- A...yu...da... por...fa...vor...- decía Gulf con dificultad. Despertó acostado, en un sitio muy oscuro. No podía recordar con claridad lo que le había pasado. -Por...fa...vor...- su voz era tan débil, que casi ni él mismo se escuchaba – a....a....yu...da...- su garganta dolía muchísimo. Estaba en una oscuridad tal que no podía ver sus propias manos. No podía pararse, estaba en un sitio tan ajustado. Sus piernas estaban dobladas. Estaba en posición fetal. No podía estirarse. Era irónico, escuchaba ruido, voces, carros, fuera, pero nadie lo escuchaba a él. Intentaba mover sus manos para golpear y llamar la atención, pero parecía que nadie lo escuchaba. Tenía frío. Su cuerpo se estaba congelando. Intentó abrazarse para generar calor - ¿Dónde carajos estoy? – se preguntaba mentalmente, intentando reorganizar sus recuerdos.
Lo que pasó antes....
Gulf estaba a punto de entrar a la empresa de Mew, pero no supo qué pasó entre estar ahí y luego estar en lo que parecía una sala de atención médica abandonada. Un piso frío lo rodeaba, estaba sin camisa y amarrado de pies y manos. Abrió los ojos y una mirada desagradable lo examinaba -la puta madre – pensó cuando vio aquel rostro. Era el señor Adams, el hombre que él mismo había solicitado que metieran a la cárcel -joder, joder, joder, mierda, mierda – decía cerrando los ojos con fuerza, sabía que estaba en problemas, ese hombre lo quería matar.
- Abre los ojos maldito homosexual, abre los ojos – dijo acercándose y dándole una patada en la cara. Bien, el tipo era un cobarde, golpear a alguien que no puede defenderse, solo lo hace un cobarde – ahora no eres tan orgulloso ¿no? Pobre marica, homosexual – decía con la boca llena de saliva como los perros con rabia. Gulf lo miraba y se preguntaba, -soy homosexual, ¿piensas que diciéndome así me estás ofendiendo? ¿qué clase de insultos son esos? - Reía mentalmente- la gente a veces es tan estúpida, es como si yo le dijera, oye rubio jajaja, eso no es un insulto – suspiró, esperando lo que venía. Su labio empezó a sangrar, lo supo porque el piso de baldosas blancas se tiñó de un rojo intenso.
- ¿Qué quieres? – se aventuró a preguntar Gulf, sabía que vendría otro golpe, pero necesitaba información. No le habían tapado la boca, por lo que intuía que no estaban en un lugar cerca de la ciudad, podría gritar, pero nadie escucharía.
- Que... me estás ofreciendo tu culo o ¿qué? – respondió el sujeto haciendo un gesto de desagrado. Gulf volteó los ojos, no quería seguir por ese lado, no quería sufrir un abuso. Mejor se quedaría callado.
- Sal – dijo una persona desde la puerta – el sujeto miró a Gulf, le escupió y salió. Gulf no miró la puerta, el miedo se empezó a instalar con más fuerza cuando vio que el tal Adams no era el líder, mierda, está trabajando para algo más grande, pensó y el nombre que se vino a su mente lo portaba la persona que había tomado el asiento que antes ocupaba el señor Adams: San.
- Tu... - dijo en voz baja Gulf mientras veía que San le tomaba fotografías con su móvil.
- Si, yo... - respondió acercándose peligrosamente. Gulf pudo mirar más de cerca la cicatriz horrenda que ahora llevaba en la cara - ¿qué miras? – dijo de mala gana San cuando se dio cuenta que Gulf lo miraba sin mostrar ninguna emoción, sin asco, sin sorpresa. Era como si San siempre hubiera sido así. Un monstruo.
- Nada- respondió Gulf bajando su mirada al teléfono que San tenía en las manos.
- Mew vendrá a vivir conmigo- dijo mirando la cara de Gulf y por fin vio lo que deseaba, el miedo, el horror - ¿no te lo dijo? – siguió diciendo y acercando sus manos aún más al pecho desnudo de Gulf – pero ya no sé qué hacer, ahora me pareces mucho más atractivo tu – dijo poniendo un dedo en las costillas. Gulf lo miraba con los ojos tan abiertos que parecía que en cualquier momento se le iban a salir. Al escuchar aquellas palabras, su corazón empezó a bombear a mil -dios no, no, eso no puede ser cierto – pensaba mientras intentaba reprimir sus lágrimas. Temía que San hubiera establecido contacto con Mew y que lo hubiera convencido de regresar con él -no, Mew me ama, no puede hacer eso – se repetía mientras cerraba los ojos con fuerza, tenía que controlar su mente, lo que San quería era que perdiera la calma, no, no lo haría, al menos no por ahora.
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Lo Juro
FanfictionGulf es un abogado apasionado por su profesión. Está comprometido con defender a personas miembros de la comunidad LGBTIQ+. También es abiertamente homosexual y disfruta al máximo su vida sexual. Cuando conoce a Mew, un nuevo cliente de su bufete no...