El infierno de Kirishima (Parte2)

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Shoto – La última vez que Kirishima y Mina rompieron... - soltó un resoplido mientras seguía conduciendo hacia el sitio que Sero le había indicado – Yo estaba de misión con Bakugou, ya sabéis, nuestras agencias colaboran bastante – seguía relatando el heterocromático mientras que sus acompañantes guardaban un sepulcral silencio – Lo acerqué a casa y nos encontramos con la "situación" – hizo las comillas en el aire con una de sus manos.

Ochaco - ¿Cuándo fue eso? – la castaña estaba intrigadísima.

Shoto – Hará unos 6 o 7 meses – hizo un gesto pensativo mientras recordaba la fecha – Después de la cena gala del ranking de héroes, creo.

Ochaco – Más o menos cuando yo me mudé con ella – dijo sorprendida – Estaba tan centrada en mi mierda de situación que no le di más importancia a que Mina y Kirishima no quedaran tanto – dijo bajando la mirada – He sido una mala amiga.

Hanta – No es tu culpa, Uraraka – dijo el de pelo azabache para quitar hierro al asunto – Todos sabemos cómo es la relación de esos dos. Pasan unos meses enamoradísimos y luego se dejan, hasta que se vuelven a encontrar, y vuelta a empezar – dijo mientras se daba con la palma en la frente – Llevan así una década, es normal que no le demos importancia a su relación intermitente.

Shoto – Como sea, cuando llegamos a la casa, Denki estaba gritando hacia el tejado – Ochaco se tapó la boca al imaginarse la escena – Kirishima estaba allí arriba amenazando con tirarse.

Hanta – Le encanta el drama a nuestro tiburón favorito.

Shoto – Bakugou subió al tejado gracias a sus explosiones y lo hizo bajarse de allí. No se los detalles de aquella ruptura, pero Denki me dijo que ellos se encargarían, como siempre, así que volví a mi casa sin más. En aquel momento no éramos tan cercanos como ahora.

Hanta – ¡Este es el sitio! – dijo señalando un local de la zona de copas de Tokio – Intenta aparcar.

Sero había comentado que era probable que Mina se encontrara en uno de los locales del centro. Era un lugar al que solían ir cuando él aún vivía en la capital. Tras graduarse en la UA, muchos empezaron a trabajar en las agencias de héroes profesionales, Mina y Sero trabajaban en una pequeña agencia en uno de los distritos de Tokio, y cuando alguno de los dos tenía un mal día solían ir a ese bar, según Mina "Era el lugar en donde se olvidaba de todo lo malo".

Cuando entraron en aquel local, el volumen de la música casi los deja sordos, Todoroki incluso se tapó las orejas mientras seguía a Sero y a Uraraka, que se dirigían a la barra. El de pelo azabache, que era el más alto, intentó buscar a Mina entre el mar de jóvenes que estaban bailando en la pista, pero no hallaba a la chica de pelo rosa por ningún lado. Los tres decidieron pedir una copa y dar una vuelta por el lugar para intentar encontrarla, si es que realmente se encontraba allí.

Todoroki bebía un sorbo de su gintonic cuando divisó los cabellos rosas de Mina en el medio de la pista, bailando sensualmente con un grupo de chicos. Dio un ligero golpe en los hombros de sus acompañantes para mostrarles el lugar en el que se encontraba su amiga. Sero dio un trago largo a su bebida y fue directo hacia ella. Sabía lo que tenía que hacer, debía parecer un encuentro casual para que Mina no sospechase de la misión de llevarla de vuelta a casa, pues si la chica se enteraba del plan, opondría resistencia, ninguno lo dudaba.

Sero se colocó justo detrás de Mina y comenzó a bailar con ella, sin que la de pelo rosa se diera la vuelta. El de pelo negro agarraba a la chica por la cintura mientras se pegaba más y más a su espalda, moviendo con gracia las caderas de Mina, que se dejaba llevar por aquel desconocido que la tocaba con tanta delicadeza y gracia. Fue entonces cuando tanto Uraraka como Todoroki se dieron cuenta de que Mina estaba visiblemente borracha. De no ser Sero el que bailaba con la de piel rosada, esta se habría ido con cualquier desconocido que se aprovecharía de ella. La sola idea de que algo le pudiese pasar a su amiga hizo que un escalofrío recorriera el cuerpo de Uraraka.

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