Cuando abrió sus ojos, sentía como si le fuese a explotar la cabeza, no sabía cuánto tiempo llevaba sin conciencia, pero sí se dio cuenta de que estaba en el hospital. Cuando miró por la ventana, se dio cuenta de que estaba cayendo la tarde, le dolía mucho el cuerpo, lo sentía pesado aún, pero no del modo en que estaba cuando Hinata lo trajo.
—¿Hinata...? —cuestionó de un momento a otro, al notar que había alguien sentada a su lado, con la mitad del cuerpo recostada sobre su cama, se trataba de su esposa, quien estaba durmiendo. No fue su intención despertarla, pero había hablado demasiado fuerte, así que ella abrió sus ojos y lo miró.
—Oh, Sasuke —dijo la mujer, esbozando una suave sonrisa—. ¿Te sientes mejor? Estaba muy preocupada... —confesó, bajando la mirada.
Sasuke sintió un nudo en la garganta, no entendía muy bien lo que había sucedido, pero el hecho de ver que Hinata había estado llorando por él, de algún modo, le hizo sentir feliz. Hinata jamás se comportó como su esposa, nunca le mostró que sintiera algo por él, además de gratitud, ¿esto significaba algo?
—¿Qué me pasó? —preguntó, intentando sentarse, pero todo le dio vueltas.
Rápidamente, su esposa lo detuvo de moverse, apoyando las dos manos sobre sus hombros deteniéndolo.
—Tienes que descansar, Sasuke —le dijo, procurando que éste notara la seriedad del tono de su voz—. Contrajiste meningitis, ya te han atendido, pero necesitas recuperar fuerzas.
El azabache frunció el ceño —¿En serio? —inquirió, ahora entendía por qué se sentía tan jodidamente mal—. ¿No es esa la enfermedad que te deja estéril?
Hinata rio ligeramente, cubriéndose los labios con una de sus manos.
—Ah, ¿eso te preocupa? —habló en tono de broma—. Sí es, pero tu atención fue rápida, no pasará nada.
Sasuke sólo la miró con seriedad al darse cuenta de que ella se burlaba, era un tema serio si se quedaba estéril, ya que él planeaba tener una familia grande, amaba mucho a Hime, pero ella no era su hija biológica y él anhelaba a un hijo que fuese suyo, que compartiera su sangre. Podría haberle pedido un hijo a alguna de sus amantas, pero no, él lo quería con ella, con su esposa, se suponía que eso quería... pero en ese momento, sólo pudo pensar en cierta chica de cabello rosa.
—Hinata —la llamó, tomando con cuidado su mano, jalándola hacia sí mismo—. Ven... —antes de que ella respondiera y, aún con la poca fuerza que Sasuke tenía, la atrajo lo suficiente como para alcanzar sus labios y besarla. Ella se sorprendió con el acto, pero al pensar en que Sasuke pudo haber muerto ese día, por alguna razón, se sintió obligada a corresponder.
No fue un beso demasiado largo, pero duró lo suficiente como para que dos personas lo vieran desde la entrada de la habitación.
Unos minutos antes, después de haber pasado todo el día ocupada con otros pacientes, Sakura por fin se hizo el tiempo para ir a ver cómo estaba Sasuke, continuaba estando preocupada por él, a pesar de que sabía que estaría bien, ella simplemente no podía evitarlo, sus estúpidos sentimientos la obligaban a querer ver, a saber de él, a estar cerca suyo.
—Debería subir ahora —murmuró para sí misma, cogiendo el ascensor, pero una vez dentro, se topó con Naruto, que no lucía muy bien que digamos, parecía intranquilo, pero ella decidió no preguntar—. Hey, las horas de visitas ya se acabaron —dijo, mostrándole una sonrisa.
Naruto correspondió a su gesto.
—Ya lo sé, Sakura-chan, pero pedí un permiso especial, debo ver a Sasuke —fue lo único que dijo, desviando la mirada casi al instante. Aún se sentía perturbado por la conversación con Itachi Uchiha durante la mañana, a pesar de que no fuera para nada lo que imaginó, igualmente, prefería no pensar en ello en estos momentos.
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El Error de Amarte
FanfictionCuando Naruto era pequeño, el asesinato de su padre a manos de un Hyûga, marcó su vida para siempre. Años después, se enamoró perdidamente de una chica que le dio un vuelco a todos sus planes, pues ella era la hija del asesino de su padre. Cuando po...