Lo Juro

Capítulo 3

Gulf se encontraba detrás de la pareja cuando sus ojos se dirigieron hacia el lugar desde dónde provenían los gritos. Una niña, delgada, de tez pálida, con un largo cabello castaño gritaba descontrolada sujetándose de una de las personas que intentaba acercarla. Sus gritos eran como si la torturan. Mew intentó acercarse, pero San lo tomó del brazo y cuando Mew lo miró San negó con la cabeza, somo diciéndole que no se acercara. Gulf que desde atrás veía todo, salió de su escondite y se acercó al oído de Mew, le dijo que intentara acercarse, pero este no accedió.

- No queda otra opción que salir señores Suppasit- dijo Gulf en un tono molesto.

- ¿Para qué nos ha traído aquí si las cosas iban a salir así? – preguntó indignado San. Gulf quiso decirle que, si por el fuera no le hubiera avisado, pero no dijo nada. Aún estaba perplejo por la reacción de la niña. No sabía que ella estuviera tan mal.

- ¿Por qué Thanya ha reaccionado de esa manera Gulf? – ahora preguntaba Mew, pero con evidente preocupación - ¿es que acaso le han hecho algo aquí que desencadenado un trauma? – seguía preguntando, pero esta vez mirando hacia sus manos. Se notaba que Mew estaba sumamente preocupado, sabía que aquella visita podría haber sido contraproducente porque los que la institución eran testigos que la niña no quería estar cerca de ellos.

- No sé por qué Thanya ha actuado así – por fin dijo Gulf- nadie me ha comentado que tenga ese tipo de comportamiento aquí dentro. No sé qué pudo desencadenar ese comportamiento...- decía pensativo.

- Eres un inepto- dijo de pronto San en tono de supremacía – te lo dije Mew, este abogaducho no es diferente a la manada de inútiles que contrataste las veces anteriores, mejor vámonos y no pierdas más tu dinero con este imbécil- dijo alejándose, esperando que su esposo lo siguiera. Gulf estaba rojo como un tomate por la ira que empezaba a instalarse en su cuerpo. Aquel sujeto era la peor escoria, no había hecho mal cuando desconfió de él, aquella era la prueba.

- ¿Gulf? – preguntó Mew preocupado por el semblante de Gulf, quien había empezado a aumentar su respiración.

- ¿Mew? – dijo San acercándose cuando Mew intentó tomar del brazo a Gulf – ven, vámonos lo haló del brazo y lo sacó casi que a rastras del lugar.

Gulf no quería estallar ahí, no lo haría. Se acomodó su traje, respiró profundamente varias veces y movió su cabello buscando liberarse de su ira poco a poco. Ese tipejo no lo iba a afectar con sus comentarios de mierda. Se acercó de nuevo a la oficina de su amiga Samy, una trabajadora social que le ayudaba en estos casos. Ella le ofreció café y empezar a hablar. Pudo también hablar con algunas personas encargadas de asistir a los niños en aquel lugar. Preguntó sobre el comportamiento de Thanya y a los ojos que todos, era una niña modelo. Eso sí que lo había sorprendido, porque cuando la vio en la sala, dónde debía encontrarse con sus tíos, su semblante era como si algo la hubiera poseído.

Después de indagar con varias personas, decidió regresar al otros día, pero solo. Quería intentar hablar con Thanya, tenía un mal presentimiento sobre lo que había pasado y aunque estaba en obligación de ayudar a Mew, su conciencia no le dejaría entregar la niña a una familia que probablemente le haría daño. Salió del lugar y se dirigió a su oficina. Estaba sudado, el verano lo agotaba, quería desnudarse, pero esperaría llegar a casa. Cuando entró a su oficina vio por la espalda una figura que le pareció familiar, pero cuando volteó la persona se dio cuenta de por qué

- Dígame en qué puedo servirle señor Suppasit – dijo Gulf pero esta vez a San a la vez que se aproximaba a su escritorio.

- Lo que dije, lo dije en serio – dijo el sujeto – Gulf asintió, pero la verdad era que no entendía nada – mi familia ya no requiere de sus servicios – volvió a decir y Gulf curvó sus cejas en modo de pregunta, pero también de molestia.