Iluminame.

Capitulo 22.

Fuimos personas diferentes.

Marena.
Me encontraba comiendo pacíficamente una dona luego de una tarde estresante de trabajo junto a Luciano, ya que ahora estamos en guerra debemos vigilar minuciosamente todas nuestras transacciones: mi mirada estaba perdida en la comida cuando el repentino grito de mi amiga me hace saltar del susto.

- Tú cara me tiene cansada. –Alessandra entra en mi cocina.

- ¿Y yo que mierda hice? – pregunto con la boca llena de comida.

Ale me dedica una mirada de desagrado mientras se sienta junto a mí en la barra.

- Todos los putos medios de comunicación llevan una semana entera hablando de ti. – mis ojos se abren ante la noticia.

- ¿De qué estás hablando?

- A veces se me olvida que vives bajo una roca. – suspira exageradamente. Comienza a hurgar en su bolso y termina lanzándome algo, lo tomo y noto que es "Valencia", una de las revistas más populares de Italia. En la portada hay un fotografía de una boda y en el titulo se lee "La boda del año", y justo debajo "Todos los detalles sobre el evento más esperado.". Dentro hay una articulo con absolutamente todos los rumores sobre mi matrimonio. – Desde el anuncio de tu compromiso con Alexander, eres la persona más hablada en los medios de comunicación Marena. – mi mandíbula se desencaja y me ahogo con un trozo de comida.  – Se habla desde cómo se conocieron hasta que color de ropa interior utilizaras en tu noche de bodas.

Nunca me gusto ser una persona pública, el solo hecho de que las personas comenten sobre mi vida me genera incomodidad. Siempre creo que lo que se hace en silencio funciona mejor. El ser alguien conocido por los medios, es una buena pantalla para mi clan, pero es una pesadilla para mí.

Mi mirada sigue fija en el papel sobre mis manos.

- Pensé que solo hablarían un día y luego lo dejarían. – digo con honestidad.

Alessandra ríe a carcajadas.

- Cariño, ambos son las personas más privada y reservadas que existen, el mundo quedo shokeado ante su anuncio. – toma mi hombro en forma reconfortante. – Y ni hablar de que su historia parece sacada de una mala película de Hollywood, algo así como un Gossip Girl moderno para las personas que no saben una mierda sobre tu vida.

Decido intentar ignorar todo el circo que se está formando alrededor mío, tengo cosas mucho más importantes en las que focalizarme, como el ultrasonido de Mellea en una hora.

- ¿Cómo están las cosas con tu prometido?

Me gustaría tener una repuesta clara ante esa pregunta.

- Extrañas.

- ¿Podrías ser un poco menos especifica? – bromea Ale.

- Honestamente no se qué está ocurriendo. – bebo un poco de agua. – Hace unas semanas estaba preparada para arrancarle la cabeza, hace una semana nos estábamos peleando porque se creía el dueño de mi persona, y unos días atrás, las cosas comenzaron a cambiar, fue como si alguien hubiera tocado un interruptor y de la nada ambos comenzamos tolerarnos. – resoplo. – Por un lado no me gusta estar bien con él, siento que estoy traicionando a mi yo de dieciséis que lloraba por el idiota que la torturaba todos los días de su vida, pero por el otro, me agrada estar bien con Alexander, estoy cansada de pelear con todos por todo, y poder estar más de cinco minutos con él sin gritar, fue como encontrar agua en un desierto.

Ale ríe.

- Es bueno escuchar que algo en tu vida cambia para mejor.

- Ni que lo digas, el otro día buscaba irritarlo.