Tren Explosivo

Tú y yo

Bakugou bajaba las escaleras interiores de la casa acompañado por Uraraka. Hoy, más que nunca, no soltaría la mano de aquella maravillosa mujer que lo acompañaba. Conocedor de los nervios de su novia por volver a ver a Deku después del grandioso bofetón de la noche anterior, apretó un poco más fuerte aquella delicada mano. Lo que recibió el cenizo a cambio fue una de las sonrisas más puras que jamás pudo admirar, la preocupación en la cabeza de Bakugou se esfumó de un plumado al ver la determinación de la castaña. Nada podría pararlos mientras estuviesen juntos.

Eijiro – ¡Oi Bakubro, te ves genial! – dijo el pelirrojo apoyado en la puerta que daba al jardín.

Ashido – Va a ser una sesión de fotos genial – dijo dando un salto – ¡Todoroki también está guapísimo!

En el jardín esperaba Todoroki fumando un cigarro. Desde su ruptura con Momo, el hijo de Endeavor había aumentado su consumo de tabaco, probablemente para calmar la ansiedad. Había empezado con aquel mal vicio después de suspender el examen de la licencia provisional, y cuando estaba estresado fumaba más de lo normal, si bien, nunca en público, tenía una imagen que mantener.

Para la sesión de fotos, les habían pedido a los 3 héroes que llevasen ropa de su día a día, lo más casual posible, pero que introdujeran partes de su traje de héroe en el outfit. De este modo, Todoroki, iba vestido con un pantalón chino color mostaza y una camisa fina de color azul oscuro remangada a la altura de los codos, sus botas blancas y las muñequeras de su traje de héroe. Realmente era un chico muy apuesto. Uraraka tragó con fuerza al ver lo guapo que estaba su antiguo amigo de la academia, aunque claro, no podía compararse con la persona que agarraba su mano con fuerza.

Bakugou, con la ayuda de Uraraka, llevaba un vaquero oscuro ajustado con sus rodilleras del traje de héroe, una camiseta blanca con dos dinamitas naranjas cruzadas en forma de aspa y su antifaz negro cubriéndole los ojos, en los antebrazos también llevaba los protectores donde solían colgar sus granadas. El conjunto le daba aspecto de chico peligroso y eso le encantaba al cenizo, que simplemente por ver la reacción de Mina, se levantó un poco la camiseta para dejar ver sus perfectos abdominales, mientras que los ojos de la chica de piel rosada parecían salirse de sus órbitas.

Kirishima, que se había autoinvitado, se subió a su coche para llevar a los demás a la sesión de fotos, mientras que Mina se quedaba refunfuñando en casa porque ella también quería acompañarlos. Condujeron hasta el centro de la ciudad casi en silencio. Cuando llegaron al lugar, agradecieron que hubiese un garaje para entrar por el sótano y no por la entrada principal, ya que había un grupo de periodistas y fans.

Una chica de la organización los llevó hasta la habitación donde se realizaría la sesión fotográfica. Uraraka empezó a apretar la mano de Bakugou a medida que se acercaban a aquel lugar. El cenizo se paró en seco frente a su novia, mientras Kirishima y Todoroki seguían por el pasillo, la miró a los ojos y poniendo una de sus grandes manos en el delicado cuello de la chica la besó. "Somos tu y yo, nadie más" dijo Bakugou antes de seguir caminando.

Al entrar en aquel "plató" o decorado, los cuatro héroes se quedaron parados. Bakugou y Uraraka en el centro cogidos de la mano, a la izquierda del explosivo, Kirishima apoyaba su brazo en el hombro de este, y al lado de Uraraka, Todoroki esperaba con las manos en los bolsillos. Si en ese preciso momento los hubieran sacado una foto, habría sido la portada perfecta para un disco de un grupo pop. Su estatismo se vio interrumpido por la presencia de su antiguo compañero, Aoyama, que había abandonado la carrera de héroe para dedicarse al asesoramiento de imagen.

Yuga – ¡¡OH MES AMIS!! – dijo el rubio haciendo una extraña reverencia – Ya estamos todos, comencemos.

Katsuki – Acabemos con esto cuanto antes – dijo dirigiéndose a Todoroki, el cual asintió.