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Katsuki gruño observando la bola negra peluda frente a él, ignorándolo y durmiendo tranquilamente como si no pasara nada.

Izuku había ido a trabajar y regresaba en la noche por horario extendido, Tenjiro había vuelto a su casa con Eijiro y había llevado a Amajiki con él para que se quedara a dormir y le hiciera un poco de compañía a los dos.

Denki, por otro lado, se había quedado dormido después de almorzar y haber jugado un poco, por lo que Katsuki estaba solo en la sala.

Ya había terminado de limpiar la cocina, los baños, los cuartos, el patio, el medianamente desordenado estudio de Izuku, la entrada y la sala y había acomodado todo en su lugar dejándolo perfectamente limpio, además de asegurarse de que su hijo estuviera bien y seguro en la cama.

Acababa de terminar sus deberes hacía unos minutos y se disponía a tumbarse en el sofá a comer un poco de yogurt mientras veía alguna película interesante antes de ir a darse un baño. Pero por supuesto, las cosas nunca le salen como quiere y la bola de pelos fastidiosa estaba durmiendo cómodamente en el sofá, ignorante a él.

Gruño observando fijamente al gato. No lo quería allí y si no fuera porque pertenecía a otra familia y sabía que Izuku lo iba a entregar en algún momento ya lo hubiera lanzado sobre la pared del patio hacia el otro lado de la calle.

Izuku le había dicho que se llamaba Sombra, nombre completamente ridículo para un gato, aunque fuese negro le parecía muy tonto. Además de que parecía estar en la etapa entre la adultez y la vejez, al menos eso lo hacía menos hiperactivo y se quedaba tranquilo, también se había dado cuenta de que no era tan agresivo como creyó que sería, en cuanto se acostumbró a la casa dejo de tratar de esconderse tanto y arañarlos, aunque algunas veces trataba de escapar era un gato muy confianzudo a su parecer.

La bola de pelos se dio la vuelta y empezó a estirarse, genial, se había despertado. En cuanto termino de bostezar se sentó y se dio la vuelta observando fijamente a Katsuki con algo de desconfianza en sus ojos verdes. El omega le devolvió la mirada transmitiendo claramente un “no me caes bien”

Pero el gato pareció ignorarlo, (Katsuki chisto por eso), y empezó a caminar por el sofá hasta subirse al regazo del rubio.

–¿Ah?...

Katsuki observo al gato en su regazo empezando a acomodarse para volver a dormir.

–¡Aléjate de mí pulgoso! –Exclamo levantándose rápidamente.

El creyó que el gato saldría volando de su regazo y se alejaría, pero en lugar de eso el mañoso enterró sus garras en su pantalón rasguñándolo un poco en el proceso y se quedó guidando de él hasta que le pareció que el jamaqueo que le daba Katsuki era suficiente y decidió soltarse para caer al piso y correr a esconderse en la mini casita donde lo encerraban.

–Maldita rata sobrecrecida –Mascullo Bakugou enfurruñado. Sacudió un poco el sofá y se tumbo en él a comer tranquilamente su yogurt mientras, ahora sí, buscaba algo que ver en la T.v.

Su paz duro solo unas horas antes de que Denki empezara a llorar avisando que había despertado y que no queria estar solo, también que probablemente no podía bajar de la cama. Katsuki se apresuro a ir con el para que tampoco lo intentara.

Una vez arriba en su habitación cargo a Denki y empezó a mecerlo un poco para que se calmara.

–Ma… –Balbuceo Denki apretando un poco más su agarre en el cuello de Katsuki. Este dedujo que tal vez había tenido una pesadilla ya que normalmente se calmaba unos segundo después de haberlo cargado– Ma… Baa dita goeh.

Katsuki hizo una mueca confusa ante los balbuceos inentendibles de su hijo. Continuo meciéndolo mientras acariciaba su cabeza y espalda tarareando con pequeños shusheos para tranquilizarlo. Cosa que funciono ya que Denki pareció calmarse unos minutos después.

Los ProtegereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora