Capitulo 8

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A la mañana siguiente una joven Ninfa entro a la habitación de Macaria y abrió las cortinas dejando entrar la luz por completo, Macaria despertó y se dió cuenta que su esposo ya no estaba a su lado.

—¿Qué hora es?—preguntó Macaria.

—Siete a. m. Helios se retraso un poco hoy.

—¿Cuál es tu nombre?

—Yanire, seré su sirvienta personal. Ya prepare su baño y dos opciones de vestidos.

—Sirvienta es una palabra fea, sabes no necesito que hagas todo por mi, puedo preparar mi tina y elegir mi ropa—trato de sonar educada.

—Clitia insistió en esto, si regreso me hará volver con usted.

Macaria se sentó y le pidió a Yanire que se sentará frente a ella.

—Ella controla todo por aquí ¿Verdad?

La joven Ninfa de cabello recogido en una larga trenza asintió.

—Para que ella no sospeche esto, tu y yo podríamos empezar por ser amigas—le propusó Macaria.

—Puedo hacer eso. Pero usted debe pararse ahora mismo si quiere estar lista para almorzar con Leteo.

Macaria se levantó.

—Hablando de ella, ¿es muy importante por aquí? quiero decir, para ustedes y mi... marido.

—Bueno ella fue muy importante para el amo Tanatos, estaban enamorados y se iban a casar...—Yanire hizo una pausa—, construyó este castillo para vivir cerca y cuando llegara el momento ella viniera aquí.

—¿Sabes por qué no se casaron?

—Nix no la aprobaba, tampoco sus hermanos a excepción de Kerr. Dicen que a pesar de ser bien recibida en esa familia no estaba a la altura de la lo que Nix quería para Tanatos.

Macaria fue a ver la ropa que Yanire le había escogido.

—Yo no me siento bien recibida ahí, creo que es no son como mis padres o como yo, amo a Tanatos pero está tan influenciado por su familia que temo que no me ame a mi y solo este conmigo porque era conveniente para él.

—Cualquiera se enamoraría de usted—la llevo al espejo—, usted es preciosa y apuesto que tiene más cualidades de las que puede ver.

Macaria sonrió y corrió al baño para comenzar a prepararse, quería verse bien para impresionar a la primera de su esposo. Pero no tanto como para que se sintiera ofendida. Cuando terminó de prepararse fue a la cocina para revisar que todo estuviera listo para cuando llegara Leteo. Le preguntaron dónde quería esperarla, así que pidió que fuera dentro, no quería que viera el jardín sin arreglar. Se sentó a esperarla al cabo de unos minutos de la hora llegó Leteo. Le saludo dándole un beso en cada mejilla y Macaria correspondió el gesto.

—Luces bonita—le dijo la oceanide.

Macaria se había puesto un vestido de seda. Leteo también vestia ligero, el clima era húmedo y caluroso. Llevaba una fragancia muy parecida al Jazmín, era algo ligero pero a Macaria se le impregnó el olor en la nariz.

—Tu también, es un hermoso vestido.

Leteo sonrió, se sentó y les llevaron té y jugo.

—Supongo ya merodeaste por el castillo—afirmo Leteo dándole un sorbo a su té

—No he tenido tiempo—se encogió de hombros—, Tanatos me llevo ayer a las caballerizas pero es todo.

—Es típico de él, dime ¿sabes montar a caballo?

Tolerate it (Macaria x Tánatos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora