yeol daseos

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La negación es una acción demasiado común, la cual en ciertas ocasiones es utilizada para no querer aceptar lo que en realidad es. La negación, a la vez, puede ser el error más grande que uno puede hacer porque jamás se sabe a quien le va afectar o de que forma va a reaccionar ante tu repentina negación hacia él. Jimin, por ejemplo, se encuentra tan cegado por las palabras de su madre que no es capaz de siquiera procesar lo que está haciendo en estos instantes.

Sus progenitores se encontraban cada uno en una silla amarrados con sogas las cuales sacaron de la misma casa.

— Volveré a preguntar. — al peligris se le estaba agotando su paciencia y no quería que eso ocurriera porque sabe lo que prosigue. — ¿Aceptan a Yoonie como mi novio?

— ¡Jimin, maldición! ¡Estás loco! — le grita su padre moviéndose intentando poder desatar las sogas, pero era algo en vano, Yoongi los había amarrado de forma muy perfecta e imposibles de desatar.

— ¡No es lo que pregunte! — dice al mismo tiempo que lanza uno de los jarrones que se encontraba en su cercanía rompiéndolo al instante de tocar el suelo. — No es para nada difícil. — la actitud de Jimin estaba alterando de forma descontrolada a sus padres, no podían procesar el hecho de que hace unos segundos su hijo estaba gritando con una expresión de enojo, pero ahora los miraba como un pequeño niño inocente intentando conseguir un dulce. — Negarse tantas veces les traerá consecuencias.

— Pequeño. — le susurra Yoongi al momento que se acercó. — Estamos perdiendo el tiempo con ellos. — le sonríe con malicia. — Mejor vámonos y que se pudran en su miseria.

— Tal vez tengas razón. — un puchero se hizo presente en sus labios. — Pero Yoonie, ellos no te aceptan.

— ¿Y qué con eso? Te tengo aquí y aunque quisieran "ayudarte" ya estás en mis manos. No tienes escape. — aquella información fue dicha para los padres del menor, información que quedó muy en clara para ellos. Pero en la mente de la madre de Jimin no estaba la opción de ayudarlo, solo quería poder liberarse, irse lejos y si fuera posible que a Jimin lo encerraran en prisión o en un psiquiátrico. Ya no le interesaba que sucedía con él. — Vámonos, pequeño. Esto es demasiado aburrido, estamos perdiendo nuestro valioso tiempo. — el peligris solo asintió. Vio a sus padres una vez más y su expresión solo demostraba decepción y una pequeña pizca de tristeza.

— ¡Park Jimin! — le llamó su madre con voz de autoridad. Estaba cansada de esta actitud por parte de su hijo, no iba a tolerar que siguiera comportándose como un niño de cinco años queriendo todos sus caprichos. — ¡Park Jimin! ¡Ven aquí! — el peligris se tapo los oídos por la voz que comenzó a retumbar en su cabeza y de forma inmediata a negar con su cabeza.

— Jimin. ¿Qué te sucede? — pregunta Yoongi hincándose para ver el extraño comportamiento de su pequeño. — ¿Qué mierda le haces? — se acerca a la mujer tomándola fuertemente del cuello y escuchando a la vez al hombre a su lado pidiendo que la suelte, pero hizo caso omiso.

— Es más dócil de lo que crees. — ríe la mujer como si no le importara ni en lo mas mínimo la actitud de su hijo. — Solo debes poner un poco de orden y ser firme para tenerlo en la palma de tu mano. Fue así desde pequeño. Es como si regañaras y controlarás a un niño de cinco años.

— ¿De qué estás hablando? —preguntó Junghoon, el padre de Jimin sin comprender a su esposa.

— Querido, estuviste mucho tiempo trabajando. — rodo los ojos. — Por mi parte, me di el tiempo de criar a Jimin como un niño normal o por lo menos lo intente. Siempre quería que sus caprichos se cumplieran, nunca sintió dolor al lastimarse, al contrario, parecía disfrutarlo, pero descubrí que si le impones orden y firmeza, se doblega de una forma muy sencilla y prácticamente lo tienes lamiendo tus pies. — muchos ven a Sung Mi como una adorable mujer y aquellas características eran la misma que poseía el peligris, pero no era solo dulzura lo que tenia la mujer, sino que también era demasiado estricta y era exactamente igual que el peligris. Jimin era su copia.

Mi Pequeño Ángel |Yoonmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora