Vantablack

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Flashback

Uraraka estaba acabando de organizar su maleta. Hacía un mes que había llegado la invitación para la boda. Su jefa de la agencia la había "obligado" a aceptar la invitación, bueno, no solo a ella, Shihai Kuroiro iría también. Se trataba de la boda del hijo del dueño de la mina que se había derrumbado hace unos meses, tanto Uravity como Vantablack habían sido los encargados de evacuar la zona y rescatar a los mineros atrapados, entre los que se encontraba el hijo del dueño. Como agradecimiento por la acción heroica habían sido invitados al gran evento. Su jefa les había dado unos días libres para poder asistir y así dejar en buen lugar a la agencia.

Era casi mediodía y Uraraka llegaba tarde. La castaña corría por las calles de la ciudad arrastrando su maleta y una funda para trajes donde se encontraba su vestido nuevo. Su amiga Mina le había ayudado a escogerlo, aunque a la castaña le parecía demasiado ajustado. Kuroiro la esperaba en la entrada de la agencia en su coche blanco. Cuando llegó al punto de encuentro pensó que sus pulmones perfectamente podrían salir por la boca, provocando la carcajada del chico del quirk negro. Acomodaron las maletas en el maletero y, después de que la jefa les diera un enorme paquete como regalo de la agencia para los novios, partieron hacia su destino.

El lugar de la boda era un bonito pueblo costero a una hora y media de viaje. El dueño de la mina lo había arreglado todo para que sus invitados se hospedaran en el mejor hotel de la zona, con todos los gastos pagados, para agradecerles haber salvado la vida de su único hijo. Aunque la boda se celebraría el sábado la reserva del hotel era de jueves a lunes, para que los héroes pudieran conocer la zona y por supuesto relajarse unos días.

Durante el trayecto en coche Uraraka se limitó a tener una conversación trivial con Kuroiro. Se conocían de la UA, aunque nunca llegaron a ser amigos como tal. Tras graduarse los dos había entrado a trabajar en la misma agencia, pero casi nunca coincidían de misión. La especialidad del chico de negro eran las misiones de noche, era donde podía sacar todo el partido a su quirk, mientras que el fuerte de la chica de gravedad cero eran los rescates. La misión de la mina fue una de las pocas en las que trabajaron juntos.

Cuando llegaron al pequeño pueblo era hora de comer, los dos estaban hambrientos. Decidieron ir primero al hotel a dejar las maletas y después buscar algún restaurante de la zona para poder saciar su apetito. Al llegar a la recepción del hotel se encontraron con la primera sorpresa. El dueño de la mina había reservado una suite para los dos. Los chicos preguntaron si no podían ser habitaciones separadas, pero el recepcionista les dijo que el hotel estaba completo por culpa de la boda. Se miraron y decidieron tomar la suite. "Con suerte habrá dos camas" dijo Kuroiro.

El botones los acompañó hasta la suite. Kuroiro le dio una propina y entraron en el gran ático que les habían reservado. La habitación era espectacular, tenía una zona de sofás, un baño enorme con una gran ducha, una terraza que daba al mar y que tenía un jacuzzi, pero lo peor fue ver aquella enorme cama. Solo había una cama, solo una.

Shihai – Parece que tendremos que dormir en la misma cama – dijo mientras se rascaba la nuca.

Ochaco – Esto es horrible – dijo la castaña con tristeza.

Shihai – Tranquila, no te tocaré ni un pelo. La cama es lo suficientemente grande como para que no nos tengamos ni que tocar.

Ochaco – La verdad es que podría rodar de un lado a otro y ni nos tocaríamos. Solo espero que no ronques – dijo para intentar calmar el ambiente.

Shihai – Qué te parece si vamos a comer y luego bajamos hasta la playa – dijo nervioso.

Ochaco – De acuerdo, cogeré la bolsa de la playa, dame un par de minutos.

Tren ExplosivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora