El Día Después

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Los rayos de sol de la mañana entraban por la ventana de la habitación. Uraraka entreabrió los ojos y recordó donde estaba. Los brazos de Bakugou la agarraban desde atrás, sentía su calor y el aliento de este en la nuca. Él seguía dormido, pero cuando ella empezó a moverse, despacio para no despertarlo, pudo notar como con el pequeño roce que había hecho, el miembro del chico explosivo empezaba a despertarse. Apretó su trasero contra el bulto y este siguió creciendo. Sus movimientos eran muy sutiles, no quería despertar a Bakugou, por lo menos aún no.

Uraraka empezó a escurrirse hacia abajo en la cama, liberándose de la prisión de los brazos del rubio, que seguía dormido. La chica metió la mano en los boxers negros y sacó su pene, empezaba a estar bastante duro, así que empezó a jugar con sus manos. Al ver que el miembro se ponía más y más tieso comenzó a jugar también con la lengua. Primero lamió su glande para humedecer bien la punta, con movimientos circulares, mientras seguía estimulándolo con la mano. Bakugou empezó a moverse dormido. Al ver el éxito decidió dar un lametón desde la base hasta la punta con toda su lengua, para acabar introduciendo el pene en su boca. Sus movimientos se intensificaron y fue entonces cuando la mano del chico explosivo acabó en la cabeza de la castaña, obligándola a introducir por completo el pene en la boca.

Bakugou se despertó con aquel placer. En un principio se encontró confundido, no era plenamente consciente de si aquello era un sueño o estaba pasando de verdad. Pero el placer se intensificaba, hasta que abrió los ojos y pudo ver como Uraraka le estaba practicando a las mil maravillas una felación matutina. La imagen de la castaña con su pene en la boca lo derritió, no podía dejar de mirarla. La técnica de la chica de gravedad cero era inmejorable. Se sentía flotar, y no precisamente por el quirk de su compañera.

La excitación de Bakugou y sus pequeños gemidos hicieron que Uraraka se excitara también. Poco a poco empezó a humedecerse. Mientras el chico de ojos carmesí la miraba, utilizó la mano que tenía libre para comenzar a tocarse a ella misma. Los ojos del rubio se abrieron de par en par al ver la escena y pese que estaba a punto de eyacular la paró en seco. La tomó por los brazos y la situó encima de él. Sin decir absolutamente nada, la castaña entendió lo que qué pretendía hacer su amante, así que tomó otro preservativo e introdujo el pene de este en su intimidad. Los dos empezaron a gemir. Uraraka tomó una de las manos de Bakugou e introdujo los largos dedos del chico en su boca para humedecerlos. Momentos después colocó los dedos mojados sobre su clítoris mientras seguía subiendo y bajando encima del rubio. Este empezó a masajear la zona para excitar aun más a su compañera. Los dos llegaron al orgasmo bastante rápido.

Katsuki – Buenos días, Cara de Ángel – dijo retomando el aliento.

Ochaco – Buenos días Katsuki – con una sonrisa.

Katsuki – Así da gusto despertarse, ha sido genial – mientras tomaba la cara de su compañera para besarla.

Los dos volvieron a tumbarse en la cama, pero esta vez mirándose a los ojos. Cada poco tiempo unían sus bocas y sonreían. El sonido del móvil de Uraraka interrumpió sus besos. "Ignóralo" dijo la chica, pero los mensajes siguieron sonando. Al ver que no paraban la castaña estiró el brazo para tomar su móvil y ver quien la osaba a interrumpir. "Mierda Mina" gritó.

Teléfono de Uraraka

Mina:

Tía, no me avisaste cuando llegaste a casa. (11:34am)

Dime que estás bien. (11:34am)

Siento haberte dejado sola en la fiesta, pero ya sabes... (11:34am)

Se dio la oportunidad. (11:34am)

Ya te contaré. (11:35am)

Tía, contéstame. (11:35am)

Tren ExplosivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora