— ¿Tú pretendes curarme? — pregunta con una voz demasiado atrayente para el gusto de Jimin, más aún por lo ronca y grave que sonaba.
— Eso espero. — ambos se miraban fijamente a los ojos pretendiendo tener una guerra de miradas, quienes no sabían quien ganaría. El pelinegro pretendía intimidar a su acompañante y poder doblegarlo y llenarlo de miedo como solía suceder con las demás personas que habían pasado en frente de él, algo que verdaderamente no estaba sucediendo. En cambio, Jimin quería saber que era lo que podría haber detrás de aquel semblante que poseía en ese instante el pelinegro.
— ¿No te intimido? — habló el pelinegro con voz ronca sin romper el contacto visual con el peligris.
— No. — contestó rápidamente el peligris.
— ¿Ni un poco siquiera? — el pelinegro camino lentamente hacia el peligris y se detuvo justo al frente de éste a tan sólo unos centímetros. Sentía una repentina curiosidad por aquel joven.
— No. — volvió a repetir el peligris. — ¿Por qué tendría que intimidarme? — preguntó con tono inocente, pero mantenía su semblante serio sin dejarse manipular por la postura del pálido.
— ¿Sabes a quién tienes en frente? ¿A caso no te entregaron mi maravilloso expediente? — se acercó más, siguiendo con su voz ronca y casi provocadora.
— Lo sé. No me intimida. — manteniendo aún el contacto visual entre ellos. — Ahora, vaya a sentarse a la mesa y coma.
— ¿Y qué si no lo hago? — lo desafió.
— Yo mismo me encargaré de que no deje ni la mas mínima migaja. ¿Qué le parece? — el peligris sonrió de forma cínica. Yoongi se alejó de Jimin y fue hacia la mesa a comer aquella comida de la bandeja mientras observaba junto con una sonrisa pícara a aquel peligris que se sentó al frente suyo.
En ningún momento dejaron de mirarse.
— ¿Qué hace un ángel como tú en este lugar? — preguntó el pelinegro mientras comía.
— ¿Perdón? — Jimin había entendido la pregunta, lo que descolocó al chico fue el apodo dicho por el pelinegro. ¿Ángel?. Yoongi se identificaba como alguien que no tenía miedo de decir las cosas y no pudo evitar decir aquel apodo. El muchacho parecía un ángel caído del cielo viniendo a salvarlo. En el momento en que Jimin había entrado en el cuarto, Yoongi estaba acompañado de su voz de siempre, pero al entrar Jimin y al momento que lo vio, esas voces cesaron.
El ángel que controla el demonio que lleva dentro.
— Dije... ¿Qué hace un ángel como tú en este lugar? ¿A caso eres sordo? — dijo Yoongi sin mucha sutileza.
— Lo siento. Me ofrecieron trabajo aquí por la razón de ser uno de los mejores estudiantes. — explicó el peligris.
— ¿Cuántos años tienes? — Yoongi se enderezó en el asiento al preguntar.
— 23 años. ¿Y usted? — Jimin quería realizar bien su trabajo y una de las maneras de hacerlo era ser amistoso con su paciente. Intentaría ser agradable con él y así progresar.
— 25 años. ¿Tienes novia? — esa pregunta no la veía venir.
— No. — contesto rápido.
— ¿Novio, tal vez? — eso hizo sonrojar levemente las mejillas del peligris.
— Tampoco. — contestó mirando al pelinegro que no apartaba su vista de él.
— Perfecto. — Jimin no entendía que pasaba por la mente del pelinegro ni a que se debía esa sonrisa con pizca de malicia. Quiero comprenderte.
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Mi Pequeño Ángel |Yoonmin|
Fanfiction- Yoongi a-ah, es-esto esta mal. - Te metiste en esto, la primera vez que me besaste, ya no hay vuelta atrás pequeño. - ¿O quieres que me detenga, Jiminie? Jimin habían entrado a un hospital psiquiátrico al finalizar su carrera, pensando en que se...