Capitulo 21.

723 71 20
                                    

Stockholm syndrom.

Marena.

- En unas semanas necesito que vayamos a Alemania. – dice Alexander desde el otro extremo del escritorio.

Ya habían pasado unos cuatro días del ataque a Volkov y solo sabíamos que el mensaje había sido entregado, pero continuábamos sin repuestas. Alexander y yo nos encontrábamos analizando el contrato de separación de bienes para asegurarnos que todo quedara claro antes de la boda.

- ¿Y eso por qué? – pregunto levantando mi vista para conectarla con su cuerpo.

Como siempre llevaba uno de sus estúpidos e insufribles trajes de tres piezas, pero esta vez con los tres primeros botones de la camisa deshechos y la corbata desanudada sobre su cuello. A veces pienso que si se los quita muere, es como una forma de soporte de vida para él. Su cabello era un desastre, llevábamos unas dos horas aquí y ya había perdido la cuenta de la cantidad de veces que sus manos pasaron por este. También llevaba puestos sus lentes negros de lectura que rara vez utilizaba, en la Academia se negaba a ponérselos, alegando que prefería quemarse los ojos a parecer un "nerd". Con honestidad puedo decir que nunca en mi vida había visto algo tan follable como Alexander ene estos momentos.

- Tengo que preparar las cosas para la mudanza a Italia. – aclara secamente sin siquiera levantar la mirada del contrato.

.- ¿Y qué pinto yo en esa situación?

- Que eres mi prometida, y como buena pareja, hacemos todo este tipo de estupideces triviales juntos. – responde sin levantar la mirada, casi como si le aburriera responder. – El publico y los medios necesitan ver lo que queremos aparentar.

Odio cuando dice cosas inteligentes y con sentido, no ocurre muy a menudo, pero cundo sucede es frustrante.

- Está bien. – respondo bufando.- ¿Qué día nos vamos? Porque el primer ultrasonido de Mell es el viernes por la mañana y me pidió estar allí junto a ella.

- Nos iremos apenas termines con eso, ya que el sábado hay una cena de beneficencia a la que necesitamos asistir. Tenemos que comenzar a hacer estas apariciones públicas para que la gente comience a tragarse nuestro acto.

- De acuerdo, puedo trabajar con eso. – respondo y el maldito vuelve a concentrarse en su lectura.

A veces me siento como la mujer más poderosa del mundo, y otros días, tengo la necesidad de comportarme como una niña de cinco años, y hoy es uno de esos días, ya que Alexander y yo llevamos mucho tiempo de buen humor y sin discutir, lo cual es algo completamente fuera de lo normal para nosotros; así que decido molestarlo un poco. Espero a que el silencio vuelva a tomar la habitación para poner en práctica mi muy bien planeado ataque.

Alexander.

Estoy concentrado leyendo la división de empresas Di Rinaldi, cuando escucho como Marena se aclara la garganta y clava su intensa mirada en mí. Llevo horas intentando darle la menor cantidad de atención posible, ya que la muy maldita pensó que hoy era un gran día para ponerse una falda tuvo negra que le marca absolutamente todo, junto con una camisa blanca que me da la mejor vista del mundo.

Respirando profundamente, levanto mi mirada y me conecto con la suya.

-¿Cómo se define la infidelidad? - suelta repentinamente.

La observó extrañado por su repentino cuestionamiento.

- ¿Qué?

- ¿Qué cómo se define la infidelidad?- repite.

Iluminame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora