yeodeolb

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— Los días asignados con Min Yoongi serán tres días. Lunes, miércoles y viernes. — explica el señor Seong Jun al peligris que no cambiaba su expresión de disgusto, completamente en desacuerdo. — Y como hoy es viernes, te toca con él. Puedes ir.

— ¿Le conseguirán a alguien más los días que yo no este con él? — preguntó secamente.

— Estamos en ello, pero lo conseguiremos. — sin mas el peligris se retira sin despedirse ni nada, lo que menos quería era cruzar palabra nuevamente con él. Jimin estaba seguro que si conseguían a alguien que se encargará de Yoongi, no les iba a resultar como a él le resulto. Estaba seguro de ello. Él solamente pudo conseguir apegarse al pelinegro y viceversa, Yoongi le había explicado en un momento que durante sus dos años en ese hospital nadie había sido tan amable como él. Nadie le iba a quitar su puesto. De lo contrario, no podría controlar su ira.

No podía ser reemplazado.

— Hola, angelito. — saludó Yoongi al ver entrar al peligris. El momento más esperado de su día.

— Hola, hyung. — dice sin mucho ánimo en su voz como el que lo caracterizaba siempre.

Algo había sucedido y Yoongi no estaría satisfecho de ello.

— ¿Sucede algo? — preguntó Yoongi al notar el desanimo de su angelito. — ¿Tengo algo del que enterarme? — Jimin asintió. — Te escucho. — dijo el pálido con una postura seria. No le agradaba mucho esto. Algo está pasando. Algo malo para nosotros.

— Solo... — suspiro. — No te enfades. — pide Jimin. Uno podría esperarse cualquier reacción por parte del mayor, en especial por su carácter. Era algo complicado.

— Estás pidiendo mucho para mi persona. — ríe por la estupidez en las palabras de Jimin.

— Me disminuyeron los días contigo. — mira a los ojos al pelinegro para observar su expresión, la cual era un ceño fruncido. No le agradaba nada de lo que acababa de escuchar. Estaba muerto. — Alguien más estará contigo.

— ¿Estás jugando conmigo, verdad?

— ¿Qué? No, estoy hablando en... — no termino de decir lo ultimo. Ahora se encontraba acorralado contra la pared y siendo presionado fuertemente en su cuello impidiéndole el acceso al oxígeno, lo que por inercia llevo sus manos a las de Yoongi para intentar alivianar la presión, siendo una acción totalmente inútil. Cada vez en los brazos y manos de Yoongi las venas sobresalían mucho más a medida que se ejercía la presión.

— Tu solo no quieres estar conmigo. — dice furioso Yoongi. — No te vas alejar tan fácil de mi. — carcajea. — Me estás mintiendo. — dijo con el ceño fruncido, estaba muy molesto y su cabeza decía muchas cosas respecto a la situación. — ¡Tu no te puedes alejar de mi! — no quería creer sus palabras, no dejaría a su angelito por nada del mundo. Nadie se lo arrebataría. — Te dije que se te seria imposible escapar de mi. No lo harás.

— Yoon-gi, por-por fa-vor... — su rostro cada vez tomaba un color más rojizo. — Suel-suelta-me. — dice apenas, logrando que Yoongi soltara su agarre haciendo caer a Jimin al no tener fuerzas y comenzar a toser para poder permitir que el oxígeno pueda volver a su sistema.

— Jiminie, lo siento. — dice el pelinegro arrodillándose para quedar a la altura de Jimin. — Lo siento, me descontrole. — suspira sin sentir demasiado arrepentimiento. — Es que no puedes dejarme. — dice estresado. El peligris había regulado su respiración luego de ese horrible suceso que nunca espero de parte de su hyung.

— ¿Hubieras sido capaz de matarme? — pregunta Jimin al tener su respiración de vuelta.

— No Jiminie, no podría.

Mi Pequeño Ángel |Yoonmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora