El castillo

1.5K 136 2
                                    




Los siguientes días la pareja simplemente disfrutaba de dormir hasta tarde, bajaban a comer con los demás y por la tarde entrenaban, aunque habían dejado las apuestas por una temporada. Cuando llegaba la noche cenaban y veían la tele con sus amigos, Todoroki incluido, hasta que llegaba la hora de ir a dormir, donde daban rienda suelta a sus fantasías y disfrutaban del sexo salvaje que tanto les gustaba los dos.

La tarde el jueves, Uraraka, Jiro y Mina habían ido juntas a buscar los vestidos para la boda de Nejire y Tamaki. Los chicos ya tenían sus trajes y ahora era el turno de las chicas. Era una salida que las tres necesitaban. Pasaron la tarde de tienda en tienda eligiendo los tres modelitos. Jiro se conformó con un vestido azul marino, esperando que dentro de unas semanas todavía no se le notase su barriga de embarazada, pues estaría de casi 5meses en el momento de la boda. Mina se había probado casi todos los vestidos en todas las tiendas, hasta que finalmente se decidió a comprar un conjunto de falda de tubo y americana a juego en color turquesa con una blusa violeta. Para lo que acostumbraba vestir Mina, siempre provocativa, aquel era un conjunto bastante formal y sobrio, claro que la chica de piel rosa podía verse sexy incluso con un saco de patatas. Uraraka había escogido un vestido color granate.

Tras las compras, las chicas pararon en una de las cafeterías del centro comercial para tomarse un té helado y conversar. Necesitaban un poco de charla de chicas y apartarse de sus novios por unas horas, pero sobre todo Jiro necesitaba sentarse, se sentía muy cansada por el embarazo.

Ochaco - ¿Cómo te encuentras, Kyoka? – preguntó curiosa.

Kyoka – Ahora que por fin se han acabado las náuseas mucho mejor, pero me siento como un gato, necesito dormir 18 horas – comentó mientras daba un sorbo a su té – por suerte ya no tengo que trabajar ahora que se ha acabado la gira, así que aprovecharé mientras dure la baja – dijo riéndose.

Ashido - ¿Y notas algo? – dijo mientras hacía un gesto con la mano en su propia barriga.

Kyoka – Que va, es demasiado pronto – dijo restándole importancia al tema del embarazo – pero hablemos de otra cosa, por favor, parece que estos últimos días solo hablamos del bebé. Habladme de vuestras relaciones.

Ashido – Uraraka cuéntanos, ¿qué tal con Bakugou?

Ochaco – No te voy a dar detalles picantes Mina, solo diré que estamos bien – la chica de piel rosada rodó los ojos por quedarse sin la información que buscaba – La verdad es que cada día me sorprende con algo, es un chico muy dulce. Creo que me estoy enamorando.

Kyoka – Eso se ve a la legua, amiga. Pero esa no es la información que queremos saber, Uraraka– dijo con un puchero.

Ochaco – Sois lo peor... - dijo recostándose en la silla de la cafetería.

Kyoka – Venga, por favor, hazlo por tu amiga embarazada.

Ochaco – Lo que queréis saber es como es en la cama, ¿no? – ambas chicas asintieron con la cabeza – Pues Bakugou sabe perfectamente lo que se hace, es un animal – sus dos amigas la miraban sin pestañear – Es el mejor sexo que he tenido nunca.

Ashido – ¿Mejor que Shinso o que Kuroiro? – Mina recordó una de sus primeras noches como compañeras de piso tras la ruptura con Midoriya en la que la castaña le había hablado de las dotes sexuales de sus antiguos compañeros de academia.

Ochaco – Si, mucho mejor. De hecho, el otro día nos encontramos con Shihai en la tienda de trajes – Uraraka se aclaró la garganta – Y Katsuki se puso tan celoso al verlo hablar conmigo que acabamos haciéndolo en el probador – dijo antes de sorber lo que quedaba de su té – Tenías mucha razón con lo del tren explosivo, Mina.

Tren ExplosivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora