La boda

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Katsuki – Cara de Ángel, ¿Te falta mucho? Los demás nos están esperando abajo – dijo el cenizo mientras se peleaba con la corbata frente al espejo del salón – El Bastardo Mitad y Mitad y el Cintas ya han llegado.

Por fin había llegado el día de la boda de Tamaki y Nejire. Habían quedado de reunirse en la casa de Bakugou para salir todos juntos hacia el lugar de la ceremonia. Tras la ducha matutina con su novia, y su pertinente ración de sexo bajo el agua, el chico explosivo se había vestido rápido con su traje negro, dejando la habitación para que Uraraka se vistiese tranquila, además esta le había insistido en que no podía verla hasta que estuviese completamente vestida, pues quería sorprender al cenizo con su modelito. Pero la castaña se encontraba paralizada delante del espejo.

Al no recibir respuesta, Bakugou se acercó a la habitación para ver si pasaba algo. Allí se encontró a su novia mirando su propio reflejo, pero con la mirada vacía y totalmente pálida. Aquel vestido granate a conjunto con la camisa del chico le sentaba genial, Bakugou pensó que jamás la había visto tan hermosa, pero no podía dejar de ver como ella estaba totalmente perdida. Se acercó sigilosamente por detrás para abrazarla y la chica pareció volver a respirar, mientras que el color volvía a su rostro.

Katsuki - ¿Ochaco qué pasa? Es por el idiota, ¿verdad? – dijo el de ojos rubí mientras apretaba más el abrazo.

Ochaco – sorprendida de escuchar su nombre y no su apodo – Sé que no debería estar así, pero me da miedo verlo.

Katsuki – Estaré a tu lado todo el tiempo. Y no deberías tener miedo, eres la chica más fuerte que conozco – dijo mientras giraba a la castaña para mirarla a los ojos – Te quiero – dijo depositando un beso en la frente de la chica.

La sonrisa de Uraraka volvió a su rostro gracias a aquel beso y a la reafirmación del amor que el cenizo sentía por ella. Volvía a sentirse fuerte, así que se apresuró a dar los últimos retoques a su maquillaje mientras Bakugou retocaba su pelo con la punta de los dedos. Repentinamente cogió su bolso de encima de la cama y agarró la mano de su novio "Vamos", dijo tajante.

Al llegar al piso de abajo, todos estaban esperando. Kaminari, Kirishima y Sero se ponían al día apoyados en el sofá, el reencuentro con su amigo de pelo azabache era emocionante después de varios años sin verse, pues Sero trabajaba en una agencia al sur del país. Bakugou le chocó las cinco a su viejo amigo, pero a este no le bastó con eso y abrazó con fuerza a su antiguo líder.

Todoroki se deshacía en elogios hacia las chicas, las cuales le decían que aquel traje azul marino entallado con pajarita roja y tirantes le sentaba como un guante. El heterocromático había sufrido el mismo ataque de pánico que Uraraka unos días antes, llegando incluso a plantearse no ir a la boda, pero Tamaki lo había llamado para confirmarle que Momo no asistiría, despejando así todos sus miedos.

Cada pareja se dirigió a su coche, Todoroki y Sero iban juntos en el Mercedes azul del héroe número 3, y fueron los primeros en marcharse, seguidos por el deportivo de Bakugou y Uraraka, detrás de ellos, Kirishima y Mina y para acabar Kaminari y Jiro. La ceremonia se celebraba a las afueras de la ciudad, en una gran casa de estilo tradicional japonés. No les llevó más de 30 minutos llegar. Se sorprendieron al ver el gran despliegue de policía que retenía a los periodistas y a algunos fans que se hacinaban en las puertas del complejo. Uraraka dio gracias a que los cristales del coche de Bakugou estaban tintados.

Una vez entraron por el gran portalón de la casa, un chico con auriculares les indicó donde dejar los coches. Por la gran cantidad de vehículos se podía intuir que sería un acontecimiento con muchos asistentes. Uraraka tomaba aire con lentitud mientras cerraba los ojos antes de bajar del coche. No había podido ver el coche de Midoriya y no sabía si eso le creaba ansiedad o alivio. No pudo pensar mucho más, porque Bakugou agarró su mano para ayudarla a salir del coche. La miró a los ojos con una sonrisa y besó su mano. El miedo volvió a desvanecerse.

Tren ExplosivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora