Aniversario de matrimonio 1/2

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Nota: Se me había olvidado actualizar xD

Nota 2: A partir de este episodio los iré dividiendo en dos partes, porque son medio largos. 

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—Mucho gusto, Hinata-san, soy Naruto Uzumaki —dijo él, extendiéndole su mano.

—Mucho gusto, Uzumaki-san —respondió Hinata, tratando de ocultar en la sonrisa de su rostro, todo aquel intenso dolor que quemaba sus entrañas, casi como si se encontrara justo sobre la hoguera.

El hombre que tanto amaba, que por tanto tiempo permaneció dentro de su corazón incluso después de haber tenido que dejarlo, el padre de su adorada hija, él en este momento debía estar odiándola. Él era quien menos esperaba ver en aquel momento. El nuevo accionista era Uzumaki Naruto y ya no sabía si eso era bueno o malo, sólo sabía que se sentía tan vulnerable como una frágil escultura de hielo, que al calentarse se derretía. Y así sentía que tarde o temprano caería rendida en sus brazos.

En ese momento, como un salvavidas, los demás accionistas de la empresa se levantaron para saludar a Naruto. El rubio los saludaba a todos con normalidad, presentándose educadamente, y Hinata no podía dejar de verlo.

Sasuke se dio cuenta de que algo pasaba con su esposa, por lo que decidió preguntar, aunque, para ello se alejaron un poco del resto para que no oyesen.

—¿Qué te pasa, Hinata? —le preguntó Sasuke en un susurro.

—No es nada... —respondió ella, mintiendo de la mejor forma en que sabía hacerlo—. Es sólo que me he sorprendido, no me esperaba que el nuevo accionista fuese tu amigo, Sasuke.

—Si, bueno, supongo que con él no será necesario el plan —dijo Sasuke, observando como Naruto le daba la mano a Gaara y luego a Shikamaru.

Todo está yendo según el plan —pensó el rubio poniendo su sonrisa socarrona. Cuando vio a Neji, de inmediato notó el parecido que tenía con Hinata y con ese despreciable de Hiashi Hyûga. Seguramente debían ser parientes o algo así.

—Neji Hyuga —se presentó el castaño. Naruto estrechó su mano, poniendo una expresión más seria en su rostro.

Así que sí eres un Hyûga, uno de esos malditos bastardos —pensó el rubio con odio, aunque puso una sonrisa falsa nuevamente—. Mucho gusto... —dijo, apretando un poco demás la mano del castaño, el cual frunció el ceño, sin embargo, fueron distraídos por Sasuke.

—Naruto, siéntate y discutamos sobre lo que haremos de ahora en adelante, ¿cuáles serán tus condiciones para aportar tu capital a la empresa? —preguntó el azabache. Naruto simplemente lo miró y le sonrió.

—No tengo condiciones, todo seguirá igual que como hasta ahora, sólo que quiero formar parte de la junta directiva y, por supuesto, estar al tanto de todo —respondió. Todos lo miraron, algunos con desaprobación como Gaara y Neji, algunos no estaban interesados, como Shikamaru y Tenten, mientras que Hinata no se atrevía a verlo, sentía que podría desfallecer ahí mismo.

¿Acaso de ahora en adelante... tendré que verle todos los días? —se preguntó la ojiperla, consternada. Ahora sí estaba temiendo lo peor, porque podía notar en los ojos de Naruto esa ira que lo embargaba sólo con observarla. Él la estaba odiando y eso le dolía demasiado.

Necesitaba darle una explicación, decirle lo que pasó, pero definitivamente, este no era el mejor momento para eso.

Después de que acabó la reunión, todos salieron de la sala y la última en retirarse fue Hinata. Aún no podía creer lo que acababa de pasar ahí dentro; que el amor de su vida había regresado y la había tratado tan fríamente.

El Error de AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora