Lo Juro

Capítulo 11

Llegó un nuevo día, un olor agradable lo despertó. Parecía almendra. Sintió un peso en su hombro derecho. Abrió los ojos para buscar qué causaba el peso y se encontró con un montón de cabello negro. Era Gulf, regresó. Estaba acostado en la cama con Mew. Tenía su cabeza reposando en el hombro de Mew. Este no podía ver su cara. Mew no se movió. Observó atentamente. La respiración de Gulf era tranquila. Se sintió tan bien. No recordaba cuándo había sido la última vez que se sintió así, completo. De pronto dejó salir un suspiro al pensar en eso. Un suspiro que no pasó desapercibido para su acompañante.

- Se que ya estás despierto- dijo la voz de Gulf. No lo miraba todavía. Como respuesta Mew acercó su mano a la cara de Gulf para acariciar su mejilla. – Escuché lo que dijo tu sobrina- siguió hablando Gulf. Mew se tensionó, recordó cómo había acabado el día anterior – es muy directa ¿no? Ja, dándonos clases de amor ¿lo habrías imaginado? – volvió a decir Gulf.

- ¿De amor? – preguntó en voz baja e inconscientemente Mew. Gulf levantó su cabeza y miró a Mew. Sus rostros quedaron tan cerca.

- Lo siento, creo que en nuestra familia estamos acostumbrados a ser muy directos y ella pudo haber adoptado ese hábito- dijo en voz baja.

- Gracias Gulf – dijo Mew ahora acariciando en cabello de Gulf – gracias por cuidar de Thanya, gracias por cuidar de mí.

- Mew Mew – Gulf se incorporó dejando a Mew recostado y sintiéndose vacío – Thanya tiene razón, si yo no quisiera estar aquí, no estaría. De verdad, me hace bien cuidarte, me gusta ver tus avances, pero no estoy seguro de qué siento por ti. No puedo decir que esto sea amor. Pero... - Gulf calló un poco y bajó su cabeza.

- Pero...- repitió Mew.

- Quisiera averiguarlo, por eso me recosté aquí, quería poner a prueba mi corazón – se sonrojó y se sintió ridículo. Gulf no sabía desde qué momento empezó a actuar y sentirse como un adolescente. Había compartido cada día y cada noche con Mew desde que fue ingresado. Verlo dormir era un pasatiempo hermoso, más aún desde que su rostro parecía más descansado – no te estoy diciendo que me tienes que amar – volvió a hablar Gulf cuando vio que Mew abría y cerraba la boca como intentando decir algo- no quiero que te sientas presionado por nada, ¿vale? No nos enfoquemos en darle nombre a nuestros sentimientos. Dejemos que fluyan. No quiero que presionemos nada. Yo sé que es difícil olvidar el pasado- terminó de decir y se acomodó en el sofá de nuevo. Si, Gulf conocía los sentimientos que tenía Mew por San. Aún no le comentaba sobre lo que había pasado con él, y no lo haría hasta que Mew saliera de allí. Pero no podía ignorar que sin importar qué fuera San, Mew lo amaba. No podía llegar a acabar con aquello de golpe.

- No quiero que te vayas Gulf – fueron las palabras de Mew – pero tampoco quiero te quedes por los motivos equivocados- intentó incorporarse para hablar más de frente a Gulf.

- No te tengo lástima Mew- Gulf se puso de pie – no te voy a negar que cuando supe de tu estado me acerqué pensando que eso era lo que sentía, pero no, cada día crece algo aquí- dijo señalando su pecho – es como si mi corazón fuera un jardín y cada vez que te veo crece una flor, una bella flor – se sonrojó de nuevo, eso había sido muy cursi.

- No, pero es que Gulf, yo no soy la persona que tu piensas, a veces, puedo ser una basura – ahora era Mew el que agachaba la cabeza y miraba sus dedos – mírame dónde estoy. Si no fuera por ti, a lo mejor estaría muerto. No quiero que...- su voz se rompió, su respiración se hizo rápida, sus recuerdos llegaron a su mente: San tirado en el baño con un mar de sangre, sin sentido. No quería eso para Gulf, no, no lo quería.

- Mew Mew, ¿hola? – movía Gulf a Mew cuando vio que su pecho se movía violentamente - ¡OYE! ¡escúchame Mew! Tú no tienes la culpa de nada, no has hecho nada ¿entiendes? Solo has tenido eventos desafortunados. Pero ¿qué te dije la primera noche que me quedé aquí? – preguntó limpiando las lágrimas de los ojos de Mew – que las cosas iban a mejorar y... ¿han mejorado? – levantó su cabeza buscando respuestas – si ¿verdad? – Mew asintió – ya puedes comer, has aumentado de peso notoriamente, hemos podido salir de la habitación, pero lo que es más importante – se acercó para poner la mano en el pecho de Mew donde latía su corazón – tu corazón está dejando de sangrar, se está curando- terminó de decir mirándolo fijamente.