Capítulo 10

2.7K 409 6
                                    

Los días previos para quedar inconsciente, la mente de Mew trataba de consolarlo generando imágenes agradables. Antes de cerrar sus ojos y entregarse a lo que creía que era su muerte, su última visión fue la de Gulf entrando en la habitación y sentándose a un lado del sofá. Sostenía su mano con suavidad. Mew lo miró e intentó sonreír. Era el efecto automático de ver una sonrisa dibujada en el rostro de Gulf. Quiso abrir su boca para pronunciar algunas palabras, quería decirle a Gulf muchas cosas. Extrañaba las veces que se veían para hablar de su sobrina, pero también tontear. Extrañaba sentir su pecho llenó de emociones, añoraba volver a sentir su corazón latir desembocado cuando se encontraba a poco centímetros de Gulf. Pero nada de eso volvía, incluso tenía al Gulf imaginario en frente pero no sintió eso, al contrario, su sentido se iba y él ya no intentó luchar contra eso. Su hora había llegado. -Adiós Gulf- fue lo que pensó cuando un sueño abrupto lo alejó de la realidad.

Pero aquello no fue el fin y lo supo cuando despertó en aquel sitió blanco. Había sobrevivido. Abrió sus ojos y la luz lo hizo parpadear muchas veces, luego intentó hablar, pero no podía, su boca estaba impedida. Tenía algo en la garganta. No podía mover sus brazos para retirar aquello, luego escuchó pitidos ¿dónde estaba? ¿por qué tenía eso en la boca? – pensó cuando empezó a moverse bruscamente intentando sacarse lo que tenía en su boca para poder gritar, de pronto sintió angustia, demasiado miedo, su respiración se hizo pesada, luego sintió un dolor que atravesó su pecho hasta la espalda haciendo que el aire no llegara a sus pulmones, alguien entró en su habitación y luego todo se volvió negro.

No supo cuánto tiempo estuvo dormido, pero un pequeño dolor en la piel que recubría sus costillas lo fue despertando. Mientras volvía en si escuchó una voz conocida. Se apresuró a abrir los ojos, había alguien allí, quería ver a esa persona. Escuchó que decía que no se iría, se acercó a darle un beso en la frente y el abrió sus ojos para ver quién era - ¿acaso San regresó? – pensó, lo que inmediatamente envío un pequeño escalofrío por su espina dorsal. No sabía si era miedo o frustración. Pero no, no era San, esos labios que veía alejarse, los reconoció de inmediato. Era Gulf.

- Oh, por fin despiertas – fue lo que salió de aquellos labios que observaba – shhhh – volvió a decir ahora pasando una mano por la frente que besó – no te alteres Mew Mew, todo va a estar bien- dijo observando atentamente los ojos de Mew.

- Gulf, ¿en realidad estás aquí o te estoy imaginando? – pensaba Mew dejando caer sus primeras lágrimas en mucho tiempo. Sus ojos se enjuagaron y las lágrimas caían por sus costados. Parecía que Gulf había descifrado lo que pensaba Mew porque volvió a abrir su boca para decir:

- Shhhh, no pienses en nada, tendremos mucho tiempo para hablar después, por ahora es importante que nos centremos en tu recuperación. Aquí voy a estar Mew Mew- Gulf se acercó un poco más a Mew, intentando de alguna forma generar calor para que Mew se sintiera mejor.

Se miraron por algún tiempo, Mew paró de llorar, pero sus ojos aún tenían muchas preguntas. Gulf estaba cansado, quería dormir, había sido un día lleno de tantas cosas. Sentía que había corrido un triatlón. Pero eso no le impidió que dedicara varias horas a reconfortar a Mew. Sabía que Mew necesitaba saber algunas cosas para que pudiera estar más tranquilo. Tomó una de las manos de Mew, la que estaba libre de la intravenosa y la sostuvo con suavidad. Aquel gestó evocó en Mew su última visión de él y de pronto se alteró, una ola de ansiedad se apoderó de él al pensar que esa escena era solo un producto de su mente. Gulf leyó sus ojos y antes de que se alterara más le habló con voz firme.

- Mew Mew, soy yo Gulf, me recuerdas ¿verdad? – le dijo sosteniéndole la cara para que lo mirará directamente a sus ojos – nos conocimos hace dos años cuando me contrataste para llevar el caso de tu sobrina ¿recuerdas? – Mew asintió, él sabía todo aquello, por eso no podía dejar de pensar que eso fuera solo producto de su imaginación – cálmate por favor para que podamos hablar, te voy a pasar mi móvil para que escribas y me preguntes cualquier cosa que necesites saber ¿vale? – esa frase no se la esperaba Mew, ¿acaso era real el Gulf que veía? – Mew Mew te dije que me voy a quedar, no me voy a ir, y tú tampoco lo harás... - esas palabras llegaron hasta lo más profundo de su ser, Gulf no sabría el poder que tuvieron esas palabras en Mew, pero para Mew fue como volver a nacer. Era lo que él quería escuchar. No quería estar solo, no, nunca más.

Lo Juro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora