Cameron
El recuerdo de los suaves labios de Melody todavía siguen en mi cabeza.
Es irónico, llevaba días planeando el beso perfecto y ella acaba con todos mis planes lanzándose primero. Cada día me sorprende más.
Levantarme y encontrarme solo en mi cama, bueno en la que ya se puede considerar nuestra cama, fue una decepción. Esperaba ver a Melody durmiendo a mi lado, pero sabía que las cosas no cambiarían de un día para otro.
Salí de la cama, me duché y me vestí repitiendo una y otra vez el beso de anoche, el cual me moría de ganas de repetir. Cuando estuve listo salí al salón y me encontré a Melody haciendo deberes sin notar mi presencia.
– Buenos días. – Cuando hablé dio un pequeño saltito en la silla, levantó la mirada hacia mi y sus mejillas se empezaron a teñir de rojo, supongo que al recordar lo que pasó ayer.
Mentiría si no dijera que toda esta situación era un poco incómoda. Ayer le había confesado mis sentimientos y nos habíamos besado, ¿en donde nos dejaba eso? Ninguno lo sabía y ni yo ni ella se atrevía a preguntarlo.
– Buenos días. – me respondió un poco tímida volviendo a bajar la mirada hacia las libretas.
– ¿Has desayunado? – Sí, definitivamente esto era demasiado incómodo.
– Sí no te preocupes. – Cuando pasé por delante vi que no tenía casi nada escrito en su libreta, ¿no se supone que está haciendo deberes?
– ¿Que haces? – Le pregunté apoyándome con los codos delante de ella.
– En matemáticas me mandaron unos ejercicios pero es que no se hacerlos... – Dijo mientras mordía la tapa del boli.
– A mi se me daban bien las mates, te puedo ayudar.
Mentira. Nunca se me dieron bien las mates, las odiaba con todo mi ser, pero quería estar cerca de Melody.
Me senté a su lado, más cerca de lo que debería, y empecé a ojear sus apuntes.
– Se supone que tengo que calcular las tendencias de las asíntotas verticales, los puntos de corte, los máximos y mínimos y representar la función. Pero para llegar a eso tengo que hacer aún más cosas. – Melody se llevo las manos a la cabeza, se la veía desesperada.
– Bueno esto se soluciona fácil. – Saqué mi móvil y busqué en internet el ejercicio. Tras mirar unas cuantas páginas lo encontré resuelto. – Mira, solucionado.
– Se supone que tengo que aprender a hacerlo, no debería copiarlo.
– Melody, sé que eres una niña buena pero no te va a pasar nada por copiar un ejercicio.
– ¿Pero no era que se te daban bien las mates? Me lo podrías explicar.
– Ya, pero es que era mentira. – Melody entreabrió los labios y en su cara se reflejaba la confusión. – Simplemente quería estar cerca tuya.
Me acerqué más a ella dejando nuestras bocas a centímetros. Coloqué mi mano en en su cuello y escuché el susurro de Melody.
– Cameron... – Si quería que parar había conseguido el efecto contrario, porque escuchar mi nombre saliendo de su boca me calentó más de lo que debería así que pegué mis labios sobre los suyo suyos.
Aunque se hizo la dura entreabrió la boca dejando paso a nuestra lenguas. Posé la otra mano en su cintura a la vez que ella las colocaba en mi cuello mientras jugaba con mi pelo.
Empecé a trazar círculos sobre su cintura, quería más de ella, mucho más, pero sabía que no era el momento así que me separé antes de fuera demasiado tarde. Cuando nos alejamos Melody tenía los labios hinchados y rojos.
– ¿Porqué has echo eso? – Iba a acabar conmigo, ¿acaso no se da cuenta de que me gusta?
Me acerqué a su oído y pude notar como se le erizaba la piel. – Te he besado porque llevas volviéndome loco desde el beso de ayer, y da gracias de que no arrastro a la habitación para follarte.
Melody tragó saliva y se retorció nerviosa en su asiento. Me separé de ella y no fue capaz de mirarme directamente a los ojos, pero yo no iba a dejar la conversación.
– ¿No me vas a responder? – Ella no levantó la mirada y empezó a peinar su pelo nerviosa. – ¿Eres virgen? – Puede que haya sido demasiado directo, pero causó el efecto esperado porque por fin me miró a los ojos.
– Yo... bueno... ¿Porque preguntas eso? – Le temblaba tanto la voz que ella solita confirmó mis sospechas.
– Quería saber si iba a ser el primero o no. – Soltó una risa seca y se puso de pie.
– ¿Pero que te crees? ¿Que a todas se nos caen las bragas por ti? No me pienso meter en tu cama, gilipollas. Además... – Se volvió a acercar a mi para decirme esto. – Eso sería romper la primera regla, ¿no te acuerdas?
Ouch, eso había sido un golpe bajo. Maldito el día en que puse esa norma, que claramente iba a romper.
– Las reglas están para romperlas, ¿nunca escuchaste ese dicho? – Se dediqué una sonrisa torcida y ella simplemente recogió su libreta y sus bolis con rapidez.
– ¡Eres insoportable enserio! – Con todo en las manos fue hasta la habitación, pero antes de que pudiera cerrar la puerta me dio tiempo a decirle una última cosa.
– ¡Un insoportable por el que llevas años colada! – Lo único que recibí fue un portazo de su parte.
Me gustaba presionar a Melody y sacarla de sus casillas. Podía llegar a ser muy tímida y se guarda demasiadas cosas para ella y la única forma de sacarle algo de información era ponerla contra la espada y la pared.
Era inevitable pensar que solo me quedaba un día y medio con ella, puede que un poco más porque aún tienen que abrir los aeropuertos y las fronteras.
Pensar que había perdido tanto tiempo con ella, todo por ser un cabezota de mierda que no se atrevía a admitir la puta verdad.
Aunque no hubiera estado conmigo mucho tiempo no me podía imaginar volver a estar solo en este piso. Antes me encantaba la soledad, el no tener a nadie que me molestara, pero cuando llegó Melody me enseñó todo lo que me faltaba.
Me hacía falta su toque de impulsividad, sus risas por toda la casa, el desorden que dejaba cada vez que intentaba cocinar. Echaría de menos ver mi ropa mezclada con la suya, su cepillo de dientes junto al mío.
Joder, pensar en no volver a verla con una de mis camisetas o en no tener la certeza de que está segura durmiendo en mi cama hace que quiera seguirla allá donde vaya.
Porque tengo miedo de que sin ella vuelva a convertirme en el frío e insensible Cameron que era antes de conocerla.
***
Instagram / Tiktok: @madameofbooks
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Cuarentena con mi crush
Teen FictionDos semanas en tu casa sin ir a la escuela y sin obligaciones es el sueño de cualquier adolescente. Ahora imaginaros que debéis pasar esas dos semanas sola en un piso con tu crush del instituto, que resulta no ser como te imaginabas. La convivencia...