Mi Pequeño Ángel |Yoonmin|

sibchil

Un chico de cabello negro corrió rápidamente y subía las escaleras con la misma rapidez. Se adentro a la enorme mansión cruzándose con las compañeros que le preguntaban que era lo que sucedió, lo más probable era por la sangre que tenia en su ropa y lo agitado y desastroso que tenia que verse, pero no se detuvo a responder, ese no era su objetivo. Subió las escaleras que lo llevarían al segundo piso para luego seguir su camino hacia la habitación más importante. No sabía que era lo que ocurrió dentro de ella, si conversaban algo importante o no. Entre su desesperación, no tomó en cuenta tocar la puerta ni siquiera hacer una reverencia por respeto a sus mayores. Era primera vez en su vida que sentía un miedo tan puro.

— ¿No te enseñaron modales, mocoso? — reprocha su jefe molesto por haber sido interrumpido de forma tan brusca. — ¿Qué te sucede, Youngjae? 

— Min viene por usted. Junto a Park. — dice sintiendo que estaba por desmayarse por la falta de aire y por el ataque de pánico que le había dado de camino a la mansión de Seong Jun. — Acabaron con los demás y su mensaje fue que están detrás de usted. Dijeron que era una cacería.

— ¿Con qué me están cazando? Que interesante. — dice cruzándose de brazos y luego tocando con una de sus manos su barbilla pensando en su próximo plan.

— ¿Interesante? ¡¿Interesante?! ¡Mataron a cinco de sus hombres como si fuera un maldito juego! — Youngjae estaba más que desesperado, estaba asustado.

— Porque de eso se trata niño. — se acerco al muchacho y sonrió. — Esto es un juego. Un juego demasiado peligroso para un niño como tu. Solo fuiste la paloma mensajera perfecta.

— ¿Y qué hará? ¿Dejará que vengan por usted?

— ¿Los vehículos quedaron en donde los encontraron? — pregunta cuando se acerco hacia el ventanal de la habitación observando la hermosa luna llena que mostraba la noche. — Si es así, es el plan perfecto. — sonríe con maldad. — Dejaremos que vengan. No son tan estúpidos para caer en la trampa, será una perfecta distracción para tener a Park Jimin.

— ¿Park Jimin? ¿No le importaba tener a Min? — dice aun sin comprender el plan.

— El asunto es el siguiente, niño. — lo observa mientras estira tu elegante traje. — Si tienes a Park, tienes a Min. No resistiría que lo tocaran.

— ¿Cómo sabe eso?

— Es lógico. Min es posesivo, lo demostró cuando lo quise separar de Park. Es su debilidad. Hay que usarla a nuestro favor. — miro a los dos hombres que aun se encontraban en la habitación antes de que Youngjae llegara. — Preparen a más hombres. Tendremos visitas. — Seong Jun camino a la salida de la habitación mientras los dos hombres lo seguían a sus espaldas y Youngjae detrás. — Los quiero preparados. Min se acerca y hay que estar muy listos.

— Señor. — dice Youngjae llamando al hombre pero no le hace caso al estar dando indicaciones a todos los hombres necesarios. — Señor. — vuelve a insistir impaciente, pero sin recibir una respuesta. En cambio, Seong Jun comenzó a caminar para dirigirse al sótano. — ¡Tío, por favor! ¡Escúcheme! — se puso al frente para impedirle el paso. — Por favor, no subestime a Min Yoongi, ni a Park Jimin. Ellos son atroces.

— Tranquilo, niño. Tengo todo en mis manos. — le menciona con calma dispuesto a seguir su camino, pero Youngjae vuelve a interferir.

— Por favor. — dice con voz baja y con pena. — Eres la única familia que me queda. No quiero perderlo también. — aquello fue de importancia para Seong Jun. Le dolía que su sobrino estuviera solo, ya que él se ausentaba por demasiado tiempo, pero siempre intento cuidar del muchacho.

— Quiero que estés en un lugar seguro. No te pasará nada.

— No quiero estar solo. — dice con lágrimas cayendo por sus mejillas.