Mi Pequeño Ángel |Yoonmin|

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Namjoon y Hoseok corrían por los pasillos intentando llegar lo más rápido a la habitación en donde debería encontrarse Min Yoongi junto a los demás. Lo más inteligente era que uno de ellos fuera en busca de Yoongi, pero ambos muchachos sintieron la adrenalina, orgullo y emoción de adquirir todo el control de las áreas de Kim Jinhae. Era solo cosa de actuar. Al llegar a una de las habitación que se encontraba en un piso subterráneo observaron como los chicos se preparaban. Ellos, a pesar de ser muy buenos con las armas, se les daba más las computadoras, pero si llegaba un momento en donde debían atacar, no tendrían el más mínimo problema. Yoongi estaba practicando su puntería con varias armas, desde la más pequeña a la más grande, y para la sorpresa de cualquiera dio en el mismo lugar con todas las armas. Exactamente en el mismo punto. Taehyung tenia en sus manos diferentes cuchillos y navajas, esa era su especialidad, la puntería con el lanzamiento de armas con filo. Taehyung podría ser capaz de atravesar la cabeza de una persona con un cuchillo sin pestañear. Jungkook y Seokjin, estaban discutiendo, ambos teniendo ballestas en sus manos. 

— Yo soy el primer y mejor hombre con ballesta. — dice Jungkook enfrentando a Seokjin.

— Eres un mocoso engreído. — su ceño se frunce ya cansado por esta conversación. — Si eres el mejor, apunta al blanco. — le desafía.

— Ambos. Si tu le apuntas al blanco perfectamente, cerraré por esta vez mi boca. Si yo apunto, me respetarás como un maldito dios. — le propone con demasiado soberbia.

— Hecho. — ambos estrechan las manos y levantan cada uno su ballesta. — Pero mejor sin mirar. — sonríe Seokjin de forma juguetona.

— Hecho. Uno. — empieza a contar.

— Dos.

— Tres. — dicen al mismo tiempo apuntando y dejando salir la flecha. Se miraron por ultima vez y sonrieron pensando que uno había sido el ganador. Tanto Seokjin como Jungkook eran demasiado presumidos y egocéntricos, por lo que la derrota no estaba pasando por ninguna de sus mentes.

— Bueno, aceptaré que ambos tenemos el mismo potencial. — acepta Seokjin suspirando levemente y sonriendo por lo inmaduros que se habían puesto. Ambos habían dado en el blanco.

— Concuerdo. Por ahora. — ambos sonrieron debido a que la discusión y el desafío no los había llevado a ninguna parte. Después de todo, trabajarían juntos, para que hacerse enemigos.

— Yoongi. — llamó Namjoon al pelinegro al igual que siendo escuchado por los demás y teniendo el centro de atención. — Tenemos acceso a todo.

— Tenemos la lista de sus aliados y enemigos, en el caso de que algo salga mal... — añade Hoseok. — Podemos entrar y salir de sus mansiones sin problema alguno.

— Eso. — comienza a decir Yoongi aun teniendo una arma en sus manos y apuntando al muñeco que tenían como blanco y apuntó nuevamente en el lugar en donde las balas anteriores habían llegado, perforando completamente el muñeco. — Es perfecto. — sonríe porque el comienzo de su plan estaba más cerca que nunca. — ¿Es posible ver al imbécil por cámaras? — pregunta para confirmar. Ambos hackers asintieron. — Muéstrenme.

— Yo también quiero ver. — dice Taehyung dejando caer los cuchillos que tenia en las manos y comienza a seguir los pasos de su novio junto a los demás. Todos caminaron para llegar a la habitación de los chicos que no habían dado un solo pestañazo para lograr lo que consiguieron. Yoongi sobre todos tenia la ansiedad por los cielos. Si las cámaras le mostraban a Jimin no dudaría un segundo en actuar. Después de todo, estaban preparados.

— Aquí están las cámaras de seguridad de su mansión en Busan. — indica Namjoon moviendo algunas teclas y mostrando diversas imágenes que le permitía las cámaras de seguridad. Verificaron las de Busan, Daegu y ahora observaban las de Seúl. — Aquí esta. — dice Namjoon al reconocer la figura de su padre en una de las cámaras, lo peor, es que no estaba solo.