(18) Ad perpetuam [rei memoriam] II

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[glosario]

Pas question!: ¡Ni hablar!

Doudou: Este apodo de pareja es muy significativo. Literalmente quiere decir "manta de seguridad", como la de los niños pequeños. También puede significar seguridad, garantía.

[fin del glosario]



       Lo reconozco. Aquel verano de 1973 estuve harto irritable por distintas razones.

       Y las emesis matutinas que iniciaron a principios del mes de noviembre me ilustraron sobre mi futuro destino. ¡Yo no estaba lista para ser madre!

       Mi última exposición no cosechó los aplausos que yo esperaba. Y luego el periódico... Ese crítico imbécil, el insoportable carajerbo de dientes espantosos, ese Treadmoor, pintor frustrado... ¡¿cómo se atrevía siquiera a insinuar que ya era hora de ir cambiando los óleos por una batería de cocina?!

       Semanas más tarde, cielo, tú me contuviste para que no me le lanzara encima en mi nueva presentación. ¡Soporté verlo paseándose con su copa! ¡Quería matarlo, arrancarle de cuajo esa naricilla que tanto acercaba a mis preciados óleos! Quizás Treadmoor se dio cuenta de mi odio, presente hasta en mi trabajo, porque no se me acercó. Después de todo, yo estaba segura de que el maldito carajerbo era solo un cobarde, uno que había optado por esconderse tras un escritorio para vengarse de aquellos que, a diferencia suya, sí lo habían logrado.

        Esa noche me rehusé a ir a tu casa, Billy. Pas question! No estaba de humor como para soportar esa permanente hedencia a gato. Mi furia, que había mutado ya en lágrimas sobre tu pecho para cuando me hiciste atravesar cargada la puerta de mi piso... Parecía yo la niña más amada, eras tan tierno conmigo... Te pedí que me dejaras sobre la cama pues espiraleaba incontrolado mi horizonte. ¡Oh, chérie! Horrorízome siempre por el recuerdo de la enorme cantidad de vino que bebí pese a estar embarazada.

       Tú no lo sabías, aún no te lo decía. De haberlo sabido, creo que no hubieras sido el mismo de siempre. Entonado que eras, me cantaste bajito un fragmento de Claro de Luna de Debussy. Sé que es una pieza de piano, no soy tonta; sin embargo tú, que respirabas poesía hasta en el silencio, le compusiste una letra. Acariciaste mi suelto cabello con mano de pluma. Dijiste que, después del invierno más crudo, asomando tímidas vendrían las primeras flores de primavera. Mi ego herido, mis hormonas, la bebida, el carajerbo... Estallé.

       Puesto que no lo hablamos jamás, no le pusimos remedio. Muchos botones floridos nacerían y se extinguirían antes de que yo pudiese perdonarme un poco a mí misma.

        «¡¿Qué coño va a saber un camarero que vive en un cuchitril?! ¡¿Uno que necesita de la ayuda de su novia para llegar a fin de mes, y que tiene unas ínfulas de poeta que no dan más que para escribir unas pocas tonterías?!»

       Devolví el alcohol sobre mis finas sábanas de algodón egipcio. Aunque acabara de decirte todas esas cosas horribles, tú te inclinaste a limpiarme con tu manga. ¿Cuál fue mi respuesta a tu amor? Empujarte con todas mis fuerzas y hacer que te fueras de bruces al suelo. Al hacerte un lío con las piernas, eras altísimo, doudou, le acertaste una patada a mi mesa de noche. Mi lámpara Tiffany de la que estaba tan orgullosa se precipitó por acción de la gravedad y fue a quebrarse con estrépito en el suelo. Apenas extinguióse el sonido de los cristales, aullé que mi preciosa lámpara costaba más de lo que tú ganarías en tu vida entera. Tembláronte los labios, yo te miré a los ojos. Y aseguré, con la peor de las frialdades, que nuestro hijo sería pobre, miserable, al tener a una fracasada como madre y a un hombre de pacotilla como padre.

[B3rm3llon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora