Todos tenemos una pizca de locura en nuestra alma, como también miedo. Min Yoongi, como los describirán los demás, sobrepasa los límites de aquella locura, pero sigue siendo un ser humano, le teme como todos a algo. Todo el mundo posee un punto débil.
— Empecemos con las preguntas. — al señor Seong Jun le fascinaban estos días. Solo había un día para hacer sufrir a Min Yoongi. Un día de cada mes para evaluar su avance, si había indicio de que progresaba. El señor Seong Jun no era un mal hombre, según la opinión de los demás. La mayoría de los pacientes le tenían respeto, pero Min Yoongi había rebasado su límite de paciencia y ese día le satisfacía el terror de Min Yoongi. — Jimin. ¿Podrías salir?
— Señor. ¿Podría darme unos minutos con mi paciente, por favor?.
— Está bien. — el señor Seong Jun fue hacia la puerta para darle esos minutos a Jimin. — Solo cinco minutos.
— Hyung.
— No quiero esa cosa, Jimin. — dijo asustado — Odio esa mierda. No dejes que lo hagan, por favor. — era una faceta que el peligris en estas semanas nunca había visto. Miedo. Nunca pensó que la vería por parte del mayor.
— Hyung, cálmese. — toma del rostro al pálido que a empezado a desesperarse. — No pasará nada, usted responda esas preguntas tranquilamente y estará bien.
— Siempre hayan la forma de que me altere en una de esas malditas preguntas. — dice enojado. Conocía muy bien esas preguntas y no siempre eran las mismas. A veces se repetían, pero siempre había una que lograba alterarlo. Siempre la misma.
— Intente no hacerlo. ¿Está bien? — esta situación asustaba tanto a Yoongi como a Jimin, en tan solo pensar que podrían hacerle daño a su hyung lo desesperaba. Era como si también le hicieran daño. — Responda tranquilamente y así no pasara nada.
— Quédate conmigo.
— No creo que sea posible.— dice sincero el peligris.
— Por favor, Jimin. — le suplica el pálido. Él peligris iba a contestar, pero la puerta fue abierta antes de que pudiera contestar.
— Se acabó el tiempo Jimin, tienes que salir. — dice el señor Seong Jun al entrar.
— Me voy a quedar. — dice firmemente.
— Lo siento, no puedes. Esto es privado.
— No lo creo. — contradice Jimin — No creo que sea así. Sé cosas de mi paciente y tengo que asegurarme que no se me hayan pasado algunas cosas y saber que lo atormentan todavía. Necesito tener la mayor información posible.
— ¿Atormentan? Tú crees que alguien como él... — apuntando al pelinegro — ¿Va a estar atormentado?. Él se ríe de las tragedias que cometió. Todo le parece sumamente gracioso.
— No lo subestime, señor. — mátalo. Aún no. — Ahora empiece con las preguntas. — el señor Seong Jun no tuvo que otra que permitir la presencia de Jimin y sentarse frente al pálido.
— Bien... ¿Cómo te has sentido, Min?. — el pelinegro miro de reojo a Jimin, recibiendo un tranquilo que salió de los labios del peligris que él solamente pudo entender. La idea era responder de forma tranquila y así no le pasaría nada.
¿Qué tan difícil podría ser eso?
— De maravilla. — dice el pelinegro.
— ¿Qué tal te parece Jimin?
— Es un verdadero ángel. — sonríe el pelinegro, robándole también una sonrisa al peligris que estaba detrás del señor Seong Jun y no la pudo ver.
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Mi Pequeño Ángel |Yoonmin|
Fanfiction- Yoongi a-ah, es-esto esta mal. - Te metiste en esto, la primera vez que me besaste, ya no hay vuelta atrás pequeño. - ¿O quieres que me detenga, Jiminie? Jimin habían entrado a un hospital psiquiátrico al finalizar su carrera, pensando en que se...