Capítulo 27

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Macaria había estado todo el día en la ciudad dando vueltas y comprando cosas para la cena que daría, había pasado cari un año desde que Ares le había propuesto casarse pero con todo lo de la noticia a Alcione de que era un Dios, enviarlo a la academia y varios negocios de Ares que los habían mantenido fuera de Nueva York no habían dicho nada, además que el internado donde Alcíone estudiaba no lo dejaba salir hasta vacaciones de Verano. Macaria decidió aprovechar para dar la noticia y decirles que se casaría con Ares en un mes, llevaban tiempo planeando todo y en realidad tenían todo listo, solo necesitaban anunciarlo.

Al llegar a su casa notó que aún no llegaba Ares ni Alcíone.

—Señora su hijo aterriza en media hora en la pista.

—¿Alcione llamó?

—Así es, preguntó por usted pero le dije que había salido.

También llegaron Ares y él traía a Perséfone y Hades en el auto, Hades se veía visiblemente mareado pero supo ocultarlo frente a su hija y Perséfone abrazó a Macaria. Ellos se habían estado quedando en Nueva York días antes, ya que era esa época en la que Perséfone estaba en la Tierra.

—¡Cariño!—dijo Hades saludando a su hija—lo siento odio estos autos cerrados.

—Quería llegar en un portal—le dijo Ares al oído.

—¿Dónde está mi nieto?—preguntó Perséfone.

—Justo voy por él a la pista de aterrizaje—les respondió—los invitaría pero creo que lo mejor será que se bañen y se pongan guapos.

—Tendremos una cena especial

Macaria se puso los lentes e hizo sonar las llaves del auto.

—Espero que me digan que ya están casados—comentó Hades.

—Algo así—ella subió al auto—mi amor ve a la cocina a ver que este todo bien y ponte más guapo.

Camino a la pista, pensó en que llevaba casi un año sin ver a su pequeño. Al llegar a la pista preguntó si ya había llegado la avioneta ARMA 1. Ares la había nombrado así uniendo sus nombres, le dijeron que aún no pero el radar indicaba que estaría ahí en unos minutos, Macaria regresó al Jeep y miró el atardecer que le regalaba una vista espectacular. Fue cuando en el horizonte vio una avioneta que reconoció inmediatamente, era amarilla con vistas azules, divisó al piloto en ella y sonrió al mirarlo. Fue un aterrizaje perfecto y el joven bajó sonriendo, traía su overol de la academia y enormes lentes. Macaria levantó el brazo y este llevaba su pequeña maleta con ropa, sabía que no debía llevar mucha porque lo más probable sería que Macaria le comprara ropa en Nueva York.

—¡Mami!—Alcíone la abrazó fuertemente y ella correspondió.

Él la cargo y le dio vueltas, su pequeño se había estado ejercitando, se veía bastante fuerte y sin duda era el Dios más guapo de todos, tenia el pelo negro, piel trigueña y ojos azules

—¿Donde está papares?—preguntó el joven refiriéndose a Ares, era una forma cariñosa de decirle.

—Con tus abuelos en casa—Macaria se dirigió al coche—. Sube.

—¿Los abuelos? ¿ocurrió algo?

—No, es solo que organicé una pequeña cena

—Espero que el abuelo Hades no insista en que vaya al inframundo a hacerme cargo del ¿Tártaro? ¿los campos Elíseos?

—Algún día tendrás que hacerte cargo de algo de eso.

—No te ofendas mamá pero no me interesa, hasta hace apenas uno año no lo sabía

Alcíone resoplo y miró a su madre quien se molestó un poco.

–Perdón mamá–la miro escudriñando lo que pensaba—, es solo que no es lo mío, me gusta ser piloto. Además tu tampoco vas allá, nuestro lugar está aquí.

Macaria no dijo nada hasta que llegaron  a casa, todos ya estaban ahi con ropas elegantes y Ares había invitado a más personas de las que ella pensó.

—Cariño—ella lo besó en los labios—¿que es todo esto?

—Es una fiesta de compromiso con nuestra familia más cercana, ve a cambiarte—le susurro al oído.

Alcione entró y se dio cuenta que en realidad no traía ropa para el momento así que fue a ver a Ares para que le prestara un traje, el Dios de la guerra le prestó uno azul petróleo y fueron a la cena, solo debían esperar a Macaria. En la fiesta estaban Hades, Perséfone, Zeus, Hera, Alcione, Adrestia, Eros y Psique. No había invitado a Fobos y Deimos porque habían ido a guerra, se encargaban bastante bien de los asuntos de su padre y eso le gustaba a Ares, quizá un día de esos dejaba el cargo.

Macaria bajo con un vestido verde y un collar de Diamantes que Ares le había regalado en su primer año como pareja. Él la escoltó y le susurró:

—Te ves hermosa esta noche, como todas las noches, pero hoy más.

Un ligero rubor apareció en las mejillas de Macaria.

—Bueno—dijo haciendo sonar una copa—, la mayoría de ustedes ya saben que hacen aquí, pero no saben lo que pasó hace un año

Ares le tomó la mano a Macaria donde llevaba el anillo.

—Bueno le propuse matrimonio con un espantoso anillo que le compre al cantinero—Ares continuo su anécdota—, a pesar de ser horrible, como yo, ella aceptó y si sus sentimientos no han cambiado desde ese dia quiero volver a pedirle que se casé conmigo.

Ares comenzó a buscar frenéticamente el anillo por todos los bolsillos de su traje hasta que dio con él.

—Macaria... yo no sabía de lo que me estaba perdiendo hasta que te vi con otros ojos, cuando me contaste que siempre me amaste yo no podía creer que alguien tan bueno como tú pudiera sentir amor por alguien tan—Ares no encontraba palabras—... malo como yo. No creí que me pudiera permitir algo bueno después de todo y tanto, pero aquí estamos.

Ares puso el anillo con incrustaciones de diamantes negros en el dedo corazón de la mano izquierda de Macaria, justo donde estaba el que le había comprado al cantinero.

—Ares—ella sonrió al verlo

—Enteré si quieres usar esa cosa horrible—bromeó—¿te quieres casar conmigo?

—Creo que siempre quise esto.

Ella lo beso y todos aplaudieron celebraron el momento y Ares se sintió tan feliz y pleno. Su pecho se llenó, ya no sentía aquel vacío que siempre sintió.

Macaria por su parte no imaginaba que su sueño de infancia se hiciera realidad, al fin estaba con Ares y se iban a casar.

Tolerate it (Macaria x Tánatos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora