Mientras se encontraban en la hora del almuerzo, Hanabi no dejaba de observar hacia la mesa donde estaban sentados Konohamaru y Moegi, con ojos de asesina. Realmente no sabía qué pretendía ese tonto de Sarutobi, pero era molesto el verlo tan acaramelado con su amiga. ¿Qué demonios le había pasado que de un día para el otro la había hecho a un lado?
No es que le importara, obviamente, pero era molesto, muy molesto.
—Tsk —masculló, cruzándose de brazos al ver cómo Konohamaru le ofrecía algo de comer a la boba de Moegi.
A Hanabi realmente no le gustaba ni un poco Konohamaru Sarutobi, eso estaba más que claro, el único hombre que a ella le interesaba se llamaba Kiba Inuzuka, pero era tan, tan orgullosa, que no podía aceptar que la cambiaran por alguien inferior a ella. Se suponía que ella era la mejor, la abeja reina, la más hermosa de todas, ¿cómo se atrevía ese estúpido a despreciarla? Debería estarle rogando como siempre.
—Entonces, ¿no te gusta esto, Moegi-chan? —le preguntó Konohamaru, frunciendo ligeramente los labios, luego de que la chica rechazara la comida con carne.
—N-no me agrada mucho la carne —ella le respondió, con las mejillas rojas por la vergüenza. Aún no podía creer que Konohamaru le estuviera haciendo caso, a ella siempre le había gustado, pero el chico parecía sólo tener ojos para su amiga Hanabi. No lo culpaba, media universidad se moría por el amor de la Hyuga, es que ella lo tenía todo, era hermosa, inteligente, buena en los deportes, además, provenía de una familia adinerada. Moegi sólo era una chica común y corriente, sin nada en especial, por ende, se sentía un poco invisible al lado de la ojiperla.
—Está bien, entonces comamos la ensalada —dijo un alegre castaño, mientras apartaba cuidadosamente el plato con carne.
Al principio, la idea de estar cerca de Moegi no le agradaba del todo, no es que la chica le cayera mal o algo, es que pensaba que era feo utilizarla para darle celos a Hanabi, pero después de un corto tiempo, se había dado cuenta de lo agradable y linda que era ella. Era verdad que estaba aún enamorado de Hanabi, él realmente la quería, no era sólo un capricho, pero cada vez estaba más seguro de que la Hyuga nunca le haría caso. De todos, había encontrado en Moegi una muy buena amiga.
—Claro —la chica de cabellera anaranjada asintió con la cabeza, sonriendo. En ese momento, Hanabi se sentó frente a ambos.
—¿Ya se llevan tan bien? —le preguntó, mientras ponía una sonrisa de autosuficiencia, era obvio que tenía toda la intención de interrumpir el romance, sólo porque se le daba la gana.
—Hanabi-chan, hola —le dijo Moegi, mientras continuaba sonriendo, no había notado la expresión de molestia de la ojiperla.
Konohamaru no le respondió, había visto la cara con la que ella los miraba a ambos, apenas cuando se sentó, se dio cuenta de que Hanabi parecía furiosa. No sabía si su plan estaba funcionando, pero aquello realmente le hizo tener escalofríos.
—Parece que son la pareja del momento, todo el mundo tiene su atención en ustedes —comentó la chica, haciendo que los dos jóvenes se percataran de que era cierto. Konohamaru era popular con las chicas, después de todo, era normal que la gente se diera cuenta si de pronto era más cercano con alguna. Aunque todos sabían de sus penurias por la Hyuga.
—No digas eso, Hanabi-chan —Moegi no tardó en ponerse roja como un tomate, se notaba que a Hanabi le daba igual avergonzarla frente a Konohamaru—. No somos una pareja, sólo somos amigos, ¿verdad, Konohamaru?
El chico asintió con la cabeza.
—Así es —le respondió—. Aunque realmente eres linda —soltó aquel comentario como si nada, provocando que la pobre chica se pusiera más roja todavía, al igual que Hanabi, pero de rabia.
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El Error de Amarte
FanfictionCuando Naruto era pequeño, el asesinato de su padre a manos de un Hyûga, marcó su vida para siempre. Años después, se enamoró perdidamente de una chica que le dio un vuelco a todos sus planes, pues ella era la hija del asesino de su padre. Cuando po...