Una pregunta filosófica

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(***)


En seguida a mi cabeza le surgió una pregunta... ¿Hasta qué punto íbamos a seguir unidas?

Sabía que de parte de Alma ese objetivo no tenía límites, ya que tanto como yo, no era sociable.

Nos aterraban las personas y lo nuevo, y las dos juntas era una pesadilla hecha realidad. Nuevas personas lo que indica hablar, relaciones, intentar caer bien... cosas que evitábamos a toda costa.

En oposición a Jess que era sociable, linda y cargada de confianza, elementos que me hubiese encantado tener.

Seguramente pisara el próximo liceo y ya tuviese amigas y novio, sería popular y feliz. Llegado a ese punto nosotras seriamos simples extrañas o, con suerte, excompañeras de curso.

Jess era de pelo marrón liso envidiable, con unos ojos color verde yerba muy lindos y su cuerpo era musculoso. Alma era la más alta, con pelo y ojos marrones y una melena con rulos que ella odiaba. Y yo era la enana, media 1,58 cm, con pelo casi negro y unos ojos verdes grisáceos, lo único que consideraba lindo de mí.

Aunque me dolía la idea de perder a Jess, procuraba no perder a Alma, repito, sentía que no me tenía que preocupar por eso.

Cayó un chicle de menta en mi mesa el cual había arrojado Jess y le dejo otro a Alma.

Lo empecé a desenvolver dándome cuenta del barullo que había en la clase y mi cara se frunció, era demasiado ruido...

Levante la cabeza para ubicar a la profesora y ella hizo el mismo movimiento al mismo tiempo, viendo mi cara de disgusto por tantas voces juntas y decidió intervenir.

Se paró y empezó a hablar para todos. -Chicos, sh. Están hablando todos muy fuertes, hablemos entre todos juntos. ¡Hablemos sobre sus futuros!

-Ay no...- susurré muy bajo, no era mi tema favorito.

-¿Qué van a hacer cuando termine este año? ¿Qué quinto van a elegir?- el próximo año debíamos elegir si ir a científico, humanístico, biológico o artístico dependiendo de lo que te guste o lo que vayas a ser, -A ver... empecemos por los primeros bancos y vamos de a uno en orden.

Para mí, esas preguntas son para filosofía... Para filosofarlas toda la vida si fuese necesario, no sabía mi presente, no entendía mi pasado y en estos momentos tenía que decidir mi futuro.

Todo dependía ahora de mis decisiones y cada paso me parecía arriesgado... no quería pensar la respuesta, siempre lo posponía.

En lo único que estaba de acuerdo era de que no era la edad de 16 años la correcta para pasar por esto, lo tendría que hacer mínimo a los 19 años...

Pero ahí estaba una profesora preguntando una pregunta tan importante como si preguntase que ropa iba a llevar mañana, y tampoco sabia eso.

-Yo voy a ser doctora de traumatología.- apenas escuche decir eso a Paulina, la mejor amiga de Camila saque una sola conclusión; se vio Gray's Anatomy.

Mi mirada buscó a la de Alma, la cual también necesitaron ver mi reacción.

Al vernos las dos teníamos los ojos como platos y nuestras bocas apenas abiertas, solo con la diferencia de que ella tenía la capacidad de alzar una ceja con aire interrogatorio.

Al vernos las miradas, satisfechas de que pensamos igual, volvieron a reincorporarse a la clase.

Mire a Paulina y me la intente imaginar de doctora, sin éxito, ya que me parecía imposible que ya pudiera decir que iba a trabajar en unos 10 años con suerte.

La voz de Camila atrae toda mi atención, -yo voy a ser Actriz.

Alma se acercaba hacia mí para susurrar, - seguramente quiera contradecir al padre...- y puede ser, el padre de Camila era ingeniero y Camila excelente en matemática, más de lo que me gustaba admitir.

-No sé que responder-, vuelve a susurrar Alma.

-Yo tampoco, le voy a decir que no sé.

-Bien, entonces yo también respondo eso.- y se acomoda de nuevo en su silla, alejándose.

Alma estaba igual que yo, no me preocupaba estar perdida si era con ella.

Podríamos ser vagabundas y no importarnos porque las risas y jodas no iban a faltar, era muy posible que nos riéramos de vivir en la calle o termináramos bailando en medio de una plaza como unas locas disfrutando su libertad.

Siempre nos reíamos de las cosas malas que nos ocurrían, era el simple hecho de ser tan fracasadas el que nos hacía reír por 3 horas seguidas.

A solo un recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora