19. Noche de pelis

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Melody

La verdad que me sorprendió ver a Cameron avergonzado, nunca pensé que tendría el privilegio de ver al que fue el rey del instituto así.

Me gustaba ver otras facetas de él y darme cuenta que no era solamente el chico malo que aparentaba ser.

Y todavía me sorprendió más cuando me compró un montón de chocolates, saber que se acordaba de que me gustaban hizo que revolucionara todas mis hormonas y volviera a caer a sus pies.

Así que ya os podéis imaginar como me puse cuando me había propuesto ver una película esta noche. Quería gritar y dar saltitos como si fuera una niña pequeña.

Me dijo que la podía elegir la película que quisiera y supe al instante cual le iba a poner. Puede que a él no le fuera a gustar una mierda pero a mi me encantaba.

Llevaba toda la tarde pensando en la película. A parte de los chocolates que había comprado
íbamos a hacer palomitas. Cuando dieron las doce Cameron seguía en la habitación, ¿se habría olvidado de nuestra peli?

– ¡Cameron! ¡¿Vamos a ver la película?!– Le grité mientras aporreaba la puerta de la habitación como una loca. La paciencia nunca fue una de mis cualidades.

Cameron abrió la puerta de golpe. Los dos estábamos en pijama pero a diferencia de mi, que parecía una niña pequeña, ya que llevaba y pantalón corto de corazoncitos y una camiseta de manga corta a juego, él llevaba un pantalón gris de chándal y una camiseta de manga sisa blanca que le hacia verse como un modelo.

– ¿Tantas ganas tienes de que veamos la peli juntos? – Soltó con su característico tono de superioridad. Yo puse los ojos en blanco para hacerme la dura pero por dentro me moría de ilusión.

– Solo quiero quitármela de encima, ya está. – Me giré sobre mi misma de camino al salón pero Cameron me interrumpió.

– No vamos a ver la película en el salón. – Me cogió del brazo y tiró de mi hacía la habitación.

Me quedé de piedra cuando vi que había colocado una pantalla y un proyector portátil para que pudiéramos ver la peli en la cama. ¡Dios mío iba a estar en la misma cama que Cameron viendo una peli!

Como si no durmieras todas las noches con él. Preferí ignorar a mi subconsciente y volví a mi ilusión de niña de trece años.

– ¿Te gusta? La verdad nunca había utilizado ese proyector, solo tienes que conectar tu móvil a través de bluetooth. Pensaba que estaríamos mejor aquí, en la cama.

– Me encanta enserio, ¡voy a por la comida! – Salí corriendo como una niña pequeña y cogí todos los chocolates, galletas y palomitas. Volví a la habitación y las solté todas sobre la cama.

– ¿No crees que es demasiada comida?

– Cameron, nunca es demasiada comida. – El se rió e hizo un gesto para que me sentara a su lado en la cama y le hice caso. Me enseñó cómo conectar mi teléfono y entré en Disney+

– Espera espera, ¿que película me vas a poner? – Ahora ya no parecía tan convencido de ver la película.

– Me dijiste que podría poner la película que quisiera y es lo que voy a hacer, ya verás cuál es. Cierra los ojos.

– No voy a cerrar los ojos. – Me dijo con el ceño fruncido, ¿por qué tiene que hacerse siempre el duro?

– Venga porfa que me hace ilusión. – Cuando dije esto pareció replanteárselo y a los dos segundos cerró los ojos, así me gusta.

Puse en el buscador la película y le di al play. – Ya puedes abrir los ojos.

Cuando los abrió su cara fue un poema y no pude evitar soltar una carcajada.

– ¡Rapunzel! ¡¿Estás de coña?!

– Es mi película favorita de toda la vida, además que juraría que nunca la has visto. ¡No puedes juzgarla sin verla!

– Nunca debería haberte dicho que eligieras la película, pero está bien le daré una oportunidad.

(...)

– ¡No puede ser! ¡Le ha cortado el pelo! – Dijo Cameron mientras cogía un puñado de palomitas.

– Si si y mira ahora.. la madrastra se convierte en anciana.

– Pero no me jodas que Eugene muere, tienen que acabar juntos.

– Cállate y mira la película.

Acabamos el resto de la película en silencio y, aunque sabía que después Cameron se haría el duro, le había encantado.

– ¿Y bien? ¿Que te pareció?

– No estuvo mal para ser una película de niños. – Como sabía que iba a decir algo así.

– ¡No te hagas el duro! Se nota que te gustó, si casi te emocionas al final.

– Gilipolleces, estaba claro que tendrían un vivieron felices y comieron perdices.

– Ya... Hazte el duro pero yo sé la verdad.

No me había dado cuenta que durante la película nos habíamos ido acercando hasta casi rozarnos, le tenía muy cerca tanto que podía ver a la perfección todas sus preciosas pestañas.

– Bueno, ¿vemos otra no?

– ¿Estás de coña? Son casi las dos de la mañana y tengo que madrugar que tengo clases online.

– La niñita tiene que irse a dormir pronto, venga no seas aburrida. – Odiaba que la gente me llamara aburrida, solo soy precavida.

– Está bien... – Cameron sonrío y me cogió el móvil. – ¡Ey! Dame el móvil.

– Ahora me toca a mi elegir película, vas a descubrir el buen cine. ¿Tienes Netflix? – Le dejé que utilizara mi móvil y buscara Netflix, total era mi teléfono el que estaba conectado a Bluetooth.

– ¿Cual se supone que vamos a ver?

Origen, aparece Leonardo DiCaprio. ¿Sabes cual es?

– No me suena... – Cameron abrió los ojos como platos.

– Que decepción de persona, tengo que enseñarte más películas.

Empezamos la peli y no se en que momento me quedé dormida, lo último que recuerdo fue algo de unos totems.

Cuando los volví a abrir me sobresalté, ya no me encontraba en la misma posición que antes, ahora estaba tumbada y apoyada en el pecho de Cameron mientras que él tenía uno de sus brazos rodeándome.

Debería de sentirme extraña, nunca había dormido así con ningún chico, pero una sensación de tranquilidad me envolvió haciendo que volviera a dormirme entre sus brazos.

***

Instagram / TikTok: @madameofbooks

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