Lo cierto era que habían pasado ya un par semanas y Arno seguía tan decaído como era de esperarse de un chico que tan pronto había enviudado, y no sólo eso, la muerte de Shay era algo que aún lo carcomía por dentro; el brillo en sus ojos se había apagado y cualquier rastro de emoción en su voz se había esfumado.
Su cumpleaños no fue muy distinto al resto de los demás días; de hecho, ni siquiera era consciente de la fecha, no sino hasta que Connor lo sacudió y Élise junto a Cesare y la hermana de éste comenzaron a canturrear "Feliz Cumpleaños" al unísono; Dorian entreabrió los ojos y por primera vez desde el ataque, sonrió, aunque la sonrisa desapareció al caer en la cuenta de que, era su primer cumpleaños fuera de la hacienda, al menos desde que los Templarios le dieron cobijo. Agradeció a los chicos, después de todo, ninguno tenía la culpa de su estado de humor.
Starrick había conseguido instalarlos en un sitio más apropiado, y además, consiguió rescatar las pocas pertenencias que restaban de ellos y había hecho mandarlas a Londres, había una caja junto a la mesa de noche de Arno, no le resultaba mínimamente familiar.
—Starrick vino hace un rato a dejarla. —Explicó Connor y ofreció una sonrisa a su amigo con cierto pesar. Arno estiró la mano y se quedó congelado por unos instantes; la caja era de madera de roble, y estaba atada con un cordón blanco, además de contar con una nota. "Arno" Su nombre estaba escrito en ese pedazo de papel con tinta, y no le costó reconocer que la letra era del maestro Kenway.
—El viejo siempre iba un paso adelante... —Connor soltó y un suspiro nostálgico escapó de sus labios. Dorian abrió la caja y encontró dentro una navaja, claro, tenía algunos detalles en oro, y era a juego con la que Connor había recibido en su cumpleaños.
—Yo... ¿pueden dejarme a solas?— Suplicó el francés intentando mantener la calma, deseando no romperse en ese mismo momento; Cesare le dio una cariñosa palmada en el hombro e hizo una seña al resto para abandonar la habitación.
***
—¡Eres un...! —Gist había perdido a su amigo, o eso había creído, hasta que este tuvo la desfachatez de presentarse ante él con un semblante tan relajado, seis meses después de darlo por muerto.
—Escucha, Christopher —Un jarrón se estrelló en la pared, al lado de su cara. —Lo siento ¿vale? —Gist era una de las personas más serenas que Shay podría conocer, después de Monro y Haytham, claro, pero ahora actuaba histérico, y si eso era con él ¿Qué le esperaba con Arno?
***
Dorian salió a dar un paseo nocturno, la noche no era tan fría como otras, y el poco viento, lo disfrutaba, extrañamente, disfrutaba imaginar la celebración de su cumpleaños bajo otras circunstancias, con Shay a su lado, sentado a la mesa con el resto de miembros de la orden, riendo de las tontas bromas de Thomas, o jugando a los naipes con Cesare en la sala de juegos de Haytham sin que este supiera de ello, recibir un regaño de su mentor por bajar tanto la guardia. Aun así, salir a cenar con lo poco que quedaba de su "familia" tampoco estaba tan mal.
—Oh, disculpe. —Murmuró cuando chocó contra una figura mucho más grande. Alzó la mirada...
El mundo se detuvo. Sintió sus piernas incapaces de seguir sosteniendo su peso por lo que estuvo a punto de irse de espaldas, eso no llegó a pasar.
—Arno... feliz cumpleaños. —Shay sostuvo a su esposo por la cintura, impidiendo que este pudiera caer.
El francés estaba temblando, el calor de su cuerpo de pronto se había ido al igual que el color de su rostro. El sujeto que había visto ese día lluvioso no había sido un producto de su imaginación.
—¿Shay? —Dorian hizo un acopio de fuerza y se separó dando un par de pasos hacia atrás, confirmando que, de hecho, Shay estaba frente a él.
No lo pensó dos veces antes de lanzar un puñetazo a la cara de Cormac. El maldito bastardo había estado vivo todo el tiempo, lo había estado y no se había dignado en aparecer. Cuando estuvo a punto de soltar un segundo golpe, Cormac tomó su mano para impedirlo.
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Honestamente ya no sé si continuar con el fic o no...
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Betrayer [Arno x Shay]
Fiksi PenggemarDesafío 30 días de la OTP Arno es criado bajo la enseñanza de los templarios, bajo la tutela principalmente de Haytham Kenway y Shay Cormac.