Capitulo 6.

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Apenas termino la llamada, me dirijo a mi mesa con la sonrisa más falsa de la historia.

- Lo siento chicas, Elio me necesita con urgencia y no puedo dejarlo solo. Lamento arruinar el almuerzo pero me tengo que ir. – digo rezando porque no se den cuenta de mi verdadero estado de ánimo. No necesito arruinarle el día a nadie más.

- ¿Quieres que te acompañe? – pregunta Alessandra, al darse cuenta de mi fachada. Ella siempre puede ver lo que realmente me pasa sin siquiera decírselo.

- Sí, creo que sería lo mejor. – digo agradeciéndole mentalmente a mi amiga. – Ustedes dos, pueden disfrutar el reto del día y las veré mañana en la gala. – digo dirigiéndome a Mell y Gaia.

Ellas asienten con satisfacción.

Apenas terminamos de despedirnos, arrastro a mi amiga hasta mi G wagon.

- ¿Qué sucedió? – pregunta Ale.

- La versión corta es que todo se fue a la mierda y algunos hijos de puta morirán en cuestión de horas. – digo tensando la mandíbula.

- Tu solo dime donde apuntar y yo disparo. – dice ella y yo solo sonrío.

Siempre fue así con nosotras, nunca dudamos la una de la otra, es una fe ciega que tenemos desde pequeñas. Ella sabe que si yo me tiro de un puente, es por una buena razón, entonces salta de tras mío.

- La versión un poco más larga es que los rusos nos traicionaron, se robaron el cargamento, seguramente estén de tras el secuestro de Mell y creo que nos están decorando la guerra. – digo con rapidez.

- Los malditos no saben donde se metieron. – suelta mi amiga con una sonrisa diabólica.

Ella tiene razón. En mi clan la traición se paga con el más alto de los precios. Nosotros no perdonamos, nosotros enseñamos.

Luego de unos diez minutos de viaje, ingresamos en mi mansión. Con rapidez nos dirigimos a mi despacho y mando a buscar a Elio. Mi jefe de seguridad entra unos minutos después con un semblante tenebroso.

- Realmente lo siento Mare, me diste tu confianza y las cosas se fueron a la mierda bajo mi supervisión. – dice en un tono serio. – Aceptare el castigo que creas justo.

Por estas razones me gustaba Elio. El siempre respetaba mi autoridad por sobre todo. Constantemente intentaba complacerme y demostrarme el porqué él era mi mejor hombre. Pero por sobre todo, lo que más destacaba de él, era su política de sinceridad ante todo. Muchas personas me decían lo que quería escuchar para satisfacerme, pero el no, el siempre me dijo lo que necesitaba oír.

- Se que nada de lo que sucedió es tu culpa. Preferirías volarte los sesos antes de decepcionarme Elio. – digo con sinceridad.

Su mirada cambia automáticamente. No esperaba esas palabras.

- Pero Mare, la cague. Perdimos una de las entregas más grandes por mi culpa, y la vida de nuestros hombres. – dice con incredulidad.

Ya casi nada quedaba de ese joven de quince años que iba por la vida sin importarle una mierda los demás. Su lealtad no iba tan de la mano con su imagen de chico malo, pero creo que esa solo desaparece cuando se trata de mi, con el resto de las personas, Elio continua siendo un hijo de puta.

- No lo hiciste. Te tendieron una trampa. Nos tendieron una trampa. – corrijo. – Volkov pensó ser mucho más listo que nosotros y ataco a la Serpente della morte, sin siquiera pensar las consecuencias. – digo destilando veneno en cada palabra. – Mato a mis hombres, robo mi cargamento, intento secuestrar a mi hermana, me está intentando declarar una guerra y por sobre todo, me falto el respeto. Nadie le falta el respeto a Marena Nicoletta Di Rinaldi y vive para contarlo. - una sonrisa lobuna se plasma en mis labios.

- ¿Qué quieres que haga? – dice Elio.

- Alerta a toda la seguridad de la casa y asegúrate de que no tengamos ninguna rata entre nosotros. No estoy de humor para traidores, pero si para torturar. – digo con una sonrisa satisfactoria. – Quiero que tú personalmente investigues como sucedido todo y me rindas un informe. – continuo. – Y quiero que tú te encargues de seguirle el rastro al maldito de Volkov. – digo apuntando a mi amiga.

- ¿Qué quieres que haga con él una vez que lo encuentre? – pregunta ella.

- Todavía nada. Solo síguele el rastro y mantenme informada de todo. Cuando el plan este definido, te daré una orden, y tu iras personalmente a buscarlo. Lo traerás vivo. – aclaro.

- Como usted ordene jefa. – responde ella.

- No quiero errores. – hablo con autoridad. – Todo lo que se dijo aquí adentro se queda entre nosotros. La única persona que puede ser informada de esto es Luciano, pero nadie más. Mientras menos seamos, mejor. ¿Entendido?

- Entendido. – dicen los dos al mismo tiempo.

- Alessandra, retírate. – ella cumple la orden. – Tienes la oportunidad de vengarte y limpiar tu nombre. Porque por más que yo confié en ti y sepa que tu no cometiste ningún error, ellos te hicieron quedar como un idiota. – digo dirigiéndome a Elio. – No quiero más errores aquí. Tienes todos los recursos a tu disposición, utilízalos.

- Es lo que pienso hacer. – dice. – Pero que hay algo que quiero que quede muy claro. Me importa una mierda como me hagan quedar a mí. – dice mirándome a los ojos. – Lo que me enfurece es que te hayan desafiado a ti. Tu eres mi líder, y sobre mi cadáver se atreverán a faltarte el respeto de nuevo. – dice y se retira de mi oficina.

Sonrío con orgullo, ese es el Elio que conozco, el que iría al mismísimo infierno por su gente, el hombre leal que da todo por lo que cree correcto. Su exterior cubierto en tatuajes lo hace parecer alguien rudo y mercenario, lo cual es, no me malentiendan, pero en su interior es un maldito oso de peluche, Elio es parte de mi familia, y a menos que me traicionara, el jamas podría decepcionarme. 

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Este capítulo quedó un poco corto, pero era necesario. ¿Qué opinan de Elio?

Gracias por leer❤️

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