Iluminame.

Capitulo 1.

Femme Fatale.

- Y por último, el encargo con los rusos se hará el jueves y será supervisado por Elio, con aproximadamente 10 de los guardias. - me comunica Luciano mientras observa su agenda.

- Está bien, no quiero ningún error en cuanto a esto, estamos en buenas cuentas con los Volkov y si esto sigue así, llegaremos a un acuerdo pronto, envía a los mejores hombres que tengamos. Nada puede salir mal. - digo rápidamente pensando en todas los posibles resultados de este encuentro.

- Considéralo hecho Mare. - dice destilando confianza.

- ¿Entonces terminamos con esto?

- Si, como siempre nos vemos el lunes. - rodea el escritorio y se acera a besarme la cabeza - El estaría orgulloso de ti. - dice en un susurro y me dedica una de sus muy escasas sonrisas y se retira.

No puedo evitar volver al recuerdo de la primera vez que me dijo esas palabras.

Lo único que en lo que me puedo concentrar es en el incesante pitido de la máquina que monitorea el corazón de mi padre. Detesto esta habitación, solo tengo malos recuerdos en ella y estoy segura de que en cualquier momento se generará otro.

- Marena mía. - llama mi padre obteniendo mi atención. - Necesito que me escuches y que me escuches bien. Sabíamos que esto pasaría y que tú serías la que se hiciera cargo de todo; se que el tiempo es inesperado, pero ellos te necesitan. Naciste para esto y te preparaste toda tu vida por ello. Estoy seguro de que serás una gran líder y de que no hay nadie mejor para el trabajo. Luciano estará a tu lado. Por favor recuerda quien eres y de lo que estas hecha. La cabeza siempre en alto y tu apellido pórtalo con orgullo. Sé que le tienes miedo a lo que está por venir, pero la única que duda aquí eres tú, porque yo estoy en paz sabiendo que dejo una gran líder detrás.

Mis lágrimas no me dan tregua. No me importa el cargo, me importa el. No puedo perderlo. No quiero perderlo. Cuidadosamente me acerco y lo rodeo con mis brazos.

- Te voy a extrañar. - sollozó en su hombro mientras el acaricia mi cabello. - Te juro que haré todo lo que esté en mi poder para salir adelante, cuidare de Mellea y me aseguraré de que su vida sea la mejor, asumiré el liderazgo y continuaremos igual de fuertes que siempre.

- Prométeme que serás feliz. - sus ojos me miran con tristeza. - Tengo muchos arrepentimientos en mi vida Marena, y uno de ellos fue privarte de tener una infancia normal, se que lo hice desde el miedo y lo hice para cuidar a una de mis posesiones más preciadas, pero eso no quita que no hayas podido ser la niña que tu madre siempre quiso. Mi comportamiento fue inaceptable pequeña, por lo cual solo te pido este ultimo favor. - suspira. - Júrame por lo más sagrado que tengas que serás feliz y que esto no te cambiara, no permitas que mi pérdida eclipse el sol que eres, no permitas que esto apague esa hermosa y brillante llama qué hay en tu interior bella mía, permítete ser feliz. Sé cómo eres y necesito que entiendas qué hay más en la vida que lo que conoces dentro de nuestro territorio, sé que fui yo quien te introdujo en esta vida, pero hay mucho más fuera de estas cuatro paredes y este mundo lleno de violencia, búscalo y se feliz Marena.

- Te lo juro papá. - digo para darle paz a su mente, porque creo que ambos sabemos que eso será imposible para mí.

- Te amo pequeña.

- Y yo a ti papá.

El me besa la frente y me pide que me retire, sé que no quiere que lo vea en este estado.

Una hora después sucede lo inevitable, el cáncer le gano al capo di tutti capi me despido de lo que una vez fue mi padre y en el segundo en el que atravieso las puertas de la habitación, siento unos pequeños brazos que rodean mi cintura.