¿Ahora qué?

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(***)


"Cuando las películas intentan hacer escenas de bullying estas son muy exageradas, o muy típicas...", eso es lo que nos parece.

A lo único que prestaba atención era a la hora que mostraba mi celular, faltaba un minuto, pero el tiempo se volvía más lento de lo necesario. La profesora ya se estaba despidiendo y yo había guardado todo y mi mochila colgaba de mi hombro.

Por fin había sonado el timbre, pero todos se pararon rápido y se amontonaron en la puerta para salir. Con decepción me senté de nuevo, me ponía nerviosa cuando estaba cerca de nuevas personas por eso decidí esperar.

Cuando se fueron gran parte, me levante y observé que unos seguían copiando lo que la profesora había anotado. Atravesé la puerta, pero no sé que era peor... si la clase en la cual no me podía mover, o los pasillos que se hacían infinitos repletos de miradas altas y fijas.

Nunca llevaba mis cuadernos en mis brazos, pero me gustaba que me cubrían más mi cuerpo y por eso, esta vez llevaba 2 cuadernolas delante de mí. Ya pasaba por el último pasillo, pero era el peor, ya que estaban los alumnos de sexto de liceo, los más grandes.

Seguía igual de nerviosa, y era la única pasando por los pasillos, me sentía la más chiquita y frágil. Cuando estaba a punto de salir, un chico alto de pelo rubio y para nada atractivo, se atravesó en la puerta para bloquearme el paso y miró a su grupo que poco a poco se fue acercando. Todos eran altos y feos, daban una vibra de los típicos chicos graciosos de la clase, pero que no piensan lo que dicen... Lo peor era que eran irrespetuosos y unos inmaduros. Me rodearon y yo solo quería salir, estaba a centímetros de la salida, pero el estúpido rubio la bloqueaba.

- ¿No deberías estar en escuela?

- Uhhh.

- ¿Se va a poner a llorar?

- Está roja, esta fea.

- Jajajaja.

Eso fue lo que escuche de los chicos que me rodeaban, pero mi mirada estaba en la salida, quería aire fresco, quería salir o desaparecer... No, quería estar con mi trío. Era chiquita y el rubio alto y flaco, tenía que encontrar una salida... Empecé a observar la puerta y el espacio que no podía bloquear, no tenía otra opción.

Lo que se me ocurrió fue tirarme hacia la puerta en el espacio chico que quedaba entre el cuerpo del que bloqueaba la salida y el marco de la puerta, enseguida se dio cuenta y su cuerpo, que lamentablemente tenía bastante fuerza, se tiró hacia mí. Ese movimiento me dio un golpe doble y muy doloroso, el cual me llevo a estrellarme contra mis dos lados del cuerpo y soltar un quejido, pero logre salir y no mire hacia atrás.

Desde ese momento sabía que no iba a ser un buen año, que no soy nada sin mis amigas, que era frágil, chica, débil y fea. Me fui caminando a casa y me saque el tapaboca, que por fin me dejo respirar, mis lágrimas salían solas de mis ojos y yo no las frene, ni limpié. Me estaba dando cuenta que poco a poco iba aceptando como la vida iba aplastándome sin mis apoyos, estaba sola... ¿Ahora qué? Ni yo lo sé.

A solo un recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora