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Katsuki estaba tumbado en su cama observando a Denki y a Amajiki jugar mientras comía uno de los yogurts que le había comprado Izuku. Había roto hasta casi hacer polvo una barra de galleta de fresa y se la había agregado al yogurt, aunque estaba dulce le sabia delicioso.

Habían pasado dos semanas, encontrándose ahora a finales de la segunda semana de octubre, desde que Denki había aprendido a decir pama y ahora decía la palabra casi a cada rato.

Izuku había podido realizar con éxito la orden de alejamiento para Sinmy y se había reunido hacia unos días para hablar con ella las cosas y así despedirla formalmente. No pudo realizar la orden contra Yamikumo ya que este se encontraba fuera del país.

Habían recibido los exámenes que faltaban, por suerte no había nada malo ni con él ni con su cachorro. También habían ido a otra pequeña revisión al doctor porque una tarde después de que Izuku llegara del trabajo y se acercara a abrazarlo empezó a llorar y a gritar. Katsuki tuvo que calmarlo e Izuku tuvo que ir a darse una ducha rápida con un montón de jabón y champu para poder quitarse perfectamente bien el olor a otros alfas, betas y omegas que cargaba encima gracias a su trabajo y a todas las cosas que tuvo que hacer y detener.

Una vez estuvo limpio y sin ningún olor raro, confirmado por Katsuki, pudo acercarse a Denki lentamente para poder abrazarlo y pedirle perdón, el cachorro lo acepto y termino dormido en sus brazos.

Kurigoshi les había dicho que los diferentes olores y feromonas de las personas con las que había convivido y trabajado Izuku se habían quedado impregnadas en él, algo que ambos ya sabían pero que Katsuki por respeto, y una mirada que le lanzo Deku, no quiso gritarle. Después de una pequeña charla sobre el tema volvió a sugerirles el conseguirle un amigo de su edad o llevarlo de vez en cuando a sitios algo concurridos, en familia para que no se sienta tan expuesto.

Él, por otro lado, seguía algo reacio a inscribir a su niño en alguna guardería, y es que, vamos, se había puesto a llorar y gritar solo por olores desconocidos sobre Deku, un conocido, ¿Cómo iba reaccionar al tener a varios cachorros, y betas u omegas como cuidadores, cada uno con un olor diferente y relativamente cerca de él?

No, su cachorro definitivamente estaba mejor con Izuku, Amajiki y él, eran compañía suficiente. También se alegraba enormemente, al igual que su omega, por la cercanía y confianza que ahora tenía con Amajiki, no tanta como si fueran hermanos o algo, pero si la suficiente como para que ya no tartamudease tanto o tuviera miedo al pedirle ayuda para alcanzar algo de la alacena.

Cambiando de tema, a él y a Denki les estaba yendo excelente en sus dietas, Denki se comía prácticamente todo, dejando solo pocas cosas de vez en cuando en su plato, no le gustan mucho los vegetales, aunque le encantan las papas en cualquier tipo de preparación, le gustan las frutas y no le gustan los guisantes, aceitunas y algunos otros granos.

Él por otro lado, admite que a veces la comida en su plato es demasiada, la mayor parte de la culpa la tiene Izuku por servirle un poco más cada vez que ve que su plato es solo una mínima parte más grande que la de Denki o Amajiki, además, estaba casi seguro de que cada vez que le toca cocinar a él Izuku invade la cocina cuando tiene que salir a ver a Denki, al baño, a la sala a ver la televisión o cualquier otra cosa, y le agrega más cantidad al arroz, a los guisos, pica más porciones de carne, pescado o vegetales y los agrega rápidamente a la comida en la cocina, obligándolo así a servirse una porción más grande.

Una vez trato de devolverle la jugada sirviéndole en el plato una enorme montaña de espagueti con salsa de carne, siendo así el doble de su ración, se aseguró de no salir en ningún momento de la cocina, sirvió la comida y cuando todos se sentaron a comer se divirtió viendo la mirada incrédula de Izuku junto con una sonrisa forzada. Creyó que todo iba bien hasta que en un parpadeo ya tenía en su plato la mitad de la comida de Izuku más lo que ya se había servido antes que por suerte era poco.

Los ProtegereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora