Lo Juro

Capítulo 17

Mew llegaba a casa cerca de las 18 horas todos los días. Si iba a demorar enviaba un mensaje avisando el tiempo aproximado que tardaría, pero ese día todo fue diferente. Eran cerca de las 22 y Gulf se encontraba sentado en el piso con la espalda recostada en el sofá mirando su móvil y apretándolo con frustración. Parecía como si en cualquier momento el móvil estallaría producto de la fuerza que ejercía Gulf contra él.

Mew no había llegado a casa, al contrario, había enviado un mensaje con un par de fotos de Gulf y Bright, en las que este último estaba besando a Gulf. Joder, todo era una puta mierda. Después de las fotografías Mew envió un mensaje de que no llegaría a casa.

Todo pasó muy rápido en la cabeza de Gulf. Ese día, tal y como lo tenía planeado desde el día anterior había ido a ver a Bright al restaurante. Juiciosamente llevó sus carpetas con sus documentos. Aprovechó para llevar incluso algunas cotizaciones impresas. Quería mostrar a Bright que era un hombre ordenado, que tenía todo controlado, en cierta manera, quería sorprenderlo, quería demostrarle que era una persona en la que podía confiar. Que su dinero iba a ser bien utilizado. Pero el sorprendido fue Gulf, cuando llegó a lugar de encuentro y encontró a un Bright completamente distinto, tenía ojeras y los ojos rojos. Parecía que había tenido una noche de perros. No había solucionado el problema. Pero la cosa fue a peor cuando al final del almuerzo se acercó peligrosamente a Gulf.

- Muy bien Gulf y ¿cuándo me darás el primer pago entonces? – puso la mano en el muslo de Gulf mientras hablaba. Este se removió bruscamente, no le gustaba ni el tono ni la cercanía.

- No me jodas Bright, tú sabes que tengo pareja, no me vengas con esto, aléjate porque no quiero hacer una escena aquí- le respondió tratando de alejarse, pero sintió que el agarre en el muslo se intensificó.

- No te muevas por favor – dijo Bright rápidamente antes de plantarle un beso a Gulf sin que este lo pudiera evitar. Fue un beso tosco, rápido y que Gulf pudo ver que tampoco había sido del agrado de Bright. Algo pasaba, su amigo no era así.

- ¿Qué significa esto Bright? – fue lo único que atinó a decir mientras se ponía de pie indignado.

- Que al prestarte el dinero puedo obtener mi paga también con besos ¿no? - dice ahora un poco más seguro de sí mismo, sin embargo, para Gulf no pasó desapercibido el rayo de desagrado que se dibujó en los ojos de su amigo. Algo estaba pasando y era muy jodido para que él actuara así.

- No me interesa tu dinero entonces. Por mí te lo puedes meter bien en el culo- dijo Gulf tomando sus carpetas y saliendo del lugar sin antes mirar para todos lados. Bright no dijo ni hizo nada. Se quedó allí mirando como Gulf se iba. Todo fue muy raro, muy turbio. Gulf tenía miedo. Quería hablar con Mew de lo que había ocurrido.

Entre la rabia, el asco y el susto que tenía pudo seguir con algunas reuniones que tenía programadas ese día con algunos agentes inmobiliarios. Luego llegó a su casa para preparar la cena. Sería algo muy simple, estaba cansado. Además, no tenía mucha hambre. Tenía el estómago lleno de las cosas que quería decirle a Mew. Se entretuvo mirando de nuevo hojas de bancos en Internet, esperando que apareciera Mew para explicarle por qué ahora volvería al plan de los bancos, cuando se dio cuenta que pronto darían las 20 horas y Mew aún no llegaba, revisó su teléfono, pero no había mensajes, llamadas. Lo cual le extrañó muchísimo. Entonces, cerró su ordenador y empezó a llamar a Mew. Pero nadie cogía. Después de intentar un par de veces más, entró un mensaje. Era Mew.

Gulf sintió como sus ojos se llenaron de lágrimas. Era Él, sus labios se juntaban con los de Bright. Joder. Eso había sido jugar muy rudo. ¿Mew lo estaba espiando? ¿Bright habría hecho eso? ¿qué era lo estaba pasando? Debajo de aquellas fotografías había un mensaje que terminó por quitarle las fuerzas de las piernas y hacer que se quedara en donde estaba sentado ahorita. Mew no quería regresar a casa.