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Durante el mediodía mientras Katsuki y Amajiki le enseñaban a Denki algunos sonidos y palabras con imágenes, el día había estado bastante tranquilo sin nada resaltante que decir más que Izuku había dado una vuelta por la casa hacia una hora para almorzar y luego volver al trabajo.

Todo tranquilo y calmado hasta que la fatalidad llego.

-¿Eh? -Amajiki volteo a ver el aire acondicionado de la sala que, a pesar de que estaba apagado, le había llamado la atención.

Katsuki sintió algo raro, el calor de repente golpeando su cuerpo. Extendió su brazo para tomar su teléfono que estaba a un costado del sofá y se extrañó al ver que no tenía señal.

Entonces una idea llego a su cabeza, el calor aumentando en la casa.

Se levantó y camino hasta el interruptor de luz de la sala y lo encendió llevándose como respuesta lo que más temía.

Se había ido la luz.

Camino de nuevo hasta donde estaban los dos cachorros sentados en el sofá y retomaron lo que estaban haciendo antes, sintiéndose más cómodos ahora que sus cuerpos se habían acostumbrado fácilmente al poco calor que había empezado a hacer repentinamente a causa de la falta de electricidad.

Porque por alguna razón y a pesar de que no había nada encendido antes que estuviese enfriando el ambiente ahora hacia calor.

Pero no era nada de qué preocuparse, al menos no por ahora. Más bien debía aprovechar y gozar el calor, ya estaban en noviembre y el clima frio empezaría a azotarlos en cualquier momento.

Unos quince minutos después Katsuki se levantó e hizo una limonada fría que los ayudara a contrarrestar un poco el calor que empezaba a crecer lentamente, abriendo de paso las ventanas que daban al patio para que entrara algo de brisa a la casa.

Una vez más y con ayuda de un vaso de limonada y unas galletas en calor volvía a ser tolerable.

...

Ya habían pasado dos horas y Katsuki junto a Amajiki se sentían a morir por el calor estando ambos sentados en el piso de la sala con abanicos de papel hechos a mano, rodeados por unos cuantos vasos con hielos ya derretidos y una pequeña papelera donde habían tirado las envolturas de las ultimas paletas de malvavisco que quedaban y se habían comido.

El llanto proveniente de Denki al despertarse hizo que Katsuki se levantara y caminara con toda la fuerza que tenía para ir a atender a su cachorro y calmarlo. Denki había desistido hacia una media hora y, en gran parte por influencia del calor, se había quedado dormido.

Buscando una forma en la que lograran refrescarse los tres se habían ido al patio pero justo ese día el clima pensó que era buena idea dejar que los rayos del sol estuvieran al máximo, casi encandilándolos con la luz que reflejaba en el césped, y evitar que soplara incluso una mínima brisa por lo que solo se quedaron sentados cerca del marco de la puerta.

El timbre de la puerta sonó, Katsuki creyó que sería Izuku, y esperaba que trajera con él un saco de hielo, helado o electricidad. Incluso aceptaba que llegara con Todoroki para que congelara la habitación... o Komi, seguramente ese bastardo si tenía luz en su casa gracias a su kosei.

-Hey bro -Saludo Tenjiro cargando a Eijiro, abanicándolos a ambos con su mano izquierda y cubriéndose lo más posible del sol con el pequeño techado de la entrada de la casa- ¿te molesta si los visitamos?, el calor se siente más intenso en soledad.

Katsuki respondió haciéndose a un lado para dejar pasar a Kirishima.

-¿Midobro? -Pregunto después de haberse quitado los zapatos en la entrada, sintiendo sus pies gozar de estar descalzos en el piso de cerámica fría.

Los ProtegereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora