — estaba completamente emocionado al encontrarse solamente a unos minutos de poder sacar a Yoongi, el cual aún no sabía nada. El día anterior, cuando Jimin se escabulló un momento para ver al mayor, debido que no era el día que le correspondía estar con él, el pelinegro le había preguntado nuevamente si había hecho lo que se me pidió, sin embargo el peligris se excuso con que no tuvo tiempo debido al trabajo y Yoongi no reprochó nada ya que en cierto modo tenía lógica y seguía pensando que su pequeño ángel jamás lo traicionaría e intentaría sacarlo a toda costa.

Y eso era completamente cierto.

 Jimin. definitivamente deberíamos sacarle la lengua. — ¿A dónde vas tan rápido? — en el momento que Jimin había estado hablando por teléfono con Hoseok, el señor Seong Jun se percató que el peligris estaba completamente concentrado en aquella llamada, se sentía curioso por saber que era lo que hablaba el muchacho debido a que sus actitudes en las ultimas semanas eran muy extrañas, pero quizás era paranoia suya. En el caso de Jimin, después de que Hoseok le colgara la llamada sentía demasiada emoción y adrenalina corriendo por sus venas, se sentía de una forma exaltada, no sabia que esperar cuando el plan diera comienzo, por lo que entró rápidamente en el hospital, casi corriendo, para ir con Yoongi, pero el señor Seong se cruzó antes de poder hacerlo.

— Solamente estoy apresurado. — le sonríe cínicamente e intentando sonar dulce.

— ¿Apresurado por qué muchacho? — y si le damos una pista...

— Señor Seong... ¿No le sucede que piensa que su día será excelente? ¿Cómo que sucederá algo grandioso? ¿Le ha sucedido? — le pregunta curioso y con maldad por dentro esperando paciente.

— Claro que sí, muchacho. — le dice con una sonrisa y sin saber lo que pasa por la mente del joven que hace un tiempo le había dado clases. — Entonces hoy tendrás un buen día. — le vuelve a sonreír y volver al trabajo.

— Uno muy bueno. — lo mira retirarse. — Y usted participa en mi buen y excelente día. — ríe maliciosamente para continuar su camino e ir a la habitación de Yoongi a un paso rápido. Subió por las escaleras hasta encontrarse con los guardias que vigilaban a Yoongi y que tenían la misión de obstaculizar a cualquier intruso que intentara algún tipo de acción negativa para el hospital o claramente la liberación del pelinegro. El problema que cometía cada uno de los funcionarios es pensar que Park Jimin era inofensivo, y como no, el chico era adorable y amable con todos. ¿Cómo podrían pensar que un ser humano tan bueno como él podría estar con su mente distorsionada?. Cada vez que Jimin pasaba por los pasillos y se cruzaba con algunos de los empleados y pacientes, siempre sonreía y parecía un ser muy inocente, todos los veían muy inofensivo, por ende nadie sabría que Jimin era el arma principal y más importante de la liberación del pelinegro.

Mi Pequeño Ángel |Yoonmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora