El ataque de los villanos

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Quizás no había sido la forma más romántica de pedirlo, pero si la más sincera. Aquella proposición, que hacía días que rondaba la cabeza de Bakugou, salió sin filtro en aquel momento, como si necesitase ese último empujón para enfrentarse a los villanos aquella noche, el saber que la mujer que amaba pasaría el resto de su vida a su lado le daría las fuerzas necesarias para afrontar cualquier situación, por muy cruda que fuese esta.

Uraraka sintió como su corazón se saltaba un latido. Por un momento se quedó parada sin saber que responder. Es cierto que conocía a la persona que la abrazaba por detrás desde que tenían 15 años, una década había pasado y las cosas habían cambiado tanto... pero aun sabiendo que amaba a aquel chico como nunca creyó que fuese posible amar a alguien, su relación era relativamente corta, apenas de unos meses. Su corazón, que se había parado por un momento, empezó a latir con fuerza y rapidez, así que tomó aire y respiró para sosegarse.

Ochaco – se giró para toparse de frente con la mirada de Bakugou - ¿Necesitas la respuesta ahora mismo? – tomó la cara del explosivo entre sus manos, el cual negó moviendo su rostro hacia los lados – Tengo que pensarlo – depositó un beso en la frente del rubio.

Pudiera parecer una derrota, pero Bakugou no se lo tomó así para nada. No había recibido una negativa y además aquella maravillosa chica seguía a su lado y ahora agarraba su mano para salir de la casa. No, sin duda, aquello solo era una buena señal, se autoconvencía el rubio cenizo.

A los pocos minutos llegaron a la puerta de la casa de Todoroki, el sol comenzaba a ponerse, y algunos de los héroes ya habían llegado. El ambiente era tranquilo, había una gran mesa con comida y bebidas, la música inundaba el salón y pequeños grupos de jóvenes se reunían para bailar o charlar. Tanto Momo como Shoto estaban llevando a cabo la interpretación de su papel de pareja a la perfección. El hijo de Endeavor, pese a ser una persona bastante fría y distante, agarraba a la chica de pelo negro y no la dejaba sola en ningún momento, a veces incluso demostraban su "relación" con falsas muestras de cariño como pequeños besos en la mejilla o algún que otro roce de labios.

Momo y Todoroki recibieron a Uraraka y Bakugou, y con un leve movimiento de cabeza, el heterocromático hizo saber al explosivo que el plan de curación de Eri estaba funcionando a la perfección en una de las habitaciones de la planta superior. Bakugou asintió, todo parecía ir bien, pero estaba claro que pronto se torcería todo.

Aproximadamente una hora después, Shinso bajó las escaleras para buscar a Todoroki o a Bakugou, pues Eri había acabado de devolver a los héroes a su estado normal, así que era su momento para devolver a la niña a la seguridad de la UA. El pelimorado divisó la cabellera ceniza en el jardín y se dirigió allí. Bakugou hablaba tranquilamente con Kirishima bebiendo algo, mientras que en unas sillas cercanas Uraraka, Mina y Jiro charlaban animosamente.

Hitoshi – Bakugou – dijo posando su mano en el hombro del mencionado – Es hora de que me marche.

Katsuki – Entendido – dijo sin mirarlo y dando un sorbo a su bebida – Kaminari, Jiro, acompañad al Controlamentes – ordenó con voz seria a lo que sus amigos asintieron.

Shoto – que se había acercado al verlos hablar – ¿Ya te vas? – dijo hacia el pelimorado, recibiendo una afirmación.

En ese momento, un chico que corría por el jardín se chocó contra Todoroki, haciendo que este cayese al suelo. En ese justo instante, las luces de la casa se apagaron junto a la música y una sonora risa hizo que todos voltearan buscando al causante. El bicolor, que aún estaba en el suelo, se quedó mirando al chico que había chocado contra él, que lo observaba desde arriba con una sonrisa en su cara, aunque debido a la ausencia de luz no podía distinguir sus rasgos. Pero fue entonces cuando una luz azul inundó la casa y a Todoroki se le heló la sangre.

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